La entrada al tablero del asociacionismo de una nueva agrupación comercial de ámbito provincial, Fecose (Fomento de Empresas de Comercio de Segovia), constituida este mes y presentada el viernes de la semana pasada con el apoyo de la Federación Empresarial Segoviana (FES), ha puesto en jaque a la agrupación sectorial de siempre, la de Comerciantes Segovianos (ACS), cuyo futuro es más que una incógnita. Fue socia fundadora de FES en 1977, pero la patronal no cuenta con ella si no se retiran sus actuales dirigentes. Al frente está desde hace más de 20 años Manuel Muñoz, que coincide que fue reelegido en junio en un proceso sin opción de que se presentara un candidato alternativo y resuelto con sorprendente discreción, ya que no se publicó ni en la sección de novedades de su web. «Ni siquiera los socios nos enteramos», asegura a El Día el presidente de FES, Andrés Ortega, quien dice que se enteró «de casualidad» al verles en asamblea.
ACS llegó a tener medio millar de socios, le quedan menos de 180 y ya está perdiendo más en favor de Fecose, que apunta a superar los 200 en breve, con lo que eso supone de pérdida de ingresos por cuotas (fundamentales para su viabilidad) y riesgo de recorte de ayudas públicas, condicionadas al mantenimiento de un peso representativo seriamente amenazado incluso de cara a la interlocución con los sindicatos. Y aunque todavía comparte sede física con FES en estos días de tensa convivencia, Muñoz admite a El Día «conversaciones avanzadas» para mudarse con la asociación de hosteleros Hotuse (antigua AIHS), que ya hace un año que se fue a otro local y terminó anunciando su desvinculación total de FES en mayo; precisamente, tras acusarla de «suplantación» y de pretender una representación hostelera alternativa.
El conflicto viene de lejos. De antes incluso de octubre de 2016, que fue cuando Manuel Muñoz, entonces vicepresidente de FES, pugnó con Ortega por la presidencia de la patronal provincial. Renunció justo antes de la votación al verse sin los apoyos necesarios: «FES debe estar al servicio de las patronales, no las patronales al servicio de FES», declaró Muñoz a la prensa ese mismo día. A la asociación de hosteleros sí la tenía ya de su lado, pero no le bastó, y Ortega, después de fundirse en un abrazo con su predecesor, Pedro Palomo, deslizó un mensaje ambiguo pero con sustancia: «Hostelería y comercio intentarán que sus planteamientos se lleven a cabo en un porcentaje alto. Ahora viene un proceso de negociación, que nos tiene muy acostumbrados la sociedad española, y todos sabemos de lo que estamos hablando».
Ortega llegó a ofrecer a Muñoz integrarse en la candidatura ganadora, pero lo rechazó, y apenas dos meses después, en navidades, Javier Castaño, vicepresidente de FES, anunció su intención de optar a la presidencia de ACS para «dar continuidad a la renovación» iniciada en octubre. Sin embargo, aquel intento se vio frustrado por una extraordinaria escasez de cargos con derecho a voto y unos discutidos estatutos que impedían la presentación de dos candidatos por la imposibilidad de sumar avales suficientes, de tal modo que a Muñoz le bastó con su propio respaldo, el de otro miembro y el de los compromisarios que ellos mismos invitaron a participar.
Así ha terminado la patronal manifestando públicamente su apoyo a una asociación comercial alternativa que «será a partir de ahora la que represente a los comerciantes de la capital y de la provincia dentro de FES», dijo Ortega en la presentación. Eso sí, sin dejar de subrayar que Fecose nace del descontento mayoritario de los propios comerciantes con ACS. «Esa inacción que llevamos viendo durante meses, años, también la han visto muchos empresarios del sector. Ellos, de manera individual y por propia iniciativa, son los que deciden constituirse como asociación», añadió.
«Sabíamos que había mucha desunión, sentíamos que no estábamos representados suficientemente y que no estábamos unidos», dijo también quien se ha convertido en presidente fundacional de Fecose, Roberto Manso, miembro de la actual directiva de FES y también presidente de Comerzio José Zorrilla. Una asociación que, por cierto, surgió hace 14 años tras salirse de ACS los comerciantes de esa zona por diferencias sobre la gestión de sus cuotas. Hoy, detrás de Fecose, aparte de Comerzio José Zorrilla están Decalles y otras asociaciones veteranas o de nueva creación del alfoz, Cuéllar, El Espinar o San Rafael.
El presidente de FES, entretanto, advierte en declaraciones a El Día que no renuncia a una tercera vía: «Nuestro deseo sería que una organización como ACS pudiera tener viabilidad, que continuara, que tuviera un presidente elegido en asamblea general con un apoyo importante. Y a ser posible, que fuera un comerciante elegido por comerciantes, como en Fecose».
Muñoz, por su parte, afirma que quiere continuar en FES: «Vamos a intentar seguir en tanto en cuanto las circunstancias nos lo permitan. Entre otras cosas, porque no tenemos por qué marcharnos de una casa en la que llevamos toda la vida». Ortega, sin embargo, lo atribuye a que no puede desvincularse por una deuda contraída como consecuencia de «un rescate» de FES a ACS por números rojos que acumuló en los años previos a las elecciones de 2017.
Respecto a las «conversaciones avanzadas» que reconoce Muñoz con Hotuse para compartir instalaciones, matiza que «eso no significa dejar de pertenecer a FES», recordando en ese sentido que ya hay otros casos de asociaciones que forman parte de la patronal sin estar en su sede. «La idea del traslado estaba además muy decidida desde mucho antes de que pasara esto», sostiene. «Cuando se fue Hotuse nos dejó un poco huérfanos. Estamos hablando de dos asociaciones hermanas que representan establecimientos a pie de calle, tenemos muchas cosas en común y llevamos tiempo buscando este encaje». No obstante, la partida sigue y se hace difícil imaginar un futuro con espacio en el tablero del comercio para dos asociaciones del nivel de Fecose y ACS.