Guardián del pasado

Patricia Martín
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'Los diez lugares' de Jesús Pastor, presidente de APIA.

Guardián del pasado - Foto: Rosa Blanco

Jesús Pastor García (Bernardos, 1955) estudió en su pueblo y después estuvo siete años interno el colegio de los Marista. Se matriculó en Derecho en el C.U. ‘Domingo de Soto’, y terminó estos estudios en la Facultad  de Derecho de la UCM. Es funcionario de la Administración General del Estado primero y después de la Junta de Castilla y León. En 1983 fue elegido concejal en Bernardos y durante unos meses, fue diputado provincial dimitiendo al ser nombrado delegado provincial de Cultura.  Socio fundador y presidente de la Asociación de Amigos de la Pizarra y la Arqueología (Apia), entre 2007 y 2015 fue el alcalde de Bernardos.

1. El Cerro de San Isidro, en Domingo García. En el cerro de San Isidro,  hay arte del Paleolítico Superior y lamenta que esté olvidado, mientras que en el yacimiento arqueológico de Siega Verde, en la provincia de Salamanca, que «tiene lo mismo» que en Domingo García, está declarado Patrimonio de la Humanidad y Espacio Cultural Europeo. Otro ejemplo es la localidad lusa de Foscoa. Remarca que, en cambio, el Cerro de San Isidro sólo tiene incoado desde el año 1.977 y «no se ha hecho más». En la parte positiva, adelanta, que sobre la presencia del Neolítico en la provincia, pronto podrán ofrecer muy buenas noticias. 

2. El Cerro de Castillo, en Bernardos. En segundo lugar, por interés y valor científico, el Cerro del Castillo, en Bernardos que, según los investigadores, es imprescindible ahondar en él para continuar averiguando nuestro pasado porque este sitio puede ofrecer importantes aportaciones para explicar el periodo histórico que abarca desde el siglo IV al siglo X y qué pasó en esta zona de la Meseta, gracias los vestigios de sus dos recintos amurallados.

3. El Muyo. Lo destaca por encontrar aquí una arquitectura que no hay en ningún otro sitio de la provincia de Segovia, con esas cubiertas con esas lajas irregulares de pizarra. Recuerda que él nació y vive en un pueblo de pizarra, como es Bernardos, pero verlo allí, en El Muyo, en la zona nordeste, asegura que es algo excepcional y que tendríamos que conocer, porque ahora mismo está casi deshabitado. La arquitectura de El Muyo fue uno de esos gratos descubrimientos que hizo, «perdiéndome» y viajando por la provincia.

4. Las Hoces del Río Riaza. Un sitio para estar tranquilo pero que muy tranquilo, junto a las ruinas de la Ermita de Santa María del Causar, en el termino municipal de Montejo de la Vega de la Serrezuela, viendo volar los buitres. Son más recogidas y otro formato que las de Duratón pero es un sitio que cuando entras se respira paz y te olvidas de todo, y además, como no hay cobertura para el móvil, pues mejor.

5. El Acueducto. Es el emblema de Segovia y para cualquier segoviano que sale fuera es su referencia «siempre es y será» el Acueducto. Recomienda no perderse, en cualquier estación del año, el amanecer en un día despejado, y  ver cómo el sol proyecta la sombra del Acueducto sobre toda la plaza del Azoguejo e incluso los inicios de la avenida que lleva su nombre. «¡Es impresionante!». 

6. La Judería. Un sitio de Segovia que recomienda es el barrio de la Judería porque le parece un estupendo ejemplo de rehabilitación y cómo afrontar un buen saneamiento, que es lo que se hizo con los proyectos que se acometieron con las aportaciones económicas de los propietarios y de las administraciones públicas. La Judería demuestra que es lo que se debe de hacer en una ciudad que es conjunto histórico para que no se convierta en«almacenes de ruinas» y eso es algo de lo que nos tenemos que sentir orgullosos los segovianos. Sin salir del espacio intramuros, el jardín de Maurice Fromkes y el Arco de las Canongías. 

7. La Alameda del Parral. Le recuerda sus años de estudiante de Bachiller porque los Hermanos Maristas les bajaban a la Alameda. Entre los 10 y los 17 años estuvo interno en este colegio, en la calle San Agustín. Recuerda que poder estudiar era «un privilegio» y que, por aquel entonces no existía una infraestructura de transporte escolar en el medio rural. 

8. La bajada de Zamarramala a San Marcos. Es el lugar que elige para que sus invitados y amigos, que nunca la han visitado, tengan el primer contacto con la ciudad de Segovia, siempre antes de entrar les lleva allí. Muy especial también por la noches con sus luces pequeñas que un compañero con el que venía en el coche le decía que parecía un Nacimiento. 

9. Bar Yagüe, en Bernardos. Un recuerdo muy especial y cariñoso para la forma de hacer las cosas de Casilda y Santos, al frente de este establecimiento situado en la Plaza Mayor del pueblo.

10. El recorrido urbano del Acueducto. El trazado urbano es el gran desconocido para la mayoría de los segovianos y tiene muy claro que se podrían hacer visitas bajo este planteamiento, desde el Postigo del Consuelo, la plaza de las arquetas (hoy Reina Doña Juana), Ildefonso Rodríguez, Colón, Cronista Lecea, Plaza Mayor, Daoíz, hasta la misma entrada al Alcázar. Las mercedes del Acueducto eran los aljibes que distribuían el agua a todas las casas señoriales. En su opinión, se podría cambiar el pavimento con otro color e ir mostrando este trazado urbano, que ayudaría a entender mucho más la obra del Acueducto más allá de la parte monumental.