Más color para San Millán

D. A.
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Los vecinos valoran la próxima reforma de la plaza de la Morería, pero insisten en pedir que se quite la pista deportiva aledaña, ahora cerrada «hasta nueva orden», más limpieza y mayor control del vandalismo

Recreación informática realizada por Arquialia de la futura plaza de la Morería.

Por unos segundos se sobresaltaba el pasado 25 de junio la alcaldesa de Segovia, Clara Luquero, cuando, durante la presentación del proyecto de urbanización de la plaza de la Morería, su concejal de Obras, Miguel Merino, admitía que le había llamado la atención que los vecinos de San Millán le apuntaran que en ese barrio los problemas «no se arreglan, se tapan». La expresión tiene su doble sentido, pero el literal, como aclaró Merino de inmediato, aludía a la roca de la plaza de Fernán González que se transformó en pirámide hace 40 años; y también a las infraestructuras eléctricas en desuso que quedaron bajo el quiosco de la plaza de la Morería.

La plaza de Fernán González, con su pirámide «fría y gris», ganó estética con la conocida intervención artística acometida por el colectivo Boa Mistura en 2017, apreciada por los vecinos aunque, desgraciadamente, el vandalismo la haya reinterpretado a su manera, con pintada incluida; aparte de que el tiempo, unido a la falta de mantenimiento, le está pasando factura. Y pronto llegará el turno de la de la Morería, también descrita como «fría y gris», que ganará color y sobre todo calor, calidez, gracias a la urbanización integral que se espera iniciar el próximo otoño, en torno a octubre, con un plazo de ejecución de cuatro meses. 

Del tapado a la reinvención, podría decirse, con algo más que maquillaje en este caso y amagando incluso con cambiar el tono del discurso de los vecinos de San Millán. La asociación del barrio no renuncia a viejas reivindicaciones como una reordenación que les habilite otra salida para el tráfico, aunque no hay planes al respecto; más limpieza, más control frente al botellón o incluso por el consumo y «menudeo» de droga, menos vandalismo o la desaparición de la cancha de la plaza Aurelio Hernández, por considerar que fomenta más problemas de convivencia que deporte. Pero la próxima reforma de la Morería gusta, independientemente de que no todos los vecinos celebren la próxima desaparición del quiosco central.

Las obras de la Plaza de la Morería arrancarán en otoño con un plazo de ejecución de cuatro meses.Las obras de la Plaza de la Morería arrancarán en otoño con un plazo de ejecución de cuatro meses. - Foto: Rosa Blanco«Desde luego no íbamos a decir que no a nada que se quiera invertir en el barrio», recalca la presidenta de la asociación vecinal, Francisca Cubo. «La plaza va a quedar muy bonita» y, en cuanto al quiosco, «hay gente a la que es verdad que no le convence quitarlo, ¿pero para qué lo queremos?», cuestiona. Valor patrimonial no tiene, actuaciones musicales tampoco se celebran allí, «salvo una verbena hace unos años a la que vinieron cuatro», y ahora se aprecia sobre todo que San Millán dispondrá de casi 3.000 metros cuadrados de zona estancial, toda al mismo nivel, frente a la falta de accesibilidad de ahora.

A la asociación tampoco le terminaba de convencer el proyecto la primera vez que se lo expuso el concejal de Obras, pero hubo una segunda reunión que además contó con la asistencia de la alcaldesa y Cubo valora que se les ha permitido hacer algunas aportaciones. Además, en aquel encuentro todavía se habló de una obra de casi 250.000 euros, pero su presupuesto se ha incrementado hasta rondar los 350.000 al extenderse la urbanización hasta el entronque de esta plaza con la calle San Millán. Así, sin la fría dureza del predominio del gris, sin desniveles ni quiosco, con nuevo arbolado (salvo cuatro ejemplares que se conservarán) y parterres acotados por bancadas corridas, aparte de bancos de madera con mesas, todo se ve con otro color. «Pero la pista deportiva de al lado sobra», apostilla la presidenta de la asociación vecinal.

Quejas por la pista. Los vecinos, a través de la asociación, llegaron a encargarse de las llaves de la cancha, pero se las devolvieron al Ayuntamiento hace unos años porque «los chavales se colaban por los barrotes» y no quería hacerse responsable de «lo que pudiera pasar». Tampoco han dejado de quejarse después y hace dos semanas llamaron porque «se juntaron veintitantos chicos que además dejaron mascarillas tiradas por el suelo y garrafas de cinco litros de las que bebían todos sin ningún cuidado», asegura Cubo. Desde entonces cuelga un cartel del Ayuntamiento que informa de su cierre «hasta nueva orden».

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Adoquines sueltos y una pintada vandálica en la plaza de la pirámide.
Adoquines sueltos y una pintada vandálica en la plaza de la pirámide. - Foto: Rosa Blanco
Cartel que advierte en la cancha de San Millán de la prohibición de uso.
Cartel que advierte en la cancha de San Millán de la prohibición de uso. - Foto: Rosa Blanco

Cuidado y civismo requerirá también la futura plaza de la Morería, igual que la de la Fernán González. «Ahí están las pintadas en la pirámide o los adoquines que se repusieron y no se han pintado todavía, y luego es que es normal que se estropee cuando encima no hemos conseguido en estos años ni que se ponga un cartel que diga ‘prohibido subirse’». Críticas que, sin embargo, no impiden a la presidenta de la asociación vecinal de San Millán destacar que vive en «el mejor barrio de Segovia».