El misterio de la Vera Cruz

A.M.
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El historiador Ignacio Hernández deshace mitos y elucubraciones en torno al templo románico segoviano declarado monumento nacional, en 1919

El misterio de la Vera Cruz

El historiador del Arte Ignacio Hernández García de la Barrera sostiene que la iglesia de la Vera Cruz, en Segovia, presenta diversas singularidades respecto a otros templos que, en cierta manera «deshace mitos y elucubraciones» en torno a este templo, declarado monumento nacional, en 1919, como ha expuesto en una ponencia presentada en las IV Jornadas sobre Arte Románico, promovidas por la Fundación Santa María la Real. 

Partiendo de que es un ejemplo muy especial, no solo dentro del ámbito de Segovia y de la Comunidad autonóma, sino de lo peninsular, el también profesor de la UNED habla de que alrededor de su mítica fundación, atribuida a órdenes militares, inicialmente a los templarios, se establece «toda una serie de discursos que quizá no estén avalados por documentación o por fuentes, cuando hay que distinguir mucho la información fiable, que en este caso es escasísima, de las interpretaciones o de las de las narraciones que han surgido posteriormente».

Una de las características que apunta es que «no es extraño que hubiera habido algún templo antes en esa misma ubicación [en el barrio de San Marcos], si tomamos como referencias el siglo XII estaríamos hablando de un cambio de estructura sobre el mismo  espacio que, una vez que se ha sacralizado, habitualmente continúa con ese destino,  incluso cuando se producen cambios de credo,  y deja de ser sinagoga o mezquita, para convertirse en iglesia;  posiblemente tendría unas características mucho más modestas y adaptadas a un momento más inicial y,  después, con la sociedad más consolidada, se acometió un empeño de mucho mayor calado». 

Quien ha sido coautor de la parte correspondiente a Segovia de la Enciclopedia del Románico, también de la de Ávila y de la de Madrid, afirma en declaraciones a este periódico que, en relación al origen,«hay que señalar como extraño que la Vera Cruz queda apartada de la ciudad, sin una colación ni vecindario asociado, en un momento de recuperación demográfica de Segovia, porque, durante un siglo o dos,  surge una auténtica producción constructiva, descomunal, hay que pensar que tanto intramuros como extramuros, en los arrabales, se levantan decenas de templos y a eso habría que añadir todo lo relacionado con la arquitectura civil, desde la propia muralla hasta las casas fuertes y luego todos los espacios vivideros».

Argumenta, además, que «formalmente es muy diferente al resto de lo que se está haciendo en el ámbito segoviano y es esa no correspondencia con el resto de templos parroquiales o diocesanos, más el emplazamiento, tan alejado de las normas, unido a una forma de la planta centralizada que se ha asociado a las órdenes militares orientales relacionadas con Jerusalén, lo que hace que se origine un cúmulo de circunstancias que se reúnen en ese lugar».  

Para Hernández, estas órdenes llegan a la península en un momento un poco más avanzado,  en lo fundamental se van a desarrollar  en torno al Camino de Santiago, por ejemplo de las más de veinte encomiendas de la orden del Santo Sepulcro la inmensa mayoría están próximas al Camino, y haber construido la Vera Cruz tan al sur es otro de los aspectos que llama la atención.  

En su opinión «lo que ocurre es que si tomamos por ciertas las primeras referencias documentales del siglo XII que señalan unas posesiones del Santo Sepulcro en ámbitos segovianos, no sería el edificio que vemos hoy pero sí que nos estarían señalando un camino,  en cualquier caso, ya sea a la Orden del Temple o del Santo Sepulcro, las referencias que tenemos nos indican que en origen esa fundación tuvo que estar vinculada a una de ellas».

No obstate, el historiador hace hincapié en que «lo que conocemos es lo levantado y tenemos que ser prudentes si aceptamos la fecha de la obra fundacional, hacia1208, lo que ocurre es que efectivamente en ese momento los templos de Segovia capital se acercaban a la treintena y ninguno de ellos tenía las características formales de la Vera Cruz, son iglesias más modestas, de una de una nave con una cabecera absidal y posiblemente una torre, que por ejemplo sería lo que podemos ver todavía en San Justo, u otros mucho más desarrollados, como San Martín,  San Millán o el del arrabal de San Lorenzo que, frente a una población populosa, fue necesario ampliar el espacio».

Lo que mantiene quien también es Máster en Gestión del Patrimonio Cutural, es que la estructura de este templo no tiene parangón por su planta centralizada, hablando en un lenguaje de la transición entre los siglos XIIy XIII, con cornisas y algunos capiteles muy austeros. No obstante sobre una posible relación esotérica, el historiador explica que el emplazamiento tiene unas características geotécnicas que podrían estar relacionadas con «algún tipo de funcionamiento curioso» pero es cauto con este tema porque «es un terreno que se me escapa», afirma Ignacio Hernández.