La luz y el gas desbordan la previsión de gasto de los pueblos

D. A.
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Proliferan reajustes por previsiones de gasto energético desbordadas o casi, mientras se avanza en led, placas, calderas eficientes y la opción de reducir horas de calefacción

La Lastrilla ya puso led en toda la carretera de Soria y un tramo amplio de la de Valladolid. - Foto: Rosa Blanco

Mientras el Fondo Monetario Internacional advierte que lo peor está por venir y el Gobierno impulsa un plan de ahorro energético a escala nacional, los ayuntamientos de pueblos grandes y pequeños de Segovia palían como pueden o saben, con mayor o menor tino, lo que ya tienen encima y lo que les espera. Igual que las empresas, de cuya situación y medidas informaba El Día la semana pasada, o por supuesto los particulares, cada cual con sus circunstancias y recursos. 

Por un lado, a falta de al menos un trimestre por facturar, no son pocos los ayuntamientos que ya han agotado, o casi, el dinero que reservaron para gastos energéticos en sus presupuestos anuales, lo cual no significa que se expongan a impagos, pero sí a detraer unas partidas en favor de otras. Por otro lado, avanzan en su transición energética poniendo luces led, modelos de caldera más eficientes o placas solares, entre otras iniciativas. Y a nivel de ahorro, sobre la mesa, la opción de reducir horas de calefacción en edificios donde no se atienda a población sensible, aparte de rebajar temperaturas y otras medidas ya prescritas desde el Gobierno y, en muchos casos, desde la UE.

El Ayuntamiento de La Lastrilla aprobaba precisamente el 7 de octubre una rebaja del 25% en el IBI para quienes pongan placas solares en sus domicilios, y del 75% en el impuesto de circulación de coches eléctricos. «Intentamos que la crisis sea más llevadera para nuestros vecinos», argumenta su alcaldesa, Elisabet Lázaro, que destaca iniciativas como el cambio a led del alumbrado de toda la carretera de Soria y de «un tramo importante» de la de Valladolid entre el año pasado y éste. También planean hacer lo propio con la del casco urbano; esperan respuesta a una petición de subvención europea para poner paneles solares en el colegio, el polideportivo, la piscina y el Consistorio; han cambiado de compañía de gas para que la subida sea menor; y han reajustado la calefacción del colegio«para evitar la pérdida de calor en horas sin actividad». Pero el impacto sobre el presupuesto anual ya es importante: «En el colegio habíamos previsto 40.000 euros en gas y electricidad y ya hemos gastado 8.400 más, e igual pasa con las instalaciones deportivas, que teníamos 90.000 y hemos gastado 18.800 a mayores». Tampoco alcanzará la partida inicial de 175.000 para alumbrado público, ya que sólo quedan 14.200. Y es que de momento calculan que sus gastos energéticos se han cuadruplicado respecto al año pasado, de ahí los reajustes que ya van haciendo, aunque sin recurrir todavía a trámites ordinarios de modificación presupuestaria, que requieren acuerdos plenarios. «Por vinculación podemos derivar de unas partidas a otras siempre que tengan una relación directa entre ellas», explica.

Cuéllar tiene placas desde este año en sus tres colegios (en la imagen, el CEIP La Villa).Cuéllar tiene placas desde este año en sus tres colegios (en la imagen, el CEIP La Villa). - Foto: Cristina Sancho

La situación es parecida en Nava de la Asunción, tal y como coincide en señalar su alcalde, Juan José Maroto: «Esperamos que con las vinculaciones de otras partidas podamos tener para pagar, pero no es descartable que tengamos que hacer alguna modificación presupuestaria», porque allí también van«un poco al límite». La subida que soportan en este caso está en torno a un 50% respecto a 2019, según Maroto, y aparte de que ya el pasado invierno reajustaron temperaturas de calefacción y horas de uso, igual que en verano con la climatización, mientras reducían la intensidad del alumbrado, también tienen «varias» solicitudes de fondos europeos para placas solares y cambios de calderas.

Rondando el 40% de subida en la factura eléctrica respecto al año pasado están en Torrecaballeros, según su alcalde, Rubén García de Andrés. «A estas alturas de 2021 iban unos 50.000 euros y ahora van casi 70.000 entre el alumbrado público, la depuradora, el Ayuntamiento y otros locales municipales», resume. «Y menos mal que cambiamos a led el alumbrado del municipio entre 2020 y 2021, salvo el de la travesía», aprecia, porque aun así han agotado la partida anual del consultorio médico y «seguramente» no sea la única. Más aún cuando ahora les vencen varios contratos cuyas renovaciones conllevarán peores tarifas. «Veremos lo que suben, que aún no sabemos, pero lo que no vamos a hacer es escatimar con la calefacción de la escuela infantil, el colegio o el propio consultorio médico», recalca, independientemente de que puedan tomar medidas de ahorro como retrasar el encendido de la calefacción en otros espacios menos sensibles «mientras la meteorología lo permita»; o de eficiencia energética, como ya hicieron el año pasado con la instalación de aerotermia en el centro cultural.

En el centro médico de Ayllón sí que estrenaron ya la temporada de calefacción. «Nos lo pidieron y evidentemente había que ponerla», relata su alcaldesa, María Jesús Sanz. «Hay sitios donde igual podemos ponerla menos tiempo, como en el Ayuntamiento, o tal vez en el polideportivo, que al estar haciendo deporte, pues igual en lugar de cinco horas de calefacción se puede pasar con tres, ya veremos. Pero no puedes hacer eso en el centro médico, con pacientes que se tienen que desnudar, ni en la residencia de ancianos o el centro de jubilados. Ni en la escuela de música, que allí se pasa mucho tiempo sentado». El sobregasto de este año no lo concreta aún:«Pronto veremos el estado de ejecución del presupuesto, pero casi seguro que las partidas de gastos energéticos ya estén temblando», admite, mientras espera la resolución de una convocatoria de fondos UE a la que opta Ayllón para poner placas solares en el colegio y, probablemente, en la guardería. El alumbrado público ya es de led en todo el municipio desde hace unos meses.

Navares de las Cuevas ha dejado las farolas de sus plazas con sólo una bombilla.Navares de las Cuevas ha dejado las farolas de sus plazas con sólo una bombilla.

El alcalde de Cuéllar, Jesús Fraile, tampoco se aventura a concretar la subida, «aunque evidentemente se ha producido», y ya colocaron placas en los tres colegios en el primer trimestre. «Me gustaría poner en el casco histórico, pero es complicado por la normativa de Patrimonio, y estamos estudiando ponerlas en el campo de fútbol, aunque también hay otras prioridades». Pero sí espera «poner led en el polideportivo de aquí a final de año». 

En San Ildefonso, su alcalde, Samuel Alonso, matiza que la interventora «aún está echando números del tercer trimestre» para detallar cuánto se han disparado las facturas, «pero ya hubo meses antes del verano que daban subidas de más del doble respecto a 2021». Y eso que allí empezaron a poner led «hace siete u ocho años», lo cual ha permitido «que la subida en alumbrado sea menos impactante», valora. Además, en 2021 instalaron placas sobre la nave municipal, así como puntos de recarga en su interior de cara a la paulatina sustitución de la flota de maquinaria y vehículos por eléctricos, con una camioneta y una furgoneta adquiridas este año, mientras avanzan en cambios de calderas en distintos espacios. Incluida la piscina cubierta, donde han puesto «calderas en cascada, que así se llama cuando pones varias sin que estén todas en marcha a la vez, sino según la demanda de cada momento».

Años atrás también instalaron calefacción por pellets en el CEIPLaPradera de Valsaín, por ejemplo, y tocará seguir tomando medidas.«Las partidas para energías que presupuestamos para este año no se han gastado aún, pero quedan tres meses todavía, así que ya veremos».

San Ildefonso instaló placas solares en la cubierta de la nave municipal en 2021 y aprovechó para poner dentro puntos de recarga de vehículos eléctricos. San Ildefonso instaló placas solares en la cubierta de la nave municipal en 2021 y aprovechó para poner dentro puntos de recarga de vehículos eléctricos.

«Ya veremos», dice también el alcalde de Palazuelos, Jesús Nieto, al preguntarle cómo lidia su Ayuntamiento con la crisis energética, pensando en que «la temporada de invierno está por llegar». Allí reservaron 214.000 euros en el presupuesto anual para electricidad, 67.000 para gas y 20.000 para combustibles, y por ahora no han tenido que ampliar.

Con cifras mucho más modestas se mueven en pueblos pequeños como Pajarejos, claro, que sólo tiene 21 habitantes y un presupuesto de apenas 30.000 euros para todo. «Y si antes se nos iban 7.000 u 8.000 en gasto energético, ahora estaremos en 12.000», calcula su alcalde, David Barbolla. «Pusimos muchas bombillas led, pero aquí además el gasto por habitante es muy alto porque en invierno hay farolas que no alumbran a nadie, y aun así tienes que dar el servicio».

«Hace tiempo que pensé en apagar calles sin vecinos, pero se lo pondríamos más fácil a los ladrones», avisa el alcalde de Navares de las Cuevas (22 habitantes), Vicente Robisco, que sí ha optado por dejar sólo una bombilla en farolas de tres o cuatro brazos en las plazas, mientras ve facturas de luz que duplican las de 2021.

Del riesgo de robos da fe la alcaldesa de Calabazas de Fuentidueña (27 habitantes), Francisca Jurado: «Antes apagábamos luces en calles sin tránsito a cierta hora, pero entraron a varias casas al principio de la pandemia y cambiamos». Además, el IDAE concedió una ayuda UE en 2020 a la Comunidad de Villa y Tierra de Fuentidueña para poner led en sus 21 pueblos, incluido Calabazas. «Nos ha salvado bastante, pero aun así los gastos de ahora pueden ser más del doble», estima.

Carbonero el Mayor, Valverde o Navas de San Antonio también se beneficiaron de aquella convocatoria del IDAE para poner led; Casla, Castillejo yChañe han recurrido para ello al Plan de Ayudas para Inversiones Municipales (PAIM) de la Diputación, igual que otros lo hicieron antes por estas u otras vías. Entre 2020 y 2021, desde Pinarejos hasta San Cristóbal de Segovia, pasando por Lastras de Cuéllar, Vegas de Matute, Villacastín o Los Ángeles de San Rafael, y la lista seguirá creciendo porque la transición energética ya no se ve como un reto, sino como una obligación.