La sequía adelanta la pérdida de caudal de los ríos de Segovia

Nacho Sáez
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Aumentan los ayuntamientos que aplican medidas para reducir el consumo de agua ante un calor y una falta de precipitaciones que califican ya de histórica.

Pantano del Pontón Alto, la semana pasada. - Foto: Rosa Blanco

Una técnico medioambiental vigila el consumo de agua de los municipios que conforman la Mancomunidad de la Mujer Muerta. Dispone de datos del agua que entra y sale del manantial del que se abastecen. «Nunca hemos tenido dificultades tan pronto», avisa Juan Carlos Cabrejas, el alcalde de Ortigosa del Monte, uno de los pueblos que están pendientes de ella y que han empezado a hacer uso del derecho que poseen para suministrarse, cuando es necesario, del embalse de Puente Alta. «Hay que regular el consumo y ser sensatos. Si esto se prolonga y a mediados de agosto hay dificultades, habrá que prohibir riegos. Esperemos que no tengamos que cortar el agua en ningún momento, que hace muchos años que no se hace», añade Cabrejas.

De momento han prohibido regar de ocho de la mañana a doce de la noche bajo amenaza de sanción, según recoge un bando dictado por el propio alcalde de Ortigosa del Monte el pasado 21 de julio. Y como él, otros regidores han decidido no esperar más para tratar de reducir el consumo de agua. El de El Espinar, Javier Figueredo, ha prohibido regar jardines públicos y privados hasta el 30 de septiembre entre las diez de la mañana y las ocho de la tarde y el riego general mediante manguera. La Mancomunidad de Las Lomas, de la que forman parte Cuéllar, Sanchonuño, Navalmanzano, Pinarejos, San Martín y Mudrián, Campo de Cuéllar, Chatún, Arroyo de Cuéllar, San Cristóbal de Cuéllar y Lovingos han reducido y en algunos casos anulado el riego de parques y jardines municipales con agua para el consumo, pero de momento no prevén realizar cortes en el suministro.

«Estamos en julio, todavía no hemos llegado al pico de visitantes a nuestros pueblos y el nivel de agua en el Cega es comprometido y preocupante. Estamos a unos niveles de agosto», apunta el alcalde de Cuéllar, Carlos Fraile. No descarta tomar medidas más drásticas. «No se puede afirmar que lo que ahora son recomendaciones pronto no sean prohibiciones. Aquí no estamos hablando de que sea un río regulado. En el momento en que no baje agua y no se pueda tomar, es que no hay más», señala. Y apela a la responsabilidad individual: «Apelamos a la conciencia cívica de la población. Nosotros nos ponemos los primeros y ya estamos restringiendo los riegos de jardines. En Cuéllar estamos utilizando el agua del estanque que sale del Parque de la Huerta del Duque para no comprometer el agua del río».

La Mancomunidad de Las Lomas está en contacto permanente con la Sociedad Pública de Infraestructuras y Medio Ambiente de Castilla y León (Somacyl) y con la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD), que actualiza en tiempo real los datos hidrológicos. Los embalses de Linares del Arroyo y del Pontón Alto se encuentran al 60,1 por ciento y al 79,1 por ciento de su capacidad, respectivamente, pero ambos están por debajo de su media de los diez últimos años (35,2 y 6,7 hectómetros cúbicos, respectivamente). La situación en los ríos no es mejor. De los que ofrece datos la CHD, ninguno llega al metro de nivel. El Voltoya, a su paso por Coca, está completamente seco incluso a pesar de que este año llegó a alcanzar los 7,3 metros cúbicos por segundo de caudal. El Eresma, en Segovia, tuvo 16,53 y ahora registra 0,36.

Algunos hablan ya de sequía histórica en Europa. Las autoridades francesas han impuesto restricciones de agua en 88 departamentos del país bajo la alerta por sequía que ha afectado especialmente a regiones del oeste del país, como Países del Loira o Poitou-Charentes, así como en el este, caso de Isère, según informa Europa Press. Una «parte preocupante» del territorio de la Unión Europea (UE) se encuentra en riesgo de sequía, algunas zonas en grado de aviso (46 por ciento) y otras en alerta (11 por ciento de la UE) y España es una de la áreas más afectadas, según el informe 'Sequía en Europa –julio de 2022', publicado el pasado 18 de julio por la Comisión Europea. «Estos días lo hemos comentado con mucho gente y ni los más mayores del lugar recuerdan tantos días de tanto calor. Es verdad que siempre hay uno, dos o tres días de mucho calor, pero una semana tras otra por encima de 32 grados nadie lo recuerda. No dormir en Ortigosa del Monte no se ha conocido nunca», asevera su primer edil.

En la localidad de Mata de Quintanar, perteneciente a Cabañas de Polendos, la sequía se suma a sus deficientes infraestructuras de abastecimientos. Solo tienen dos pozos de los que sacar agua, así que lo tienen que subir en cisternas desde Cabañas dos o tres días a la semana. Una situación que no se conoce en Segovia capital, donde «ahora mismo hay algo de margen», según su concejal de Obras, Servicios e Infraestructuras, Miguel Merino. «Los peores meses suelen ser septiembre y octubre», añade.

Los efectos del calor y de la sequía se reflejan también en la agricultura y la ganadería. «Es muy difícil hacer una media de la provincia porque, en función de las zonas hay mucha varibilidad de terrenos y de suelos, pero yo creo que la cosecha ha sido un 30 por ciento menor que en una campaña normal. Si nos remitimos a la del año pasado, que fue excepcional, la variación es mucho mayor. En una campaña media normal estaríamos hablando en torno a 2.500 kilos por hectárea en amplias zonas de la provincia, y ahora, de 1.800. Es una cosecha corta», subraya el presidente de Unión de Campesinos (UCCL) en Segovia, Rafael Alfonso Pescador. 

No se ha salvado ningún cultivo. «La sequía en verano no es sequía, es verano. Lo que pasa es que como mayo ya nos metió todos esos días de temperaturas extremas de calor; junio ha venido acompañando; y julio seguimos con lo mismo la merma en las cosechas de cereal han sido muy importantes; los girasoles lo están pasando muy mal; y luego también influyen en los regadíos y en las viñas. Las viñas aguantan pero influye luego en la formación del fruto porque las plantas se estresan y no aportan lo que tienen que aportar.  Igual pasa con las patatas y con los cultivos de regadío en general. Las temperaturas por encima de 30-35 grados durante muchos días son muy perjudiciales», argumenta el máximo responsable provincial de UCCL.

Otra de las consecuencias de la sequía es la falta de pastos para el ganado. «El ovino de carne lo lleva bien. Le sueltan pronto por la mañana buscando las horas frescas, le cierran durante las horas que más calienta y las vuelven a soltar por la tarde. El ganado de cebo industrial normalmente tiene sistemas de aire frío. Pero las temperaturas extremas merman la producción de leche de las vacas y de las ovejas», abunda Pescador, que tampoco mira al futuro con optimismo: «A estas alturas ya estamos pensando en la siguiente siembra para hacer una planificación. Necesitamos saber cómo va a venir la PAC del año que viene para saber qué vamos a sembrar. Y luego los precios de los combustibles y de los abonos nos van a maniatar. Si no hace algo la Administración, no creo que me equivoque si digo que va a haber una merma importante de la siembra y que algunos van a sembrar menos de lo que podrían».