Total War son palabras mayores cuando se trata de estrategia en PC. El estudio británico The Creative Assembly creó hace 20 años unos sólidos cimientos para una serie que suele ambientarse en distintas épocas históricas para crear ejércitos y conquistar territorios en movimientos por turnos y combates en tiempo real.
Cuando el estudio anunció que iba a lanzar una trilogía basada en la vertiente de fantasía de Warhammer hubo mucha expectación y algunas reticencias hasta que se supo que en Creative Assembly hay pasión por la obra de Games Workshop, por lo que realizaron con todo el respeto y cariño posibles las modificaciones necesarias en la jugabilidad para incluir las características propias de cada raza, incluida la magia. Warhammer y Total War parecían hechos el uno para el otro y encajaron sin perder ninguno de los dos ni un ápice de su esencia; al contrario, a lo largo de la trilogía han ido creciendo apoyándose el uno en el otro.
En su constante intento por lograr que jugadores ajenos a la estrategia entiendan sus normas, el juego empieza con una pequeña campaña que sirve de tutorial para explicar las dos partes de la serie, los movimientos por turnos para moverse por el mapa conquistando territorios y consiguiendo recursos y las batallas entre multitudinarios ejércitos en tiempo real. Estos momentos iniciales sirven para que el jugador se sumerja en la aventura que le espera y que él mismo irá escribiendo, ya que hay libertad para moverse por el tablero.
En la entrega que cierra la trilogía se enfrentan mortales y demonios, unos por salvar al dios oso Ursun y otros por hacerse con su poder. Se abre un portal al Reino del Caos y de ahí emergen cuatro demonios. La historia de este último capítulo servirá para unir los tres juegos por lo que quienes tengan las dos entregas anteriores podrán jugar aquí con las facciones que aparecen en ellas en un nuevo mapa.
Hay ocho posibles ejércitos iniciales, con dos grandes novedades, Gran Catai y los Demonios del Caos. Cada uno de ellos comienza en un punto distinto del mapa, con varias dificultades y cada facción tiene mecánicas propias relacionadas con su propia naturaleza.
En el primer Warhammer de la serie se incluyó la magia como elemento modificador de los combates, y ahora al entrar en los portales que llevan al Reino del Caos habrá unas batallas de Supervivencia en las que hay que conquistar distintas zonas del mapa y construir torres con las que defenderse y derrotar a oleadas de enemigos para después enfrentarse a un jefe final.
Como es habitual en los Total War, el juego incluye modos cooperativo y competitivo online y llega con los textos en español y voces en inglés.
The Creative Assembly ha vendido 37 millones de juegos de Total War hasta el momento, y no es de extrañar viendo lo que es capaz de conseguir no ya solo llevando al jugador a otras épocas sino también trasladándolo al dominio de otros universos. La trilogía de Warhammer acaba de la mejor manera que se podía desear.