La médica y la psiquiatra que atendieron a Noemí Martínez en el hospital tras ser hallada junto al cadáver de su hija, la pequeña Olivia, a la que presuntamente dio una dosis letal de sedantes, declararon este lunes en los juzgados de Gijón. Ocurrió el 30 de octubre en Gijón, unos días antes de tener que ceder la custodia al padre para que la niña regresase a vivir con él a Segovia.

Según los abogados del padre de la niña, se ha confirmado lo que declararon ante la Policía: que la madre  suministró las pastillas a la pequeña con intención de matarla y que no mostró signos de arrepentimiento ni de tener las facultades mentales alteradas.

"Cuando la valoran tanto la médica como la psiquiatra es consciente de que ha matado a su hija, no muestra signos de arrepentimiento y su estado es normal. Distante y frío", señaló este lunes el letrado Daniel Labrador. "Indudablemente, si hubiera intentado suicidarse le habrían dejado ingresada en psiquiatría. Y la doctora que la atendió consideró que no se daba el protocolo para ello. La ingesta de pastillas no era suficiente como para entenderse que hubiera un intento de suicidio", añadió el también abogado Julio Diéguez.