"Queremos mantener el espíritu de la Universidad Popular"

A.M.
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Licenciado en Historia y Ciencias de la Música por la Universidad Complutense de Madrid e ingeniero técnico Industrial Electrónico por el ICAI por la Universidad Pontificia de Comillas, destaca por su labor en el campo de la música tradicional.

Pablo Zamarrón en la sede de la Real Academia de Historia y Arte de San Quirce - Foto: Rosa Blanco

Pablo Zamarrón Yuste (Arroyo de Cuéllar, Segovia, 1957), que ha asumido la dirección de la Real Academia de Historia y Arte de San Quirce en sustitución de Rafael Cantalejo San Frutos, quien ha venido desempeñando el cargo desde 2011, con la salvedad del año 2014, en que lo ejerció José Antonio Ruiz Hernando, sostiene en esta entrevista que al nuevo equipo les mueve mantener el espíritu de  la Universidad Popular, fundada en 1919, «que fue un hito de enorme trascendencia en Segovia y provincia en aras de su regeneración social y cultural». 

¿Cuál es su impresión al llegar a este puesto?, ¿qué significado tiene la antigua Universidad Popular?

Tengo cierta sensación de pánico por la responsabilidad adquirida y, por otro lado, satisfacción porque mis compañeros hayan pensado en mí, también abrumado y contento por la cantidad de felicitaciones. La creación de la Universidad Popular, fundada en 1919, fue un hito de enorme trascendencia en Segovia y provincia en aras a su regeneración social y cultural. De ahí venimos y nos mueve el interés por mantener ese espíritu. En principio, las tareas pendientes son el desarrollo de las planificadas anualmente, como las publicaciones, cursos, conferencias y mantenimiento de la sede de San Quirce y la Casa Museo de Antonio Machado. 

En el estudio de la Historia y el Arte también está incluida la música, como cualquier otra manifestación artística.  Por ejemplo en el teatro, tenemos a Ana Zamora como académica dedicada a esa tarea, o artistas plásticos de diferentes tendencias, como Gonzalo  Borondo, que tomará posesión en breve como académico. Destacaría a Lorenzo Sancho, constructor de dulzainas, quien revolucionó el uso de este instrumento, que es académico correspondiente y cito a la recientemente desaparecida Alicia Lázaro, que hizo una importante labor en los fondos de la Catedral. 

¿Que ha aportado al folclore el maestro y académico Agapito Marazuela?

Es el principal referente de la música tradicional segoviana y de buena parte de Castilla, por su trabajo recopilatorio y de reinterpretación.  Con sus clases en la Cátedra de Folclore se inició una recuperación del uso de los instrumentos musicales y su repertorio, principalmente de dulzaina y tamboril. De alguna manera la Escuela de dulzaina que comenzó su andadura en 1982, y de la que tengo el honor de ser alumno, vino a continuar la labor de Marazuela con los maestros Mariano San Romualdo, Luis Barreno y Joaquín González Herrero, de quienes estoy muy agradecido. Estuve en algunas actuaciones de Agapito en la Casa de Ávila, en Madrid, y en Peñafiel.  Otro recuerdo que mantengo vivo, es la visita cuando estuvo ingresado en el Hospital General. Siempre agradeceré a los amigos Domingo Asenjo, que lo facilitó, y a Nicolás Berzal, a quien acompañé. Me impresionó que Agapito hablara y contestara solfeando. Ya estaba muy enfermo. 

¿Van a poder sacar adelante la consolidación de la Casa Museo de Antonio Machado o ampliar la estancia de los pintores pensionados?

Estamos empeñados en que así sea para lo cual estamos pendientes, en colaboración con el Ayuntamiento, de acceder al 2% cultural con el que pudiéramos arreglar la cubierta y habilitar la casa aneja, para dedicarla a centro de investigación, para actividades relacionadas con la literatura.

Respecto al Curso de Pintores Pensionados del Paisaje, negociamos  con la Consejería de Cultura para que el Palacio de Quintanar vuelva a ser la sede del curso, y también recabar financiación, de una forma más estable. 

¿Qué papel le corresponde a este centro de estudios locales?, ¿debería ser más reivindicativo respecto a temas culturales o vinculados con la protección del patrimonio? 

Ciertamente hay asuntos que se tratan en la Academia que a veces pensamos que se podrían resolver de otra manera, pero solo somos un órgano consultivo que muchas veces cuentan con nuestra opinión y otras no.  Analizamos las cuestiones que se nos plantean, observamos y emitimos juicios. Estamos en contacto con los responsables de patrimonio de las administraciones y algunas cuestiones salen a la luz y otras no. 

Su discurso de ingreso, en 2018, se centró en la pervivencia de las canciones petitorias en tierras de Segovia ¿cuál es el núcleo del estudio?

Fue una manera de reivindicar que la cultura popular y de tradición oral, también forma parte de nuestro patrimonio y su difusión tiene cabida en esta institución. En la revista Estudios Segovianos 118 aparecen las partituras, por primera vez, de las canciones que interpreté.  Se trata de la tradición poético-musical que se utiliza o utilizaba en las cuestaciones con las que se recaudaba dinero o alimentos en diversas celebraciones. En el repertorio hay diferentes tipos que, relacionados con el ciclo festivo anual, los rituales y celebraciones están incluidos en el tiempo de Carnaval, Cuaresma y Semana Santa, así como los ciclos de Mayo, conmemoración a los difuntos y de Navidad. 

Pertenece o ha formado parte de diferentes agrupaciones de música en una provincia donde pervive la herencia de Marazuela, ¿es Segovia un ejemplo de preservación del folclore? 

Algunos han sido pioneros en su época, en formas no habituales hasta entonces como la utilización de varias dulzainas a la vez y conseguir afinar (ríe), y el uso de otros repertorios no habituales.  me atrae mucho salir a tocar porque, aparte del aspecto musical o sonoro, considero que estoy haciendo una labor de continuidad, muchas veces renovada, de manifestaciones heredadas como las reboladas y procesiones, por citar dos de los rituales en los que la dulzaina no debe faltar. Ahora hay numerosos músicos de dulzaina y tambor; es para estar contentos, pero en los años ochenta, cuando comenzamos, éramos bastante menos y en muchos casos se hizo una labor de recuperación.  Valoro la relación con las personas de los pueblos, sobre todo en los que tocamos desde hace tiempo como en los de El Carracillo, y mi deseo es continuar haciéndolo por muchos años, siempre que haya salud.

Como miembro de la Asociación Instrumenta para el estudio, conservación y documentación del patrimonio instrumental musical de España, ¿cómo se encuentra este fondo?

El mundo de los instrumentos musicales es apasionante y con muchos aspectos en su estudio como la construcción, tecnología, mantenimiento, materiales o propiedades acústicas...  Cada día salen más colecciones a la luz, se estudian más y  se difunde con más facilidad su conocimiento. Respecto a Segovia, existe una importante de un segoviano, Ismael, que se tomó como la base del posible Museo de la Música en Madrid, pero ahí está todavía en su almacén, al menos buena parte del año. Lorenzo Sancho tiene una buena colección de instrumentos, y Barreno tiene otra de instrumentos antiguos muy interesantes. La mía es más modesta pero la muevo por colegios, institutos o donde me llaman.

Ha realizado talleres de construcción de pequeños instrumentos musicales populares, muestras didácticas de instrumentos musicales tradicionales, del medievo, renacimiento y del mundo,  su interés por este campo es muy amplio...  

Me gusta mucho esa tarea de difusión, tanto en las muestras didácticas de instrumentos con diversas temáticas, como en la construcción de pequeños instrumentos musicales. Suelo terminar físicamente cansado pero muy satisfecho y con la sensación de haber hecho una labor aprovechada. 

Como autor del libro Iconografía Musical en la Catedral de Segovia, ¿qué destaca de estos fondos?

La iconografía musical es otra de las disciplinas que me apasionan. Con el trabajo de la Catedral de Segovia estoy muy satisfecho, tendría que actualizarlo porque algunas pinturas han cambiado de sitio y se han restaurado al igual que otros elementos, como el órgano del Evangelio. El cabildo me facilitó el acceso a todo lo que pudiera contener elementos musicales y de danza y ahí está el resultado con una cantidad considerable de representaciones estudiadas.  Aparte de los instrumentos musicales, de los que menciono la representación de dos desaparecidos, que no tuvieron evolución, como son la Trompeta marina y la Corneta renacentista (cornetto, en italiano), destacaría la representación de dos partituras en notación cuadrada sobre pauta musical de cinco líneas, cinceladas en el retablo portátil atribuido a Juan de Babia. El Gloria Induplicibus existe en dos fuentes españolas, pero el Gloria de la Beatae Mariae es único, mientras no se demuestre lo contrario. 

Por otra parte, ahora estoy terminando el eterno trabajo sobre la música popular y tradición oral en El Carracillo. Le he dedicado muchas horas  y tengo muchas ganas de que vea la luz. Lo componen unas 1.200 páginas en 22 capítulos con 300 partituras, unos 900 documentos sonoros y otros 450 sin sonido, la mayoría fruto de los trabajos de campo realizados por mí en los 12 pueblos  de la zona, en entrevista a 178 informantes.