Seguir sobria en el confinamiento

Teresa Sáez
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Isabel Fernández, que superó un trastorno con el alcohol, reconoce que estuvo a punto de sufrir una recaída durante el primer mes de la cuarentena: «Pero pienso en todas las cosas malas que me ha generado».

Seguir sobria en el confinamiento

Isabel Fernández García lleva algo más de cuatro años sin probar el alcohol, casi el mismo tiempo que lleva viviendo en Segovia, cuando decidió dejar atrás Extremadura para empezar una nueva vida lejos de los problemas vinculados con la bebida. Desde entonces, reconoce que el primer mes de confinamiento ahora con la crisis del coronavirus ha sido el momento que más cerca ha estado de tener una recaída. Esta joven de 38 años, trabajadora social de profesión, las dos primeras semanas desde que se decretara el estado de alarma, se planteó que «si la nueva realidad iba a ser así de ahora en adelante, el alcohol era una salida perfecta, porque ya nada tiene sentido».

Sumando el añadido de su confinamiento en soledad, Fernández García fue un paso más allá y una tarde compró un litro de cerveza, «que finalmente tiré y no me bebí, pero que es algo que nunca había hecho antes desde que estoy en abstinencia», señala. Y es que según las estadísticas que se desprenden de un estudio de la empresa Gelt, la compra de cerveza en las dos primeras semanas de confinamiento se disparó casi un 78 por ciento con respecto a la semana anterior, así como el vino y otras bebidas alcohólicas también han aumentado su demanda en los supermercados en una proporción mayor a otros periodos anteriores al estado de alarma.

Ha sido «con fuerza de voluntad y mucho ejercicio» la fórmula para evitar una recaída, reconoce la joven «ya que con el paso del tiempo una va adquiriendo herramientas, pero ha sido muy duro, porque sigo soñando con el alcohol». Sin embargo, con el paso de los días y habituándose a la situación de confinamiento, ha logrado superar esa etapa de riesgo. «Para evitarlo, pienso muchas veces en todas las cosas malas que me ha generado el alcohol: las resacas, perder la dignidad, no poder levantarte de la cama; y no quiero volver a ser esa Isabel».

Seguir sobria en el confinamientoSeguir sobria en el confinamiento - Foto: Ana M. Díez

«Es sabido que los problemas de alcohol están ahí latentes; aunque siempre cuesta darlo visibilidad y sobre todo reconocerlo, porque uno se tiene que enfrentar a sí mismo y eso nunca es fácil», afirma. Isabel Fernández decidió entonces salir de sus problemas con el alcohol a través del apoyo terapeútico al que sigue recurriendo siempre que lo necesita, porque «esto es para toda la vida, por eso, una siempre tiene que tener un ‘retrovisor’ que te diga: Cuidado, tú antes eras ésto». 

Segovia cuenta con la Asociación de Alcohólicos Rehabilitados (ARSEG), organización sin ánimo de lucro que ofrece servicios psicológicos y terapias individuales y grupales tanto a personas con problemas relacionados con el alcoholismo como a sus familias. En la actualidad, cuenta con cerca de un centenar de pacientes en activo y tres psicólogos que conducen los procesos terapéuticos de los que acuden un busca de ayuda. Aldona Ziaja es una de las psicólogas de esta asociación que tiene su sede en el barrio de San Lorenzo. Consultada por cómo están llevando a cabo las terapias durante este periodo, reconoce que sólo han podido hacer seguimientos por teléfono y en algún caso por videoconferencia, «pero las terapias de grupo aún no se han podido reactivar».

Y en este sentido Ziaja afirma que este tipo de terapias grupales «son las que más echan de menos los pacientes», pero a la vez manifiesta su sorpresa porque «lo han llevado mucho mejor de lo esperado».  Hay a un número importante de pacientes que el confinamiento les ha otorgado «un empoderamiento que ha facilitado mantener la abstinencia, pero siíque es verdad que en algunos casos vemos las recaídas asociadas a cuestiones como la soledad, procesos de ansiedad y depresión vinculados a la situación actual», afirma Ziaja. Algo en lo que coinciden Emma Brunicardi e Isabel Fernández Noguera, psicólogas que están al frente del Servicio de Prevención y Atención a las Toxicomanías (S.A.T.) de Cáritas Segovia, y que en sus diferentes programas de prevención, adicción y prisiones atienden de manera individualizada a alrededor de 350 personas al año.

HERRAMIENTA EXTERNA. «Esta situación nos influye a todos, a nivel grupal, social e individual”, reconoce Brunicardi. Hay a quien el confinamiento le está sirviendo «como herramienta externa de control, es decir, que lleva a la contención sin una imposición cercana, como es el caso de los padres con respecto a los más jóvenes o incluso el profesional, sino que es una medida legal que afecta a todos y sirve para normalizar». Sin embargo, también han percibido el caso contrario. «La dificultad de autocontrol es tan grande que, en el caso de sustancias ilícitas, realizan una búsqueda muy activa con las dificultades que ello conlleva durante el estado de alarma», según apuntan las psicólogas de Cáritas Segovia. 

Para contener esta situación, ambas entidades están buscando fórmulas nuevas que les permitan mantener el vínculo terapéutico con el paciente, «porque por teléfono no es lo mismo», afirman. La coordinación telefónica con el paciente «tiene una serie de dificultades; bien es cierto que canalizada de manera correcta se está demostrando que es de mucha ayuda, pero no es como la atención presencial, en la que una mirada, una sonrisa o un gesto pueden contar muchas cosas», señala Emma Brunicardi.

Otra de las dificultades que se han encontrado a la hora de dar continuidad a los procesos terapéuticos es la brecha tecnológica. «Nos ha pillado el toro sin estar suficientemente preparados, ni la gente en sus domicilios, ni las entidades con sus medios y es algo que intentaremos reforzar». A falta de estudios fiables que atestigüen un aumento o no en el consumo patológico de alcohol o de otro tipo de sustancias estupefacientes desde el inicio del estado de alarma, tanto Cáritas Segovia como la Asociación Alcohólicos Rehabilitados permanecerán «muy atentos y alerta» con respecto a la problemática vinculada a las adicciones.