El hospital de Segovia duplica su dotación de respiradores

David Aso
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Afrontó el inicio de la pandemia con sólo 19, incluidos dos antiguos que ya no estaban ni operativos y se recuperaron. Seis se rompieron además por exceso de uso, pero ahora dispone de 37

Donación de respiradores realizada el 8 de abril con la campaña de FES y la Cámara.

Todavía está por verse que en otoño o invierno la pandemia recobre tanta fuerza como para poner a prueba la capacidad y los medios del hospital de Segovia de la manera en que lo hizo durante las semanas más trágicas de la primera gran oleada, entre finales de marzo y durante el mes de abril. De momento, la creciente notificación de nuevos positivos no invita precisamente al optimismo y la propia consejera de Sanidad, Verónica Casado, reconocía semanas atrás que el inicio del repunte, aunque sea mucho menos grave que el de entonces, ha llegado antes de lo esperado; es ahora cuando se temía que empezaran a subir los casos, no en pleno verano, desde mediados de agosto. Pero si llega esa segunda gran oleada (para algunos ya ha empezado, mientras otros prefieren hablar de segunda fase de la oleada inicial), el Complejo Asistencial la afrontará con el doble de respiradores; y según aseguran fuentes de la Gerencia de Asistencia Sanitaria, «en caso de necesitarse algún respirador adicional, desde la Consejería de Sanidad se tiene un stock para su distribución entre los distintos centros».

Antes de la pandemia, cuando la distancia de seguridad sólo tenía sentido en el tráfico y las mascarillas eran cosa de sanitarios y asiáticos, el hospital segoviano contaba con 19 respiradores, 16 invasivos y 3 no invasivos. Los primeros, destinados a los pacientes más graves, son los que sustituyen la respiración natural y requieren por tanto intubación; mientras que los segundos ayudan a respirar mediante máscaras para insuflar el aire. Y en ambos casos se revelaron absolutamente insuficientes ante la cantidad de pacientes que los necesitaron. Sucedió en Segovia y en medio mundo, hasta el punto de que el mercado internacional se vio desabastecido, inflamado por una demanda sin precedentes, roto por la falta de oferta para atenderla y por ello enfermo de especulación.

Queda para el recuerdo el SOS que lanzaron profesionales del hospital de Segovia (igual que otros de España o Italia) para demandar a los ciudadanos máscaras de buceo del Decathlon con la intención de intentar adaptarlas como alternativa a los respiradores no invasivos. O la desesperada búsqueda que emprendieron los presidentes de la Cámara de Comercio y la Federación Empresarial Segoviana, Pedro Palomo y Andrés Ortega, quienes lideraron una campaña de captación de fondos para la compra de respiradores que terminaron encontrando tras tocar más de 200 contactos por una docena de países en 72 intensas horas. Si hubieran esperado unos días probablemente hubieran tenido menos dificultades para encontrarlos, pero en esos momentos el tiempo valía más que el oro, era vida. De hecho, los tres primeros que lograron, de segunda mano y propiedad de una empresa alemana que los tenía en un centro sanitario de Luxemburgo, los llevaron al hospital el 8 de abril por la mañana y, apenas una hora después, uno de ellos fue activado porque se había averiado uno de los que tenía el hospital y no le quedaba ninguno disponible.

De los 16 invasivos que tenía el Complejo Asistencial antes de la pandemia, 12 estaban en la UCI, 3 en Reanimación y 1 en Pediatría. No obstante, de los 12 de la UCI, Asistencia Sanitaria reconoce que 5 eran antiguos y 2 de estos ya habían sido «apartados», quedando tantos disponibles como puestos ordinarios en la unidad, 10, «pero fueron recuperados por el servicio técnico de electromedicina para su uso», matiza. Respecto a los 3 no invasivos, 1 estaba en la UCI y 2 en Pediatría.

Ahora son 28 los invasivos asignados al hospital, si bien 6 «están dañados y no son operativos» por «exceso de uso durante la pandemia», de ahí que en la práctica cuente con 22 en total: 1 en Pediatría, 3 en Reanimación y 18 en la UCI, ya que además esta unidad se está ampliando para disponer de otros seis puestos de manera regular. En cuanto a los 15 no invasivos, todos están operativos: 8 en Neumología, que antes no tenía ninguno; la UCI ha pasado de 1 a 5 y Pediatría sigue con 2.

Donaciones. Los aparatos procedentes de donaciones siguen siendo fundamentales en la dotación actual del hospital. De hecho, la campaña de captación de fondos que promovió la Federación Empresarial Segoviana con la Cámara de Comercio, cuya recaudación global superó los 235.000 euros gracias a aportaciones de empresarios y también de particulares, costeó cuatro respiradores no invasivos, aparte de los tres invasivos ya citados y más material como mascarillas o equipos de protección individual para este u otros centros sociosanitarios; incluidas 30 camas para los de la Diputación. 

Asimismo, la Escuela de Fútbol Sala Valverde emprendió su propia campaña. Recaudó 33.378 euros aportados por distintos clubes deportivos, empresas y particulares, y el 17 de abril, 9 días después de que llegaran los tres respiradores invasivos por la iniciativa de FES y Cámara, consiguió hacer llegar uno de primera mano. Costó 16.940 euros, así que todavía le quedó margen para adquirir un ecógrafo (11.000 euros) y otros aparatos de menor coste.

Por otro lado, además de los cuatro invasivos y los cuatro no invasivos procedentes de esas donaciones, a través del propio hospital o de la Consejería de Sanidad (que recibió ayuda externa de otros entes privados) se han obtenido otros 16, la mitad de cada tipo, con un coste por unidad que oscila de 22.000 a 29.000 euros en el caso de los primeros, y de 16.000 a 20.000 los segundos.

Así sale una dotación global de 37 respiradores (22 y 15), frente a los 19 de antes de la pandemia (16 y 3), después de sumar estas 24 adquisiciones (12 y 12) y restar los 6 invasivos que «están dañados y no son operativos» por su «exceso de uso». Y aparte, la citada matización de la Gerencia de Asistencia Sanitaria respecto al stock del que dispone la Consejería de Sanidad «en caso de necesitarse algún respirador adicional».

En lo que se refiere a medios materiales, por tanto, el hospital segoviano aparenta estar suficientemente dotado, o al menos mucho mejor que en marzo. También mejora a nivel de infraestructuras por el traslado de despachos para hacer un doble circuito en Urgencias y por los seis nuevos puestos UCI que se espera que estén disponibles a mediados de octubre, aunque persiste el déficit histórico de más de un centenar de camas para alcanzar las ratios recomendadas. Si el Complejo Asistencial vuelve a llenarse, como ya avanzaba El Día el 28 de agosto, los traslados a Valladolid serán de nuevo el plan b, para lo cual esta vez se ha habilitado el edificio del antiguo hospital Río Hortega. Pero por ahora, a pesar del repunte que empezó ya en agosto, Segovia puede respirar, dentro de una alerta que sigue siendo permanente.