Ratas Spiderman

Sergio Arribas
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«No estoy segura en mi casa y vivo en un cuarto piso», relata Esther, aún angustiada tras 'cazar' al roedor que se coló en su vivienda del barrio de La Albuera. No es el único caso.

Esther Tapias en la terraza de su vivienda por donde se ‘coló’ el roedor, al que otros vecinos vieron escalar por la fachada. - Foto: S.A.

Esther Tapias vive con angustia, hasta el punto de no levantarse a orinar por las noches por «miedo» a repetir el aterrador encuentro. «No estoy segura en mi casa y vivo en un cuarto piso», relata la mujer, en referencia al desagradable episodio que aún le sobresalta y sobre el que aún busca una explicación. Una rata se ‘coló’ en su casa, en el cuarto piso de un bloque de la calle Cáceres, en el barrio de La Albuera. ¿Cómo ha llegado hasta allí? «Los vecinos de enfrente vieron a la rata por la fachada, creemos que pudo gatear por los canalones o por el ladrillo visto y debió de entrar por la terraza de mi salón», comenta la mujer, que ha vivido una ‘odisea’ para localizar y cazar al roedor. 

Tuvieron que poner «patas arriba» la cocina y retirar todos los muebles y electrodomésticos para hallar el escondite de la rata, a la que Esther había visto por primera vez sobre la gaveta de los utensilios de fregar, en lo que supuso un susto inolvidable. El pánico le obligó a trasladarse a dormir a la vivienda de un familiar hasta que su marido y unos amigos lograron localizar y dar muerte al roedor.

No es el único episodio de estas características que se ha vivido en el barrio. Hace una semana, en la plaza Tarragona, muy cerca de la casa de Esther, también fue vista otra rata ‘trepadora o Spiderman’. La mujer relata lo sucedido. «Fue un chico que vive en un cuarto piso. Cuando iba a trabajar a las cinco de la mañana encontró una rata en el sofá del salón comiendo pan. Cerró el salón y se marchó. Al día siguiente, jueves, salió por el mismo sitio donde debió entrar. Cayó al tercero. La vio otro chico que estaba cenando y la espantó. Cayó al segundo y el vecino la vio entrar por el conducto del aire acondicionado. Al final se subió a un tiesto, se tiró a la calle y la vieron irse», comenta Esther. Otro caso, no muy lejos de La Albuera, habla también de la presencia de los roedores. En una vivienda de Padre Claret, el perro alertó de una extraña presencia, que confirmó el pan y servilletas mordisqueadas en el salón.

Esther vive en un cuarto piso. Esther vive en un cuarto piso. - Foto: S.A.

«Nos han llegado avisos de la Plaza Tarragona y la calle Cáceres de La Albuera y ya hemos incrementado nuestra intervención en esa zona» comenta el concejal de Medio Ambiente, Ángel Galindo, que precisa que el Ayuntamiento —a través de FCC— solo puede intervenir en la zona de alcantillado público pero no en espacios privados, como viviendas. «Tenemos más de 300 puntos de control en la ciudad. Ponemos alimento y si vemos señales de la presencia de roedores procedemos a poner raticida. En estos casos, actuamos en los perímetros de la zona donde nos llega la queja», afirma Galindo, que desconoce las razones por la presunta proliferación de los roedores y su ascensión a los pisos. Hay que vecinos que señalan el excesivo tiempo en el que permanecieron abiertas zanjas de obra en la zona para la renovación de tuberías.

El concejal comenta que los vecinos tienen a su disposición raticidas que pueden recoger en las naves de FCC. Los barrios de San José, San Millán y La Albuera son «los que dan más problemas» por la presencia de roedores, aunque «este año estamos teniendo menos incidencias».