La Virgen andaluza tendrá su bendición

A.M.
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La Cofradía de la Flagelación del Señor, de Nueva Segovia, podrá sacar en procesión a la imagen de su Dolorosa despues de haber esperado tres años

Ana Garrido junto a la Virgen que se integra enla Cofradía - Foto: Rosa Blanco

La historia que rodea a la imagen de María Santísima de los Siete Dolores, obra del escultor Rafael Martín Hernández (Cádiz, 1983), con estudio en Sevilla, se desarrolla en varios capítulos, coincidencias, discrepancias, momentos temporales –tres años en su conjunto– pero con un final feliz porque así está escrito y con fecha,  este 10 de septiembre, sábado, cuando sea bendecida en la Iglesia de la Resurrección del Señor, en el barrio de Nueva Segovia. La ceremonia permitirá que la Cofradía de la Flagelación del Señor la pueda  incorporar en alguno de los desfiles procesionales de la Semana Santa, declarada de Interés Turístico Nacional.  

Esta escultura, cuyo autor  sostiene que, aunque sea de vestir no responde al concepto canónico de Dolorosa andaluza y que tiene rasgos castellanos, que ha permanecido en el pasillo interior que rodea a la iglesia y, desde hace dos años, sobre un pequeño altar frente del salón de actos,  al no estar sacralizada, estuvo rodeada por la polémica de la que la presidenta de la cofradía, Ana Garrido, prefiere huir ante el próximo acontecimiento, que es lo que añoraban. El hecho es que  para algunos miembros de la Iglesia hubo reticencias para su bendición porque en Segovia había ya imágenes que podían sacarse en procesión, sin que fuera preciso recurrir a una nueva de otra procedencia donde se vive la Pasión de diferente forma. 

Garrido sostiene que «la pandemia y el tiempo ha hecho que todos nos tranquilizáramos un poco».  Así las cosas, tras la Eucaristía, el párroco Ángel García García-Estévez, autorizado por el Obispado,  bendecirá la imagen en un acto conducido por la historiadora Mercedes Sanz de Andrés bajo el padrinazgo de Dolores Gordillo Llovet y Pablo Fernández Caro, dos personas muy vinculadas con la  localización de la talla, cuyo precio puede oscilar en torno a 10.000 euros, sufragados por la cofradía, que solo se mantiene de las cuotas de sus miembros –unos 700– así como de un rastrillo y de la lotería navideña.

Según la presidenta, «estamos todos muy emocionados, volcándonos en que este acto quede bonito, la banda tocará en el besa mano del final, tenemos muchas ganas de que esto pase porque han sido tres años muy largos esperando»  

imaginero. Para cumplir el deseo de contar con una Dolorosa, Pablo Fernández Caro, vicepresidente de la cofradía, indagó por Internet y dio con el estudio de Martín. La casualidad quiso que Dolores Gordillo, vinculada con la Asociación coContra el Cáncer de Segovia, visitó el taller de este imaginero, junto a un grupo de amigas, y fue quien terminó animando a los cofrades para tomar la decisión final. Tras la aprobacion por la junta, el 23 de abril de 2019, varios de sus miembros bajaron a Sevilla, viaje que repitieron en el puente de San Frutos de se año, para subirla ya, guardándola provisionalmente en un armario. «Cuando la trajimos hubo sus más y sus menos para bendecirla pero eso ha pasado y no queremos darlo más vueltas», subraya Garrido.  

La intención es que la imagen de María Santísima de los Siete Dolores desfile con la Cofradía de la Flagelación, bien acompañando al paso del Flagelado, que sube a la Catedral el Jueves Santo, para participar al día siguiente en la Procesión de los Pasos, o portarla en andas en un Vía Crucis.  Aún no hay decisión.

Una obra de dos escuelas

Rafael Martín conoce y admira Segovia, ciudad que conoció en dos visitas, una de ellas en 'Las Edades del Hombre'. Había imaginado que alguna de sus esculturas pudiera desfilar en procesión por sus calles, deseo que verá cumplido. Se muestra muy satisfecho con su obra, concebida como ecléctica con tendencias tanto de las escuelas andaluza como de la castellana, no en vano rompe la frontalidad, incoporando en la talla un movimiento del cuello.  

La historiadora Mercedes Sanz de Andrés pone de relieve que se destaca el sentimiento de dolor de la madre ante el sufrimiento de su hijo. Los 'siete dolores' hacen referencia a los siete episodios de la vida de Jesús relatados por los evangelios que hicieron sufrir a María, quién acompañaba a su hijo en el momento de la muerte.  Realizada en madera de cedro, policromada al óleo, con 1,78 metros de altura, el rostro, ligeramente ladeado y de serena belleza, está marcado por un dolor contenido. Un puñal de plata atraviesa el pecho en señal de dolor siguiendo la iconografía propia de la profecía del anciano Simeón: «Una espada atravesará el alma para que se descubran los pensamientos de muchos corazones», sostiene de Andrés. Del vestido se ha encargado el especialista en bordados religiosos Juanjo Barber. 

Entre las aportaciones, la fotógrafa Mayte París regalará el estandarte, como promesa y agradecimiento tras un grave accidente de tráfico que sufrió hace tres años, cayendo por un terraplén de diez metros, frente a la ermita de La Aparecida. La cara de esta Virgen fue la primera que vio al despertar al día siguiente, tras mostrársela una amiga y decirle: «Ella te está cuidando».