La residencia de Sepúlveda amplía su capacidad a 32 plazas

Cristina Sancho
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Cáritas Diocesana acomete obras de adaptación en el centro de mayores de la villa, que además celebra su treinta aniversario con la construcción de dos nuevas plantas.

La residencia de Sepúlveda amplía su capacidad a 32 plazas

Hace poco más de un año que los poco más de 20 usuarios de la residencia de ancianos de Sepúlveda que gestiona Cáritas Diocesana dejaron su casa para, con el paso del tiempo y unas obras, volver a ella en unas mejores condiciones. En este año 2020 se cumplen treinta años desde que la residencia abriera sus puertas en la localidad para atender a los mayores, pero la evolución de la sociedad ha hecho necesario someter el edificio a una importante reforma para garantizar la accesibilidad de los mayores. Había dos opciones o cerrar la residencia o ejecutar el proyecto por lo que desde Cáritas y, junto con los vecinos de Sepúlveda, han puesto todo su empeño en mantener un espacio que cada vez tiene más demanda. 

Las obras comenzaron en abril de 2019 y, aunque ha sido necesario realizar algunas modificaciones en el proyecto, avanzan a buen ritmo. El director de Cáritas Segovia, Mariano Illana estima que los trabajos puedan estar terminados en el mes de mayo. Mientras, las dependencias situadas en la calle Camino Nuevo, en el centro del municipio son una vorágine de fontaneros, albañiles y electricistas para dotar a las instalaciones de los mejores servicios. El espacio originario contaba con 26 plazas y con la ampliación se quiere dar cabida a unas 32 personas. 

El proyecto de reforma supone un cambio importante en la imagen del edificio ya que se han construido dos plantas más, todo ello teniendo en cuenta la orografía de Sepúlveda. Illana apunta que es un proyecto difícil de explicar ya que la primera planta de acceso al edificio se encuentra en la planta de calle, pero la tercera planta da a su vez a otra planta en la parte de atrás del edificio. «Dentro de la propia residencia había muchos desniveles propios de la orografía ya que se encuentra en una ladera y ahora con las obras se ha aprovechado a crear más espacios comunes para los ancianos, más sitio para el área de fisioterapia además de aumentar el número de plazas», explica. 

El párroco de Sepúlveda, Jaime Izquierdo vive el día a día de las obras y también apunta que se va a reestructurar la cocina y sobre todo se ha remodelado la parte más antigua del edificio. Así señala que se han creado dos rampas de acceso y se han instalado dos ascensores nuevos, uno para el uso de sillas de ruedas y otro de mayor tamaño que permite el traslado de camillas. Aunque la residencia ya contaba con un ascensor anterior, este ha quedado clausurado porque era demasiado pequeño para los usos necesarios en la actualidad. «La residencia se había quedado muy desfasada y los usuarios también demandaban ya unos espacios mayores y mejores», comenta Izquierdo. 

Esta obra va a suponer un paso más en la atención a los mayores ya que ahora también podrán realizar adecuadamente los cuidados a personas dependientes, mientras que antes esto era más complicado y las familias se veían obligadas a cambiar de centro. Para acometer las obras los usuarios tuvieron que abandonar las instalaciones. La mayoría de ellos, 19 fueron trasladados, previo acuerdo con las familias, a la Residencia San Miguel en Fuentespina (Burgos) que tenía espacio suficiente para acoger a todos los mayores. Dos de los usuarios volvieron con sus familias para ser atendidos durante el tiempo que duraran las obras y un tercero decidió marcharse a otra residencia de la zona. No obstante todos coinciden en algo. Tienen muchas ganas de volver a casa porque la ubicación de la residencia de Sepúlveda es muy buena ya que según cuenta el párroco, pueden salir con facilidad a la calle, está en el centro del pueblo y en un paseo están en la Plaza de España y cerca de las familias.

Desde que se conoció la realización de las obras, la sociedad sepulvedana se ha volcado en conseguir fondos y colaborar con la causa. Aunque el presupuesto ha tenido que ser modificado por los cambios necesarios en el proyecto, las asociaciones y colectivos de Sepúlveda están contribuyendo en la medida de sus acciones a paliar los costes. Así las recaudaciones obtenidas en una de las representaciones de teatro durante la Navidad, lo recogido en la San Silvestre y en el concierto ofrecido por la agrupación musical se ha destinado a tal fin. Mientras desde la entidad en Sepúlveda siguen buscando financiación para asumir la inversión. 

La reforma de la residencia se toma en la localidad como si fuera una obra en la casa de cada sepulvedano. Esto se debe a que tanto la empresa constructora, los electricistas, los fontaneros y carpinteros, entre otros son de la propia localidad. «Para ellos es como trabajar en su casa porque son conscientes de que en el futuro ellos pueden ser usuarios de las instalaciones o tienen algún familiar que ya forma parte del centro», comenta Jaime que espera que una vez terminada la reforma la residencia pueda prestar servicio otros treinta años más.