Una vez lanzada el pasado lunes la propuesta de adjudicación por parte de la Mesa de Contratación, la Diputación de Segovia enfila la recta final del proceso de subasta pública que inició en noviembre de 2022 para desprenderse de todo el paquete accionarial de Quinta Real, la sociedad antes denominada Segovia 21 que promovió la institución provincial en 2005 para desarrollar el sector Quitapesares, con un millón de metros cuadrados que en breve pasarán a manos privadas. En concreto a las de Madaria HC Real State, que, tal y como adelantaba El Día en enero, es la matriz de La Farm, más conocida por ser la impulsora de diversas inversiones privadas que empezaron a revolucionar San Ildefonso en la primavera de 2020 por la compra de edificios céntricos para apartamentos, el antiguo hotel San Luis (ya reabierto desde finales de 2022 como La Farm) o la iglesia de Santa Isabel (camino de convertirse en centro de eventos sociales y culturales), además de otras actividades de ocio, salud y turismo. Su incontinencia emprendedora, plasmada con su marca en carteles a pie de obra en distintos puntos de LaGranja, apunta así a tener continuidad en Quitapesares con un proyecto residencial en pleno corazón de la zona de mayor expansión de la provincia (el corredor de la CL-601 entre Segovia y San Ildefonso) y dispuesto a bombear iniciativas en una línea parecida, pero a mayor escala.

La operación en ciernes, valorada en 12 millones (más la asunción de los casi nueve que tiene de deuda Quinta Real) conllevará el traspaso del campo de golf de La Faisanera, que ya por sí solo abarca más de 600.000 metros cuadrados; más de 100.000 m2 de parcelas residenciales con capacidad para 408 viviendas entre unifamiliares y bloques bajos; y cerca de 350.000 m2 de superficie calificada para hospedaje, oficinas, comercio, equipamientos, zonas verdes, servicios generales… Mucho margen para materializar diversos y llamativos proyectos ligados a ámbitos deportivos, culturales, educacionales o universitarios. No en vano, los futuros titulares de Quinta Real ya son dueños de la parte del sector que esta sociedad (entonces Segovia 21) enajenó hace más de diez años por más de ocho millones de euros, tras habérsela recomprado a otros promotores y al Sareb (la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria) antes de entrar en el proceso actual. 

Sólo a nivel residencial, Quitapesares en su conjunto tiene capacidad asignada para superar el millar de viviendas, aunque Madaria (o La Farm) no prevé pasar de alrededor de 400, dado que cuenta con reducir la densidad a la mitad, mientras la sociedad participada mayoritariamente por la Diputación apenas levantó 40 apartamentos en estos años, de los cuales seis continúan a la venta. 

Los futuros propietarios de Quinta Real cuentan con que se termine el hotel que quedó a medio construir. - Foto: Rosa Blanco

MASTER PLAN. Entretanto, de acuerdo con la información a la que ha tenido acceso El Día, Madaria trabaja en la elaboración de un master plan (plan maestro o plan rector) de desarrollo urbano con el estudio Rafael de la Hoz Arquitectos, autor de más de medio millar de proyectos en una veintena de países, tales como el nuevo centro residencial y de negocios de Bucarest (coronado con el mayor rascacielos de la ciudad como sede de la petrolera rumana Rompetrol), planes de nuevos desarrollos en la bahía de Baréin, el Argarve portugués, Estambul, China o Cuba, además de las sedes corporativas de multinacionales españolas como Endesa, Repsol y Telefónica, o la reforma del hotel de lujo más icónico de Madrid, el Ritz.

En la estrategia de la futura nueva propiedad entra también el hotel que quedó a medio construir hace más de una década. Entonces se preveía un NH, pero las obras se paralizaron en 2012, terminó puesto a la venta por Bankia en 2014 y ahora está por verse hacia dónde se orienta el negocio.

En paralelo, Madaria estudia levantar en Quitapesares un centro deportivo de alto rendimiento; y por otro lado, mantiene contactos con el Instituto de Empresa (IEUniversity) de cara a la posibilidad de crear en Quitapesares un campus deportivo que palíe la limitada oferta actual de equipamientos que complica el crecimiento de la Universidad privada en ese ámbito en Segovia, más allá de unas pistas que estrenó en 2019, a costa de quitarse plazas de aparcamiento dentro de su campus del Convento de Santa Cruz la Real. 

La Diputación también podría terminar el palacio de congresos con 3,6 millones de la compraventa. - Foto: Rosa Blanco

De momento, en cualquier caso, no dejan de ser iniciativas pendientes de plasmarse sobre papel en el que resulte el borrador definitivo del master plan, aunque ya dan idea de la ambición de los nuevos inversores, a la espera de cerrar la operación de traspaso de Quinta Real en apenas un mes.

Para ello, una vez que la Mesa de Contratación lanzó el pasado lunes la propuesta de adjudicación de las acciones de Quinta Real a Madaria, se abrió un plazo de diez días hábiles en los que esta sociedad privada debe recabar y presentar diversa documentación para que la Diputación pueda abordar la aprobación definitiva de la operación en un pleno. La siguiente sesión ordinaria está prevista para el 30 de marzo y el plazo de 10 días vence el día 27, demasiado tarde si se apura porque el trámite también ha de pasar por una comisión informativa previa, pero la parte compradora ha trasladado su disposición a adelantarse unos días. De lo contrario, todo podría retrasarse porque el siguiente pleno ordinario es a finales de abril, en principio el último antes de las elecciones del 28 de mayo. Pero sin esa demora, la firma ante notario de la compraventa podría tener lugar poco después de Semana Santa, acto en el que ya se hará efectiva la transferencia de los 12.077.000 euros que pagará Madaria por ello, además de asumir la deuda de casi nueve millones que tiene Quinta Real por un crédito subordinado con Bankia en 2017. 

INGRESOS PARA LA DIPUTACIÓN. El futuro palacio de congresos de la Faisanera y el parking aledaño seguirán siendo de la Diputación aunque estén en la misma zona, igual que el Vivero Cameral de la Cámara de Comercio de Segovia, con independencia de que una y otra institución se desprendan de sus participaciones en Quinta Real, del 96,114% y del 3,886%, respectivamente. De esta forma, con el cierre de la operación la Cámara recibirá casi 500.000 euros y la Diputación, 11,6 millones, de los cuales espera destinar seis de inmediato a un plan extraordinario de inversiones en los municipios (PAIM), de ahí también el interés por cerrar el traspaso de acciones cuanto antes; otros dos irán a amortizar deuda; y alrededor de 3,6 a terminar las obras de La Faisanera, si bien la ejecución de esta última iniciativa no será inminente.La idea del actual equipo de Gobierno de la Diputación es costear así la finalización del palacio de congresos y poder inaugurarlo en 2024, pero la última palabra la tendrán quienes gobiernen tras las elecciones municipales del 28 de mayo, ya sean los mismos u otros, tal y como avanzaba su presidente en una entrevista concedida a El Día en febrero, y así lo reafirmó el lunes. 

 El proyecto de La Faisanera se presentó en el Teatro Juan Bravo en junio de 2013, y en julio de 2014 arrancaba el grueso de la obra con un plazo inicial de 12 meses que ya se alargó en su momento (hasta el verano de 2016) por la batalla judicial que planteó y ganó el Ayuntamiento de Segovia al evidenciar defectos de edificabilidad y accesos, entre otros. Pero el mayor problema ha sido el de la legalización de la concesión administrativa de agua para el plan urbanístico en el que se enmarca este espacio; la misma losa que ha pesado sobre el desarrollo de todo Quitapesares, lastrado en cualquier caso por la crisis de 2008, que en años posteriores fue soterrando todos los proyectos que también entonces se vislumbraban allí.

Así terminó sumida Segovia 21 en un concurso de acreedores del que salió a finales de 2019, al tiempo que en estos años la Diputación, en coordinación con el Ayuntamiento de Palazuelos, terminaba de legalizar la concesión de agua con la obtención de la preceptiva autorización de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD), avalada por un proyecto de ampliación de la estación depuradora del municipio. Una infraestructura imprescindible para garantizar capacidad para atender el crecimiento poblacional que se espera con los nuevos desarrollos previstos, y pendiente de ejecutarse con fondos europeos ya canalizados a través de la Junta. De ahí que ahora se cuente con reactivar algunos de los proyectos privados varados desde hace años, como el ya citado del hotel que se quedó a medio construir; o por la parte pública, el del palacio de congresos, mientras los futuros dueños de Quitapesares van ordenando planes e ideas.