El campo clama por ser escuchado

SPC
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Asaja, COAG y UPA se manifestarán este viernes ante unos «inasumibles» costes de producción que hacen «inviable» la sementera de cereales en la Comunidad

Imagen de archivo de una manifestación celebrada en Palencia por los mismos organizadores. - Foto: Ical

Las organizaciones agrarias, Asaja, COAG y UPA se manifestarán el próximo viernes en Valladolid para denunciar los inasumibles costes de producción que hacen inviables la sementera de cereales y que está poniendo en jaque la viabilidad de numerosas explotaciones de la Comunidad. Los máximos dirigentes de las tres organizaciones coincidieron en señalar que el sector agrícola y ganadero de la Comunidad nunca se ha enfrentado a una incertidumbre como la actual, en la que la producción de alimentos de calidad no está garantizada dada la falta de rentabilidad. Así, explicaron que el coste de la sementera de cereales en una explotación de secano de 150 hectáreas ha pasado de 75.000 a 180.000 euros.

El presidente de Asaja Castilla y León, Donaciano Dujo, resaltó que mientras el gasóleo se ha duplicado, el precio de los abonos se ha multiplicado por cuatro y por seis el de la electricidad, a la vez que explicó que mientras el precio de los alimentos registra una subida media del 14%, los costes de producción en el sector acumulan un incremento entre el 300 y 400 por ciento. En este sentido, hizo un llamamiento a la sociedad para que no criminalice al sector de las subidas de precios, cuando la realidad es que agricultores y ganaderos se están empobreciendo.

Por su parte, el secretario general de UPA, Aurelio González, aseguró que la «salvación» del sector pasa por un plan de choque que contemple ayudas directas y bonificaciones fiscales, así como el cumplimiento del Ley de Cadena Alimentaria, en el que se deben implicar tanto el Gobierno central como por la Junta de Castilla y León.

El secretario de COAG Castilla y León, Lorenzo Rivera, recordó por último, que el lema de la manifestación será: «Si el campo no produce, la ciudad no podrá comer», y reclamó a las autoridades un control de la especulación y la necesidad de poner en marcha ayudas directas. Así, rememoró que mientras en la crisis generada por la pandemia los ERTE costaron a las arcas públicas 20.000 millones de euros, y la banca se llevó otros 60.000 euros en ayudas durante la crisis de 2008, «la situación límite que el vive ahora el campo hace necesario contar con ayudas directas».