El álgebra se redescubrió en Segovia

A.M.
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Una nueva publicación, de carácter trimestral, promovida por el matemático José Orcajo y el historiador Javier Mosácula, aborda varios artículos de especialistas vinculados con la historia local

Portada de la nueva publicación

El matemático José Orcajo recuerda en un artículo en la nueva publicación que promueve y dirige junto al historiador Javier Mosácula, un episodio de la historia local que puede que haya que aún lo ignore, como que el álgebra fue redescubierta en Segovia, donde Robert de Chester tradujo del árabe al latín, en 1145,  el tratado de esta rama de las matemáticas elaborada por Al-Juarismi, considerado como uno de los grandes de esta ciencia, también astrónomo y geógrafo persa, siendo utilizado en las universidades europeas hasta el siglo XVI. 

Incluso en su texto, que forma parte del primer número de 'Papeles de Segovia. Memoria de su historia',  Orcajo, también humorista gráfico,  sostiene que Chester pudo traducir también en la capital otros dos tratados de ciencia árabe, las conocidas como 'Dixit Al-Juarismi' y 'Liber de compositione alchemiae'.  Del nombre de este matemático, jefe de la Biblioteca de la Casa de la Sabiduría de Bagdad, alrededor del 820, se heredó la palabra algoritmo latinizado antiguamente como algorithmi.

Para el matemático segoviano, la historia parte en los tiempos del emperador Alfonso VII, cuando se empezaron a recopilar libros escritos por árabes, una lengua poco conocida en muchas partes del mundo que Robert decidió traducirlos al latín para conocimiento de los cristianos.  En los años cuarenta del siglo XII, el traductor trabajó en la península ibérica, en ciudades como Segovia, donde la convivencia entre cristianos, musulmanes y hebreos lo que permitía el intercambio entre las respectivas culturas. Al final de esa década volvió a Inglaterra.      

Editada por Librería Cervantes, con 102 páginas, de carácter trimestral y abierta a quien pueda aportar artículos históricos sobre Segovia, en su nacimiento también se cuenta, además de los textos de Orcajo yMosácula –quien se refiere a la aplicación industrial de la gandería, en una primera parte–, con trabajos de Mercedes Sanz de Andrés ('Muertos en papel: la esquela y su lenguaje iconográfico'), Carlos del Barrio ('Los legados de don Ezequiel González de la Bodega') y JuanPedro Velasco (La infanta Isabel Clara Eugenia en la tarjeta postal). 

Pensando ya en el siguiente número, además de la segunda parte del texto de Mosácula, escribirán los arqueólogos que han trabajado en 'El abrigo del molino',  una antigua cueva donde vivieron los últimos neandertales que quedaban en Europa antes de su desaparición,  hace 42.000 años, entre otros autores. 

En otros contenidos, Mosácula se refiere a la aplicación industrial de la lana en la fabricación de paños, que supuso una de las épocas de mayor esplendor económico de Segovia, hacia 1586, en los últimos años del siglo XVI. El tema parte desde la transhumancia, al esquileo o la confección del paño, para continuar con la organización empresarial y la comercialización. 

Carlos del Barrio, que ha sido coordinador del equipo de Patrimonio del Instituto 'Mariano Quintanilla', habla del legado de Ezequiel González, que, entre otros, incluye copias en mármol o bronce de un taller de Nápoles del XIX y piezas originales, como las yeserías, posiblemente procedentes de la antigua sinagoga del Corpus Christi, así como piezas originales de Aniceto Marinas y las que trajo de los viajes que realizó a lo largo del mundo, así como una colección de copias de obras clásicas que habían aparecido poco antes en Pompeya o en Herculano. 

Mientras que Juan Pedro Velasco se centra en una serie de tarjetas con obras expuestas en diferentes museos que tienen como vínculo con Segovia a la infanta de España Isabel Clara Eugenia, nacida en el Palacio de Valsaín, en 1566, Mercedes Sanz de Andrés habla del origen de las esquelas, que se comienza a relacionar con el mundo del monacato medieval, desde desde el siglo XVII, el barroco, hasta nuestros días, además con un añadido para destacar la iconografía funeraria de las esquelas de los siglos XVIII y XIX y su aportación el mundo artístico.