Duelo a tres bandas

M.R.Y. (SPC)
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Los Republicanos buscan un líder que les permita recuperar su espacio en un agitado tablero político

1.- Xavier Bertrand, presidente de la región Altos de Francia. 2.- Valérie Pécresse está al frente del Gobierno de la Isla de Francia. 3.- Michel Barnier es actualmente el candidato más valorado.

El tablero político en Francia no para de moverse. Mientras la izquierda trata de unir fuerzas de la mano de la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, elegida hace unos días candidata socialista a las presidenciales de 2022, una derecha cada vez más fragmentada busca su sitio. Y es que la irrupción del ultraderechista Éric Zemmour podría desbaratar los planes de la hasta ahora hegemonía de Marine Le Pen en ese extremo del escenario, mientras que la popularidad del jefe del Estado, Emmanuel Macron, está en caída libre. Por eso, el hasta hace poco tradicional partido, Los Republicanos, se rearma, esperanzado por el caos de sus contendientes en ese lado de la balanza.

Con la moral alta tras su éxito en las regionales del pasado junio, -en las que, además, la Agrupación Nacional de Le Pen, sufrió un importante patinazo y La República en Marcha de Macron pasó desapercibido- el partido ya tiene puesta la mirada en las presidenciales de la próxima primavera. Pero antes tendrá que dar un importante paso: elegir a su jefe de filas.

Para comenzar esa esperada resurrección, la formación celebrará unas primarias a principios de diciembre que ya parten con polémica. Y es que uno de los favoritos en esta contienda, Xavier Bertrand, se opone a celebrarlas, porque, a su juicio, este enfrentamiento fratricida de un voto interno «solo servirá para debilitar a la derecha» de cara a la «verdadera batalla», la del próximo mes de abril.

Bertrand evocó de este modo la hecatombe sufrida por Los Republicanos en 2017, cuando el bloque vivió un duro enfrentamiento entre Nicolas Sarkozy y Alain Juppé, que fueron eliminados, y el ganador, François Fillon no pudo aglutinar el apoyo de esos pesos pesados.

Fue en esos últimos comicios cuando el partido vivió su gran varapalo: Fillon acabó tercero en la primera vuelta y fue la primera vez en 60 años que un partido de la derecha clásica no lograba pasar a la segunda ronda.

Eso quiere evitar Bertrand, quien ha pedido al resto de candidatos unirse en torno a él: «Soy el único que tiene opciones para ganar a Macron y Le Pen», asegura. Y razón no le falta. Porque, a pesar de no ser el favorito para ganar las primarias -por delante de él se sitúa el exnegociador comunitario del Brexit Michel Barnier y de cerca le sigue la expresidenta del partido Valérie Pécresse-, sí apunta a ser el único político de la formación capaz de pasar a una segunda vuelta.

Barnier, uno de los últimos en entrar en la contienda, se impondría en las elecciones internas con un 27,6 por ciento, según los últimos sondeos, seguido del presidente de la región de Altos de Francia -20,3- y la jefa del Ejecutivo de la Isla de Francia -19 por ciento-, estos dos últimos reelegidos en los comicios del pasado junio.  Sin embargo, en caso de convertirse en aspirante al Elíseo, las tornas cambiarían: Barnier solo cosecharía un 8 por ciento de los votos, Pécresse obtendría un 12 por ciento y Bertrand podría llegar al 20 por ciento e, incluso, pasar a una segunda vuelta en la que no se descarta que pudiese ganar tanto a Macron como a Le Pen.

 

Distintos perfiles

Ministro con Sarkozy, Bertrand, de 56 años, se distanció de Los Republicanos en las presidenciales de 2017, cuando criticó a su partido por no pedir el voto para Macron en la segunda vuelta y distanciarse así de la ultraderecha. De hecho, rompió definitivamente con la formación meses después, cuando los conservadores optaron por la línea dura. Él representa una tendencia más moderada: la postura centrista de quien fuese su mentor, Dominique de Villepin.

Barnier cuenta a su favor pertenecer al partido al que pretende representar, aunque en contra tiene su escasa carrera a nivel nacional -en Francia ha sido ministro de Exteriores durante un año y diputado-, aunque sí presenta un amplio historial en la UE. Su europeísmo es, precisamente, la principal arma que puede usar contra Macron. A sus 70 años, afirma que quiere aspirar «a lo máximo» y ser «presidente de una Francia reconciliada». «Nuestro país va mal, necesitamos alternancia pare reconciliarnos, volver a estar juntos y actuar», asegura. Apunta a la línea más a la derecha del partido, manifestándose, por ejemplo, en contra de la llegada de inmigrantes.

La tercera en discordia es considerada un verso suelto de la derecha francesa. Presidenta desde 2015 de la región de la Isla de Francia -donde se encuentra París-, Pécresse, de 54 años,  no oculta sus simpatías por iniciativas medioambientales de sus rivales políticos y representa la candidatura más conciliadora con otros partidos. También rompió con Los Republicanos -en 2019- al censurar el acercamiento de este bloque a la ultraderecha. Sus postulados sociales le han hecho ganar mucha popularidad, incluso entre los votantes progresistas.

Tres posturas diferentes para un partido que tiene un único objetivo: buscar la unidad para resucitar.