"Algunos hombres usaban la religión para asustar a las mujeres"

Juana Samanes
-

Concienciada. Una joven que entra de lleno en los personajes que interpreta y, en esta ocasión, ha entendido perfectamente la vida de las mujeres del XIX

La intérprete tiene 28 años y debutó en el cine en 2014. - Foto: N. López

Muy simpática, la joven actriz gala Joséphine Japy es la protagonista absoluta de Eugénie Grandet, basada en el clásico literario de Honoré de Balzac. Como ella bien explica, no es la primera vez que trabaja en una cinta de época en la que tiene que hacer ciertos sacrificios debido a su vestuario. 

¿Sintió mucha responsabilidad al encarnar a una de las grandes heroínas de la literatura francesa?
Siempre es una responsabilidad, pero no mayor que encarnar a otro personaje. Yo no creo en los fantasmas y seguro que Balzac no se me aparece persiguiéndome por cómo he encarnado a la heroína de su novela. No obstante, es cierto que, cuando a uno le gusta un personaje, le gusta encarnarlo de una manera justa y sentí que debía hacerlo así.

Eugénie es una joven romántica, valiente, sacrificada, que cuando descubre el amor lo da todo por su amado. ¿Qué cualidad le parece más admirable de su personaje?
Hay una frase que he leído hace unos días de Einstein que venía a decir que uno se pasa en el colegio 15 años sin aprender nada sobre la confianza en sí mismo, la valentía y el amor. Creo que Eugénie posee estas cualidades con sutileza, con sensibilidad. 

En esta película se vislumbra cómo el amor paternal queda barrido por esa avaricia. Da un poco de miedo.
El director Marc Dugain nos comentaba cómo, en esa época, se utilizaba la religión como manera de instrumentalizar a las mujeres y mantenerlas atemorizadas con el miedo al pecado, para que no se escapasen del hogar. En el siglo XIX, no eran consumidoras, se crearon los grandes almacenes que, más tarde, también las controlaban con las compras. Y esa instrumentalización que hace el padre de Eugénie de la religión yo la encuentro aterradora y muy contemporánea si uno contempla lo que ocurre actualmente en algunos países.

De su actuación sorprende la contención a la hora de interpretar a Eugénie. ¿Cómo lo consiguió?
Lo importante para lograr esa contención fue meterme de lleno en el personaje, en el papel de las mujeres en esa época. Por eso, antes de comenzar el rodaje de este largometraje, aprendí a bordar y coser, que es lo que hace Eugénie todo el día. 

¿Es complicado vestirse de época?
La primera vez que vestí con trajes de ese tipo fue en El monje. Llevaba corsés y me lo tenía que soltar para comer. Lo que ocurre en general en el cine es que la ropa es incómoda y  los actores pasamos frío.

¿Cómo ha sido trabajar a las órdenes de Marc Dugain?
Marc hace cine de autor, como los directores de los 60, y es muy agradable tener al guionista en el plató.