Irene Montero quiere ocupar el trono

Pilar Cernuda
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El distanciamiento de Unidas Podemos con Yolanda Díaz ha hecho cambiar su hoja de ruta a la formación morada, que ahora piensa en la ministra de Igualdad como cabeza de cartel electoral

Irene Montero quiere ocupar el trono - Foto: Juan Ignacio Roncoroni

En Podemos ya no se niega que Irene Montero pueda ser candidata a la Presidencia del Gobierno. Puede serlo, aunque dependerá de lo que tenga entre manos Yolanda Díaz. Pero si hasta ahora la prudencia aconsejaba a los dirigentes de Podemos cuestionar el futuro de la vicepresidenta como candidata de ese partido, ahora existen dudas fundadas de que lo sea; incluso que forme parte de una de sus listas al Congreso con esas siglas. Ha sido Pablo Iglesias el que ha dado el pistoletazo de salida para poner en duda que Díaz tenga cabida en el proyecto de Podemos.

Lo hizo días atrás cuando intervino en la Uni de Otoño de Podemos, una cita que tenía como objetivo dar un balón de oxígeno el alicaído ánimo de la familia podemita, a la que los sondeos indican que pierde muchos apoyos. 

En su discurso, Iglesias -que fue quien designó a Yolanda vicepresidenta segunda y candidata de Podemos- se refirió por segunda vez a a ella como una persona poco fiable desde el punto de vista político. La primera había sido en la campaña andaluza, cuando dijo que se sentía traicionado por la política gallega que, como se recordará, viajó a Andalucía para conseguir que el candidato a la Presidencia de la Junta fuera quien ella deseaba y, después, protagonizó una oscura maniobra que tuvo como resultado que Podemos no pudo presentarse a esas elecciones porque la coalición que había formado con otros partidos se presentó en el registro fuera de plazo.

En la intervención-mitin de Iglesias en la Uni de Otoño transmitió muchas claves para el entusiasta público. La más importante, su distanciamiento con Yolanda Díaz, antaño amiga tan entrañable, que no se produjo sorpresa cuando la señaló como su sucesora en el Gobierno y en el partido. 

Segunda, el tono del discurso de Iglesias demostraba que no tiene la menor intención de quedarse al margen de la política. No con un papel activo respaldado por un cargo; probablemente no ha superado la humillación de haber sido vencido por Díaz Ayuso cuando se presentó candidato al Gobierno de Madrid, una derrota tan dura que Iglesias anunció que abandonaba la política. Lo ha hecho formalmente, pero sigue marcando la línea a seguir en Podemos, interviene en los actos importantes y sigue contando con voz y voto en el partido. 

Beso en el escenario

Tercera clave, que se visualizó con el beso en la boca a Irene Montero en el escenario: era ella, Montero, su persona de confianza, su candidata para todo lo importante que se tenga que decidir. Probablemente, la titular de Igualdad tendrá mucho que ver con la candidatura a la Presidencia del Gobierno. 

Si por cuestiones relacionadas con alianzas políticas, donde hay cambios todos los días en función de las nuevas circunstancias que se presenten, se produjera un nuevo acercamiento entre Yolanda y Podemos que superara el enfriamiento actual -que es congelación- y se inclinara otra vez la balanza en favor la vicepresidenta, Irene Montero debería ocupar un lugar de honor en las listas de Podemos al Congreso.

 Hoy por hoy es la favorita, la mujer que debe ocupar el trono del partido. Entre otras razones porque se ha asumido que Díaz no tiene la menor intención de ocuparse en cuerpo y alma a Podemos, sino que sigue adelante con su proyecto Sumar. Esto es lo que ha provocado la animadversión de Pablo Iglesias hacia Díaz, animadversión que ya sentían desde hace tiempo Irene Montero e Ione Belarra.

Iglesias sigue de cerca el proceso de creación de la plataforma Sumar, como hace también Pedro Sánchez, ya que de su éxito o fracaso puede depender la continuidad de este último al frente del Gobierno.

A Iglesias no le ha gustado la idea en sí, desde el primer momento se dio cuenta de que debilitaba a Podemos no solo porque dividía el voto de la izquierda sino porque la vicepresidenta segunda ha conseguido que cale la imagen de que es una mujer de izquierdas con más sentido de Estado que sus compañeros de Podemos en el Gobierno. Por otra parte se apropió de iniciativas sociales que en buena ley no promovía ella sino el ala podemita. 

Errejón, en la mira. Iglesias siente ahora especial inquina hacia Díaz por sus acuerdos con Errejón y Más País. En Podemos no queda más fundador del partido que Pablo Iglesias; abandonaron entre otros Carolina Bescansa, Luis Alegre e Íñigo Errejón. Continúa también Juan Carlos Monedero, pero siempre se ha movido más en el terreno ideológico que el estructural. Bescansa se fue de forma callada, se sintió maltratada cuando Iglesias promovió a Irene Montero al cargo que ella tenía en la Comisión Constitucional, como la hizo portavoz parlamentaria en sustitución de Errejón. Lo que provocó que este último creara su propio partido y que diera la sorpresa en las elecciones autonómicas madrileñas cuando quedó muy por encima de Podemos... que tenía a Iglesias como cabeza de lista. 

Desde ese momento empezó a hacerse más visible Más País, con más presencia en la vida política y parlamentaria, y los sondeos indican que mejorará sensiblemente respecto a las anteriores elecciones autonómicas y generales.

La Ley D'Hondt castiga la multiplicidad de partidos de la misma familia ideológica, porque potencia los partidos fuertes mientras que debilita a los más pequeños. Para Podemos, por tanto, lidiar en el mismo espacio de Sumar, en el caso de que Yolanda Díaz se encuentre en condiciones de presentarse con su propio partido en las generales, puede provocar una bajada importante de escaños de los morados.

Le ocurre lo mismo a Pedro Sánchez, le interesa que haya un número destacado de escaños a su izquierda, para garantizarse así un socio, o un compañero de gobierno, que le permita seguir en el gobierno. Y la división entre Podemos y Sumar no suma tanto como presentarse bajo las mismas siglas. 

Es lo que hace pensar a Podemos, y a gran parte de dirigentes del PSOE, que finalmente Pedro Sánchez acabará ofreciendo a la líder gallega presentarse en una lista del PSOE. Arrastrará votos hacia sus filas, ya que ha conseguido una simpatía bastante generalizada hacia su persona, aunque en el mundo político hace tiempo que no la consideran como alguien especialmente fiable.

Queda más de medio año para las primeras elecciones, las autonómicas y municipales, que determinarán el resultado de las siguientes , las generales. Antes de que llegue esa fecha, necesariamente se producirá la ruptura de la coalición de Gobierno... y se sabrá qué ocurre con Sumar y en qué lista se integrará Yolanda Díaz.