El Teatro Cervantes necesitará tres años y medio de obras

D. A.
-

El Ayuntamiento tramita la licencia ambiental y espera el visto bueno de Patrimonio en breve, pero aún debe salir a licitación

El Teatro Cervantes necesitará tres años y medio de obras

El próximo 14 de diciembre se cumplen 35 años del cierre del Teatro Cervantes, que en esos tiempos ya sólo funcionaba como sala cinematográfica y además poco. Abrió sus puertas por primera vez el 12 de septiembre de 1923, así que su centenario llegará en 2023 y para entonces, si no se suman más imprevistos a la enorme lista que acumula, es probable que se encuentre en plena fase de rehabilitación. Todavía le queda alguna posibilidad de soñar con que la reinauguración coincidiera con tan ilustre efeméride, pero nadie duda de que ese margen es escaso y, de hecho, ningún político se ha aventurado en público a asociar una y otra fecha.

El proyecto de rehabilitación se ha actualizado este año con la incorporación de diversas modificaciones de carácter técnico y normativo, tras las cuales mantiene un plazo de ejecución de 42 meses, igual que cuando salió en 2011 a licitación, paralizada dos años después sin que llegara a formalizarse la adjudicación, coincidiendo con la crisis y los recortes del inicio de la primera legislatura de Rajoy. Cierto es que todavía podría darse el caso de que alguna empresa se comprometiera a hacerlo en menos tiempo a través de la oferta que presente a una nueva licitación en próximos meses, durante el concurso que se convoque para adjudicar el contrato, pero aparte del poco margen que queda, aún hay varios frentes abiertos por resolver en la fase administrativa previa al inicio de los trabajos.

A nivel local, la Concejalía de Urbanismo trabaja precisamente en dos de esos frentes. Por un lado, en coordinación con la Comisión Territorial de Patrimonio Cultural para que le autorice el proyecto modificado; si todo fuera según lo previsto, en la reunión de finales de este mes, según avanza a El Día la concejala del área, Clara Martín. Y por otro lado van los trámites para la concesión de la licencia ambiental: el Ayuntamiento sacó su solicitud a información pública a mediados de noviembre y ese plazo de exposición se ha cerrado con una alegación presentada, concretamente, por el Servicio Territorial de Educación, como titular de la Casa de los Picos, que ahora tocará estudiar y responder.

El Teatro Cervantes necesitará tres años y medio de obrasEl Teatro Cervantes necesitará tres años y medio de obras - Foto: Rosa Blanco

Tanto la autorización de Patrimonio como la licencia ambiental que se concedieron años atrás estaban caducadas y esas dos renovaciones son dos pasos administrativos que deben resolverse antes de que, a nivel estatal, el Ministerio de Fomento saque por fin el proyecto a licitación. Un trámite que llevará más tiempo y que, según la concejala de Urbanismo, puede toparse con un problema añadido: «El Gobierno probablemente necesite tener aprobados para ello los Presupuestos Generales del Estado de 2020», cuando aún hoy está por verse un acuerdo de investidura.

El proyecto. El proyecto que se ha sometido a exposición pública el mes pasado por la licencia ambiental, firmado por la UTE Fuster-León-Muñoz-Segovia con fecha de febrero de 2019, contempla un presupuesto de 11,1 millones (impuestos incluidos), frente a los 8,5 por los que salió a licitación en 2011. Se encarece más de un 30% por la evolución de los precios de la construcción en este tiempo y también por otras cuestiones, ya que ha tocado adaptarlo a cambios normativos que afectan a los subsistemas de electricidad, calefacción, fontanería, protección contra incendios, barreras arquitectónicas... Ha habido que introducir ajustes en las instalaciones incluso para adaptarse a los nuevos equipos escénicos que se pondrán, dado que los que se proyectaron inicialmente ya ni se fabrican, de ahí que por ejemplo se modifiquen en anchura y altura la estructura prevista del peine (el enrejado con poleas de donde se cuelgan los decorados) o las pasarelas de sonido e iluminación.

Además, tal y como se recuerda también en el proyecto, el edificio del viejo Cervantes está «prácticamente demolido». Lo mejor que le queda a nivel de conservación es la fachada que da a la calle Real, aparte del tramo de Muralla que linda con un lateral largo, el lado sur de la parcela, mientras lo que queda en el interior «presenta un estado de total abandono tras la paralización de sus obras de rehabilitación en 2007». Sólo restos del cuerpo principal del edificio y además al descubierto.

Imagen aérea del Teatro CervantesImagen aérea del Teatro Cervantes - Foto: Mayoral

El solar tiene en total una superficie de 1.564,76 metros cuadrados y sus límites de ubicación en planta son los marcados por el antiguo teatro, al tiempo que sus límites volumétricos son «en general» los incluidos en el proyecto de 2007, según los autores de la modificación.
«El teatro ocupa el antiguo patio de la Casa de los Picos, edificio que se apoya en la antigua Muralla, que configura su fachada y a su vez cede su planta baja para proporcionar el acceso al interior del teatro». Después sólo se abre hacia un patio interior en el que tiene un acceso secundario, por Obispo Gandásegui, destinado a personal y material escénico.

En total se prevén 4.024,55 m2 construidos que darán para una superficie útil de 3.054 repartidos en dos volúmenes: el cuerpo principal del edificio, que constará de seis niveles de estructura, y un cuerpo secundario con cinco que se dedicará a temas administrativos. Desde fuera se verán alturas de planta baja, primera, segunda, tercera y bajo cubierta. En la planta baja (1.002,21 m2 de superficie útil), las zonas más grandes serán las del vestíbulo/zona de descanso (147,90), vestíbulo/acceso principal (92,31) y una sala de conferencias (105,33) con un centenar de plazas, aproximadamente. A la altura de la planta primera (949,58) quedará el escenario, cuya superficie (265,10) dará para que la ciudad pueda acoger a partir de entonces espectáculos de gran formato para los cuales hoy carece de infraestructura (el Juan Bravo da para los que se consideran de formato medio), y además con capacidad para unos 600 espectadores.

«Será principalmente un centro receptor de producciones externas en gira y de formato profesional», tal y como se resume en el proyecto, y «tendrá múltiples necesidades de equipamiento escénico debido a la necesidad de cubrir las demandas de configuración requeridas por cada tipo de espectáculo o evento a programar». «Teatro de cualquier formato, exceptuando espectáculos de teatro experimental con el público distribuido alrededor del escenario», además de «zarzuela, ópera o danza con música de orquesta», conciertos tanto de música «amplificada» como «sinfónica, de cámara, solistas o bandas sin necesidad de amplificación, conferencias, congresos» y «otros actos sociales diversos».

Así queda el proyecto sobre el papel, pero toca plasmarlo en una realidad que hoy sólo devuelve una imagen donde «no existe un edificio como tal», sino «diversos elementos que restan de épocas pasadas» y esperan soluciones tras demasiados años de parálisis.