Ya está. Ya se hizo público lo que era un secreto a voces. Sucedió la pasada semana y creo que no fue una sorpresa para nadie. Pese a declaraciones confusas, ambiguas y hasta contradictorias, PP y VOX mantenían un noviazgo meloso desde el mismo momento en que se conocieron los resultados electorales del 13-F y los del partido ultra intuyeron (o supieron) que Mañueco haría todo lo posible, y lo imposible, por repetir en la Presidencia de la Junta. De ahí en adelante, solo era cuestión de pedir y de negociar aunque fuese con amenazas y ultimatums que olían a farol. El gran jefe Abascal había decidido que VOX entrara en el gobierno de Castilla y León y no había Mañueco que se lo impidiera, máxime cuando el líder del PP ya había descartado posibles acuerdos con todos los demás a excepción de Soria ¡Ya! Los sorianos, ingenuos ellos (ya conocerán el percal), sirvieron de atrezo. ¿Veis como habló con todos los que quieren hablar? Hay otros que no quieren y por eso no negocio. Mañueco es un hacha buscando disculpas. Es menos fino cuando tiene que explicar qué es la inmigración ordenada. Sus titubeos han dado la vuelta al planeta y vienen a corroborar que VOX puede comerle la tostada del relato en cuanto las dos partes se pongan a relatar. Sobre todo si Juan García-Gallardo se queda con la Vicepresidencia a secas sin incorporar competencias concretas. ¡Todo el santo día para enredar, hacer declaraciones e intervenir en la sombra! Ese flanco no se ataja ni con Carriedo de portavoz. Y mientras el resto de España y Europa nos mira como cobayas, aquí deshojamos la margarita de las consejerías una vez entregada a VOX la Presidencia de las Cortes. Sabemos el número, pero ignoramos los departamentos concretos. Algunos rumores ponen los pelos de punta. ¿Cultura para los de Abascal? Uff. ¿Agricultura cuando se han manifestado antieuropeos y los grandes temas agrarios se ventilan en Bruselas?, ¿rechazarán la PAC por poco española y apostarán por volver a su añorada autarquía? Saldremos pronto de dudas. Y quizás entonces tengamos ya que persignarnos a todas horas.