Una charcutería perjudicada sin culpa por la listeria

D. A.
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El establecimiento al que Sanidad le retiró carne mechada ya acusa el perjuicio de la sospecha, a pesar de que esas partidas no pertenecían a los lotes que se han identificado como contaminados

Charcutería de San Rafael a la que se le han retirado partidas de carne mechada.

Nada tienen que ver Barbra Streisand y una charcutería de San Rafael, pero comparten haber sufrido en sus carnes (si se permite la expresión) un fenómeno similar, hoy ya muy propagado, que se conoce por el apellido de la cantante y actriz estadounidense. Es el efecto Streisand, tal y como se denomina a aquellas situaciones en que alguien pretende censurar o desmentir una información para evitar o paliar su impacto mediático y consigue justo lo contrario, que su difusión se multiplique y acabe teniendo más visibilidad que si hubiera optado por no intervenir.

Así se denomina ese fenómeno desde que Barbra Streisand denunció a un fotógrafo y una web en 2003. Les reclamó 50 millones de dólares por difundir una foto aérea de su vivienda en California, cuya presencia en la instantánea resultó ser casual, accidental. Al fotógrafo no le importaba de quién era, sólo recababa imágenes de inmuebles en primera línea de playa como ejemplo gráfico de la erosión de la costa californiana, así que la denuncia no prosperó. Pero Streisand, con su denuncia, provocó una enorme repercusión mediática por la que millones de personas, sólo entonces, supieron de la existencia y localización de su envidiable ‘casoplón’.

De vuelta a Segovia, a una charcutería de San Rafael le ha ocurrido parecido esta semana. Primero fue la Consejería de Sanidad la que publicó un comunicado de prensa, el martes, en el que informaba de que había activado el procedimiento de gestión de la red de alerta rápida alimentaria en Castilla y León «tras comprobar que un establecimiento ubicado en San Rafael» había recibido «una redistribución de carne contaminada con listeria». «La empresa ha recibido cuatro envíos del producto de la marca ‘La Mechá’, de los cuales tres estarían afectados», señalaba. En ese comunicado no se identificaba el nombre de la charcutería, aunque ya se ponía el foco sobre una localidad donde, por su tamaño, era irremediable que se alimentara la especulación, dado que no hay muchos negocios de este tipo allí y menos que vendan carne mechada; en concreto sólo uno. Pero es que además resulta que no vendió nada contaminado, de ahí que, a las pocas horas de difundirse el comunicado, la noche del martes, después de ver comentarios hirientes de vecinos del entorno en redes sociales, fueran los propietarios de la charcutería los que se identificaran en su cuenta de Facebook con la sana intención de defenderse y desmentir, aunque consiguieran lo contrario. «Charcutería A&R informa: a todos nuestros clientes que nos han comprado carne mechada, que tenemos en nuestra tienda a su disposición factura y número de lote 904037, para la completa tranquilidad de que no son los lotes que han sido contaminados».

A la mañana siguiente, el miércoles, a los propietarios les tocó digerir la presencia de cámaras de televisión ante su negocio, después de que ellos mismos lo identificaran en redes y la prensa se hiciera eco de su comunicado, incluido El Día. «Mi mujer está malísima, se nos ha venido el mundo encima», admitía el propietario a esta redacción por la tarde. Se trata de un matrimonio con cuatro hijos que hace siete años, a pesar de no ser de San Rafael, decidió ponerse al frente de la charcutería de un súper del pueblo y que hace uno y medio, después de pedir un préstamo, decidió abrir su propio local. Apuestan por primeras marcas y si se quieren dar por buenas las valoraciones que reciben en Google, por ejemplo, resulta que no tienen una sola reseña donde reciban menos de cuatro estrellas sobre cinco.

El mismo presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, reconocía el miércoles en una visita a Segovia que «no está demostrado que la carne retirada estuviera contaminada», y la consejera de Sanidad confirmó este jueves que no era de los lotes que se han señalado como afectados, justo lo contrario de lo que apuntaba Sanidad en su comunicado oficial del martes.

Pero si hubiera estado contaminada tampoco habría sido culpa de la charcutería. «Me puede venir una mermelada mala o un jamón 5J», insistía el propietario a esta redacción. «Igual metimos la pata por inexperiencia al publicar en Facebook», pero ahí han quedado las consecuencias del comunicado y sus derivadas «en pleno agosto», mes clave para un negocio que ha visto bajar la caja de estos días «a la mitad», y al que ahora le tocará remar fuerte para paliar los perjuicios de haber estado bajo sospecha.