«Isabel de Farnesio nos llamaría zafios por comer judiones»

Sergio Arribas
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Eduardo Juárez es doctor en Historia, profesor de la Universidad Carlos III y cronista del Real Sitio. Autor de decenas de publicaciones, lo mismo escribe de historia medieval que de la Guerra Civil.

El historiador Eduardo Juárez. - Foto: Rosa Blanco

Con cierta amargura, asegura que los españoles «no tenemos ni idea» de nuestra historia».  Quizá este desgarrador sentimiento  motiva a Eduardo Juárez a sumar a su faceta como docente e investigador, la de divulgador de la disciplina que le apasiona.Tras la entrevista, marcha a los estudios de RNE en Madrid. Le esperan los oyentes del programa ‘Solamente una vez’, que dirige Amaya Prieto, donde el historiador segoviano tiene su propia sección: ‘No me vengas con historias’.

¿La historia es infalible como las matemáticas? 
La historia es una ciencia imperfecta. En el relato de los hechos históricos hay mucha más mentira que verdad. El problema es que nos basamos en la interpretación de documentos que han creado otros seres humanos en función de  lo que han visto. Hay un punto de conexión claro con el periodismo.

¿Hay grandes fabuladores de la historia?
Hay fabuladores fantásticos. Fíjese, por ejemplo, en la academia de nueva historia catalana, donde se inventan todo. Los políticos son los grandes inventores de la historia, porque la adaptan a su forma de pensar y a sus necesidades políticas.

«Aquel que no conoce su historia está condenada a repetirla», frase manida que algunos atribuyen al mismísimo Napoleón Bonaparte. ¿Conocemos bien la historia de nuestro país?
No tenemos ni idea. El conocimiento de la historia de España es cero. Es más, los españoles tenemos una mezcla de ignorancia, adoctrinamiento y leyenda negra.

¿Es suficiente la historia que se imparte en las aulas?
Es claramente nefasto el proceso de aprendizaje de la historia. Falta mucha profundización y adoptar un punto de vista que tienda a la objetividad.

Primer ‘cronista’ del Real Sitio, nombrado en 2012. Eso de cronista,  suena como ‘viejuno’,  un término por cierto, de la generación ‘millenial’.
Es totalmente cierto. Hay como 300 cronistas en España y debo estar entre los cinco más jóvenes. Aunque suene viejuno, me siento muy honrado con el nombramiento.

¿Es gato o toribio?
Soy gato. Así se denominan a los que nacen cerca de un palacio real. Un toribio son los que nacían o vivían fuera de la cerca del Real Sitio. El conde de Albiz tenía un perro que conocía a todos los que vivían dentro de la cerca. Cuando aparecía uno que vivía en los arrabales le ladraba y el conde decía ¡mira, otro toribio! Esta historia es de finales del XIX.

Admítalo, no seria cronista sino fuera porque un día Felipe V creó este lugar para su retiro….
Pues sí y no. Es cierto lo que dice, pero también hay una conexión muy profunda, directa y clara con Segovia. Felipe V es un personaje de leyenda. No me cae muy bien. Hubo malos gobiernos en su reinado y él fue un rey penoso. Si hubiera sido una mujer, le hubieran depuesto a los dos días. 

La mayor excentricidad que ha descubierto en un monarca o gobernante... 
Pues Felipe V, que estaba como una cabra. Vivía al revés. Desayunaba a las nueve de la noche, comía a las tres de la mañana y cenaba a las ocho de la mañana y se iba a dormir. Vivía de noche. Que tú vivas de noche pues me parece muy bien, pero que lo haga el rey de España provoca que todo el Estado esté completamente enloquecido y esquizofrénico.

El rey loco, un apodo muy novelesco para Felipe V…
Fernando VI estaba igual de loco.  Luisa Isabel de Orleans, que era la esposa de su primer hijo, de Luis I, estaba para encerrar. Estaba en una  una recepción, se tiraba un pedo y se echaba a reir. O estaba en un concierto y empezaba a cantar a gritos. Un día, en una recepción, vió que un cristal de una de las ventanas del Palacio Real de Madrid estaba sucio y se quitó el vestido y lo limpió. Se despelotó delante de toda la corte.. iban detrás de ella corriendo. Cuando se murió el rey, la ‘devolvieron’ [a Francia].

Llega la‘máquina del tiempo’, ¿en qué personaje de la historia le gustaría reencarnarse?
La historia lo que hace es derribar los ídolos.  Seguramente en Nicolás de Maquiavelo, capaz de reconocer a la gentuza que le rodeaba. Aunque si me da a elegir, me quedo con Michelangelo Buonarroti.

¿Cuál ha sido el más injustamente valorado, el más maltratado?
En otras culturas europeas tratan muy bien a sus personajes históricos. En España hay una malidicencia tremenda. Por ejemplo, Pedro I de Castilla, un personaje  que fue injustamente vilipendiado y tratado como un miserable. 

Los jóvenes conocen la vida y milagros de las ‘estrellas’ de fútbol y desconocen la de los personajes claves de la historia reciente de su país. Este mal, ¿tiene cura?
Tiene que cambiar el modelo educativo, que sea más inclusivo y atractivo para el estudiante. Sé lo que es corregir selectividad y que te digan que Franco fue el presidente de la República y que fundó el Frente Popular. La historia la ven como algo que hay que memorizar y olvidar. Ese es el problema.

¿Qué encanto tiene el Real Sitio para ser un lugar de deseo de quienes ostentan el poder? 
Tiene algo de jardín secreto, de lugar privado, de cuna de la monarquía. Franco venía claramente para intentar conectar con esa liturgia sagrada de la monarquía y vestir el franquismo o blanquearlo, como diríamos ahora, con una tradición monárquica española. Pero lo que hacían los Borbones en La Granja y los Trastámara en Valsaín lo hacían antes sus antecesores en Segovia. Desde finales del XIV es la gran ciudad castellana. Castilla no tenía capital pero, de haberla tenido, habría sido Segovia.

¿Qué hallazgo histórico le haría feliz?
Me gustaría encontrar la grabación de la conversación entre Hitler y Franco en Hendaya.

La utopía sirve para caminar, recuerda Eduardo Galeano. ¿Utópico?
Muchísimo. Llevo toda mi vida persiguiendo utopías y he descubierto que, a veces, las consigo convertir en realidad.

La judía fue  utilizada por Isabel de Farnesio (mujer de Felipe V) para alimentar los faisanes que cuidaba en los jardines de La Granja. ¿Qué pensaría si viera que hoy es un manjar y que el día de San Luis se reúnen hasta 10.000 personas para degustar la legumbre?
Cerraría la puerta y no nos dejaría entrar. A Isabel de Farnesio no le gustaba mucho La Granja. Decía que cuando venía aquí, venía al desierto. Ir a Segovia era complicado y además era una ciudad muy deprimida. Y en cuanto a comer los judiones, diría que estábamos locos, que somos zafios, groseros y horteras.

No se si es ‘cocinilla, pero ¿sabe preparar los judiones? ¿cuál es su receta?
¡Claro!, sí, sí, los preparo. La mejor receta es la que se creó en el restaurante La Hilaria, en Valsaín, en los años 20 del siglo pasado.

¿Es tranquilo o nervioso? ¿qué le provoca estrés?
Me provoca estrés no tener nada que hacer. Vivo en tensión constante, porque tengo mil frentes abiertos. He descubierto que cuando tengo pocas cosas que hacer, enfermo. Lo que me provoca estrés es no tener estrés.

Me dice un pajarito que anda investigando la historia de los primeros pobladores de La Granja… ¿habrá sorpresas?
Sí. El artículo está ahora mismo en evaluación para publicarse en el boletín del Museo Arqueológico Nacional. La sorpresa maravillosa es que esos primeros pobladores no eran vascos o navarros, sino todos segovianos, lo que une mucho más el Real Sitio con la capital segoviana.

Con esto de la revolución tecnológica, ¿cómo se estudiará la historia dentro de cien años?
Con los ojos y sin leer.

¿Qué político español contemporáreo pasará a la historia?
Desearía que ninguno porque no tienen talla intelectual ni política. Quizá Felipe González sea el que tenga más peso histórico específico. Pero Aznar, Zapatero, Rajoy, Pedro Sánchez... son personajes de aluvión. Hablaremos de ellos como se habla de Samper, de Lerroux, de todos los políticos grises que pasaron por la historia de España en el siglo XIX.