En la biblia de la ciencia

Nacho Sáez
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El joven físico segoviano Pablo Hernández publica un artículo como primer autor en 'Nature Communications', una subdivisión de una de las revistas científicas más prestigiosas a nivel mundial.

Pablo Hernández, el pasado 5 de enero en la redacción de El Día de Segovia. - Foto: Rosa Blanco

Pablo Hernández no se deja atropellar por la vorágine. Seis meses antes de hacer la Selectividad aún no había decidido qué carrera iba a estudiar, y ya cuando estaba en el Grado en Física en la Universidad Autónoma de Madrid no tenía claro hacia dónde enfocaría su futuro profesional. Ahora mantiene la misma mentalidad de decisiones reposadas basadas en las experiencias vividas a pesar de que, a sus 25 años, ya ha acariciado el cielo de la investigación científica.

Un artículo en el que figura como primer autor se ha publicado recientemente en 'Nature Communications', una subdivisión de 'Nature', una de las revistas científicas más prestigiosas a nivel mundial; la 'Biblia' de la ciencia, en opinión de muchos. «Una vez que escribes el artículo más o menos tú juzgas  qué relevancia tiene y luego vas probando. Lo dimos a tres o cuatro revistas y nos lo rechazaron. Y al final pues esta dijo que sí. Son tres años de investigación, ha implicado a bastante gente y tal tenía sustancia suficiente como para una publicación de alto nivel, pero luego es un poco lotería porque el editor toma de su decisión dependiendo de muchos factores: si el tema es interesante, de si va a ser interesante para el foco que le dan a la revista, si han publicado ya demasiadas cosas sobre ese tema y no quieren saturar a su audiencia...», cuenta Hernández antes de regresar a Berlín.

Allí este joven físico segoviano está realizando el doctorado. En concreto en la Universidad de Humboldt, su última parada hasta el momento de un periplo que comenzó cuando se marchó de Erasmus a la capital alemana. «Allí la educación, sobre todo los máster, está más cercana al día a día del investigador», destaca. Entró en un grupo de investigación y el que era su jefe se lo llevó a otro en la universidad en la que está ahora, donde comparte el día a día con dos alemanes, un brasileño, una italiana y una azerbaiyana.

'Strain control of hybridization between dark and localized excitons in a 2D semiconductor' es el título del artículo que les ha llevado a 'Nature Communications'. «La investigación es en el campo de la nanotecnología, que utiliza el conocimiento de la física estado sólido (el estudio de la materia a partir de cómo está constituida en átomos y electrones y con las leyes de la física cuántica) para desarrollar nuevos materiales o dispositivos a escala nanoscópica, que es una millonésima parte de un milímetro. Nosotros estudiamos materiales bidimensionales, que como tienen una anchura de unos pocos átomos, son tan tan finos que tienen propiedades radicalmente distintas de las que tendrían si fueran tridimensionales, o sea, si tuvieran millones de átomos a lo ancho, a lo largo y a lo profundo. Utilizamos estos materiales bidimensionales –el grafeno es el ejemplo más conocido– y lo que hacemos es ver cómo cambia la luz que emiten cuando se doblan», explica Hernández.

Pero la relevancia del artículo tiene que ver con la utilización de esos materiales para que emitan fotones que puedan ser aplicados a la computación cuántica y a la comunicación cuántica. «Son dos tecnologías que están súper de moda ahora. El Premio Nobel de Física de este año lo han dado por la comunicación cuántica. Son tecnologías muy punteras y nuestro material podría ser un una pieza clave en esas tecnologías», remarca Hernández, que figura como primer autor porque era el tema de su trabajo de máster.

Un máster por el que no ha tenido que pagar. «En Alemania son gratis para todos los ciudadanos de la Unión Europea», recuerda, al tiempo que elogia la apuesta por la investigación del país teutón. «Es un trabajo que está –por lo menos en física– bastante bien pagado, con bastante facilidades laborales... Es una salida muy buena, vale la pena probarla, aunque en España nunca se me explicó debidamente y lo tuve que descubrir cuando entré en contacto con el sistema educativo alemán. La investigación es una opción que recomiendo». 

«Cuando yo tenía 17 años y tuve que elegir carrera, sentía que en España había mucha presión por elegir lo que tienes que hacer y que eso ya va a ser el resto de tu vida. Luego he aprendido que puedes ir probando cosas, como la investigación, y que si no te convence puedes hacer otra cosa. Yo pensé que la Física podía ser una buena salida para probar después de ver la serie 'Cosmos', la de los años 70 y 80, que era de ciencia y muy poética. Vi que esto me podía gustar», continúa este físico segoviano. Su horizonte personal lo sitúa ahora mismo en 2025. «Tengo el doctorado hasta ese año. Cuando llegue ese día, ya veré si quiero continuar por ahí o si me atrae más otra cosa. Y en algún momento me gustaría volver a España. Tengo muchos amigos en Madrid que están trabajando en 'startups', que están haciendo doctorados... Tampoco es que sea un erial así que por supuesto que veo factible volver a España, aunque en el tema de salarios y de cultura de trabajo tenemos mucho que aprender de Alemania», opina.