Espanyol y Osasuna se neutralizan

EFE
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Los pericos se quedan a un gol de sellar la permanencia matemática en Primera (1-1)

Espanyol y Osasuna se neutralizan - Foto: Andreu Dalmau

El Espanyol y Osasuna empataron, este domingo en el RCDE Stadium (1-1), en un duelo con dos actos muy diferentes: los navarros ganaron el primero de forma inapelable, con tanto de Kike Barja, y los locales mejoraron en el segundo, con gol de Nicolás Melamed, pero se quedaron a un gol de sellar la permanencia en Primera.

El Espanyol puso fin así a una pésima racha de juego y de resultados, con tres derrotas seguidas, mientras que Osasuna, salvado desde hace ya semanas y en tierra de nadie, encadenó el tercer partido sin conseguir los tres puntos, aunque pudo ganar el añadido con un chut al larguero de Chimy Ávila.

En el primer acto, Osasuna fue el inapelable dominador del duelo. El equipo se mostró ambicioso desde el inicio: demostró sus ganas de asediar la portería local con una llegada de Manu Sánchez por el banda izquierdo en el minuto 2.

El Espanyol intentó despertar a partir del minuto 10, y rondó el gol con un tiro de Sergi Darder que atajó Sergio Herrera y con otro de Tonny Vilhena que besó el palo derecho, tras gran recorte.

Poco después, Herrera, providencial, apareció para robar un balón a Javi Puado cuando el RCDE Stadium ya vislumbraba el 1-0. El Espanyol tuvo ocasiones claras para marcar, pero echó de mucho menos a De Tomás y a sus 15 goles.

Y parte de la afición hizo notar su disgusto. El campo gritó contra Vicente Moreno y contra Rufete, el director deportivo. Y contra Aleix Vidal.

Porque, en el 42, el carrilero blanquiazul perdió un balón que cayó a los pies de Ante Budimir y el croata asistió a Kike Barja con un pase al hueco, para que el atacante navarro, solo ante Diego López, superara su salida con una bella vaselina.

El gol hizo justicia a lo acontecido sobre el césped del RCDE Stadium en el primer acto: Osasuna había sido el dueño y señor del juego, con porcentajes de posesión que superaron el 65%, y si no llegó al entretiempo con una ventaja más holgada fue porque no supo concretar su dominio y traducirlo en goles.

Al equipo navarro le faltó acierto y eficacia en el último tercio del campo para rentabilizar su superioridad; inapelable pese a las suplencias de hombres fijos como Nacho Vidal, Lucas Torró o Chimy Ávila por decisión técnica, por repartir minutos y titularidades una vez cumplido el objetivo de la salvación.

Vicente Moreno, obligado por el resultado y por la pésima imagen y situación del equipo, reaccionó al descanso: deshizo la defensa de cinco jugadores y dio entrada a Raúl de Tomás y Óscar Melendo por Wu Lei y Manu Morlanes, recuperando el once que dispuso hace ocho tardes en el Santiago Bernabéu (4-0).

El Espanyol mejoró y empezó a llegar con peligro. Se animó el equipo y el estadio. Y, después de que Budimir marrara una clara ocasión de gol para sentenciar el partido, llegó el 1-1.

Melamed saltó al verde en el minuto 63 y en el 67 recibió el balón en la frontal del área y desató la euforia en el RCDE Stadium con un chut tan lejano como potente, a la escuadra de Herrera.

El Espanyol ya había acariciado el gol antes del disparo de Melamed. Y volvió a hacerlo después, por mediación de Leandro Cabrera y De Tomás.

El equipo avanzó líneas, hacia el área de Osasuna, buscando el tanto del triunfo y la permanencia, pero el RCDE Stadium ya no vio más goles.