Una industria al ralentí

C.C. (SPC)
-

El sector de fabricantes de vehículos, que representan un 10% del PIBy un 18% de las exportaciones al exterior, se muestra muy preocupado ante un volumen de negocio que no acaba de remontar

Una industria al ralentí - Foto: EFE

Hablar de la automoción en España es poner sobre la mesa un sector estratégico de la economía que representa en la actualidad el 10% del PIB nacional y es responsable del 18% del total de las exportaciones al exterior. Se trata de una actividad que, solo el pasado año, presentó un superávit comercial que superó los 18.900 millones de euros.

Sin embargo, a pesar de todo el potencial que significa en la economía y el mercado laboral nacional, el sector atraviesa uno de los peores momentos de su historia debido a diferentes causas internas y externas. El que más le está marcando es el cambio del modelo de carburación clásico a unas modernas motorizaciones híbridas, eléctricas o de hidrógeno que desde la política se pretenden implantar con demasiada rapidez sin tener los avances energéticos desarrollados para que sus vehículos sean competitivos y funcionales.

Además, la escasez de microchips tras la recuperación de la pandemia, la guerra de Ucrania después y otros factores como la inflación desorbitada que ha disparado tanto los costes de producción como los laborales han diezmado la expansión de esta actividad que se encuentra en una encrucijada ante un futuro incierto, al menos, en el corto plazo.

 La industria de automoción y movilidad es esencial para la economía española. De hecho, hay establecidas nueve marcas multinacionales con 17 plantas, que solo en 2021 ensamblaron 2,1 millones de vehículos, incluyendo 16 versiones electrificadas.

Como dato importante, la inversión media de estas organizaciones supera los 4.000 millones de euros al año en ampliación y modernización de las factorías donde desarrollan su actividad y, sin duda, es uno de los mayores inversores en I+D+i de la economía. 

Además, se trata de uno de los segmentos más atractivos tanto para los inversores nacionales como para los internacionales y, de hecho, España fue el segundo destino europeo preferido por las multinacionales para nuevos proyectos de automoción en los últimos cinco años.

Las plantas de producción nacionales se encuentran entre las más eficientes y automatizadas de Europa, con 1.000 robots industriales por cada 10.000 empleados. 

Asimismo, aunque el sector presenta uno de los mayores índices de desarrollo en modernización, automatización e I+D+i, sin embargo, no es suficiente para garantizar su expansión y rentabilidad en un mercado de incertidumbres y complejidad. De hecho, los fabricantes había puesto el foco en 2022 para dar por superados los efectos de la pandemia y recuperar los volúmenes de negocio anteriores.

La realidad es que las ventas de coches en España llevan años lejos de los registros habituales previos a la COVID, encadenando ya tres ejercicios de unos resultados muy pobres. Sin embargo, septiembre trajo un poco de optimismo al comprobar como las matriculaciones de vehículos crecieron un 12,7%, lo que es un resultado positivo si lo comparamos con el mismo mes del ejercicio anterior, aunque aún con un mal dato anual, en concreto, un 17,7% inferior a septiembre de 2019.

Exportaciones

Una de las cifras más positivas de esta industria es que el 86% de los vehículos y el 60% de los componentes fabricados en España se exportaron en 2021 a todo el mundo, en una tendencia que también se mantiene al alza para este curso con lo que un total de 1.820.727 vehículos se destinaron a mercados internacionales. 

España es una localización de referencia para nuevos proyectos de esta actividad. Entre sus ventajas más competitivas destacan la amplia implantación de la industria en el territorio, el liderazgo internacional, profesionales con alta cualificación y costes muy competitivos.