Rafael Monje

DE SIETE EN SIETE

Rafael Monje

Periodista


Déficit estructural en sanidad

01/02/2023

Si hay una cuestión de suma importancia que se desliza un día sí y otro también por un empinado tobogán esa es la sanidad pública. El caso de Castilla y León es, por ejemplo, peculiar por sus características sociales y demográficas. La Comunidad es la que cuenta con más médicos de atención primaria en relación con su población e, incluso, es también de las que más proporción presupuestaria dedican a la atención sanitaria. Sin embargo, no logra evitar un amplio déficit estructural en materia de personal. Las causas son sobradamente conocidas: es la región más extensa de España, presenta un alto índice de dispersión poblacional y su tasa de envejecimiento es de las más altas en la Europa de la UE. O sea, la tormenta perfecta en términos de prestación sanitaria.
Pero, por unos motivos u otros, el sempiterno Plan de Ordenación del Territorio que la Junta de Castilla y León lleva años tratando de instaurar y que, posiblemente, aliviaría este grave problema, sigue en un incomprensible punto muerto.
Tampoco se percibe ningún atractivo o motivación capaz de retener a los profesionales que se forman en las universidades de la Comunidad. La saturación y las largas listas de espera en las ciudades empieza a ser una tónica general, mientras que en las zonas rurales la escasez de servicios sanitarios es ya un problema acuciante.
También está por ver si dará los resultados esperados el reciente acuerdo de la Consejería de Sanidad y la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM) de Castilla y León para aprobar incentivos y mejoras de las cargas asistenciales de los médicos de atención primaria y hospitalaria. Entre otras medidas, este acuerdo contempla el incremento del importe del complemento por la realización de guardias y el abono de la actividad extraordinaria de los profesionales para aligerar las agendas y la actividad quirúrgica. Ojalá sean medidas efectivas para paliar el deterioro de uno de los pilares esenciales del Estado de Bienestar y se amplíen a los otros escalafones del personal sanitario y no sólo a los facultativos.