Las predicciones más alarmistas no fallaron

A.M.
-

Un estudio de las universidades Rovira i Virgili y de Zaragoza advirtió, a finales de febrero, los riesgos de Segovia, que certifican ahora los datos analizados por profesores del campus de la UVa

Las predicciones más alarmistas no fallaron

Cuando investigadores de la Universitat Rovira i Virgili (URV)y de la Universidad de Zaragoza desarrollaron una herramienta que ofrecía el riesgo de nuevos contagios por coronavirus en España, en base a un modelo matemático, dando a conocer los primeros resultados el 28 de febrero, muchas personas pensaron que se trataba de una exageración y se echaban las manos a la cabeza. 

Hoy, después de lo vivido, ver por ejemplo la cifra de casos que se atribuía a Segovia, un 0,19% de riesgo, el 19 de marzo,  certifica que era insignificante en comparación con la realidad, por desgracia, apreciándose que se quedó muy corta, cuando en aquel momento el contagio llegaba al 28,48%, registrando finalmente una prevalencia del 12,6 por ciento, 19.294 segovianos.     

El  doctor en Física de la Universitat Rovira i Virgili (URV) Álex Arenas sostiene en declaraciones a EL DÍA que, «cuando publicamos las predicciones de nuestro modelo dijimos que eran en la situación más optimista». 

Teniendo en cuenta que la herramienta se elaboró utilizando los datos de movilidad habitual entre municipios españoles de la población activa del país, proporcionados por el Instituto Nacional de Estadística, Arenas afirma que una de las razones del número de Casos en Segovia se debe al retorno de estudiantes que estaban en zonas de foco de infección, como Madrid. Se tuvieron en cuenta los contagios que podían hacer las personas asintomáticas,  uno de los principales obstáculos para poder controlar la expansión de la enfermedad. En la lista, la sexta localidad española que figuraba con mayor riesgo era Añe y la octava la capital segoviana, seguida de cerca de Encinillas, Los Huertos, Valverde del Majano o La Lastrilla, en esta provincia. 

El 5 de marzo, preguntado por este estudio en el programa ‘Enfoque de Actualidad’ de La 8 Segovia, el gerente de asistencia Sanitaria y miembro del comité de expertos de Castilla y León, Jorge Elízaga, ya se refería al problema de la conexión con Madrid, «donde viaja mucha gente» y afirmaba que:«Es un modelo matemático, las matemáticas son buenas, no siempre aciertan...». También, entonces, coincidía el jefe del Servicio de Sanidad, César Montarelo,  argumentando que el estudio partía de que imaginaba que el contagio se producía durante el periodo de incubación, cosa que no había evidencia científica,  y no tenía en consideración los casos importados. Por aquel entonces  los únicos registrados   llegaron de Italia.      

Los profesores de Análisis Económico del campus ‘María Zambrano’ de la Universidad de Valladolid (UVa) Alfonso Moral y Ángel Luis Martín-Moral han elaborado sendos estudios sobre los efectos desborde de los casos infectados por Covid-19 y sobre las consecuencias del confinamiento sobre la tasa de la mortalidad en Castilla y León. 

Alfonso Moral, profesor contratado doctor,  afirma a este periódico que que la existencia de flujos poblacionales entre territorios limítrofes puede explicar los patrones territoriales observados en el nivel de contagiados y fallecidos, con altos niveles en el sur de la Comunidad. Entre Segovia y Madrid esos flujos se producen por cuestiones laborales o estudiantiles y de desplazamientos a segundas residencias y se mantuvieron en un momento en el que el virus empezaba a estar entre nosotros. «Esto sin duda puede ser una de las explicaciones del fuerte crecimiento de los contagios de Segovia», matiza.

Mientras que las tasas de mortalidad mantienen los patrones espaciales observados en el caso de los contagios,  Moral explica que se confirman los efectos positivos del confinamiento y deben mantenernos alerta de cara a los flujos de población que genere la desescalada.

A su juicio «está claro que el confinamiento ha eliminado una de las fuentes de transmisión, la debida a los flujos poblacionales entre territorios», mientras que un comportamiento adecuado de la población, siendo conscientes de las medidas a tomar, ayudarán a que nuevos focos tengan un menor ritmo de propagación.