Editorial

La vacunación y el final del estado de alarma son los debates necesarios

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Más de un año después desde el comienzo de la pandemia sigue sin haberse alcanzado el necesario clima de entendimiento entre el Gobierno central y las comunidades autónomas. Son demasiadas las ocasiones en las que se generan discrepancias, cuando no enfrentamientos abiertos, a la hora de estudiar medidas que se consideran beneficiosas para el control de la pandemia, y que requieren de una gestión conjunta que muchas veces no se produce. Esa falta de sintonía puede volver a quedar de manifiesto a partir del 10 de mayo, desde el momento en el que decaiga el estado de alarma, si antes el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no rectifica en su afirmación de que desde entonces serán las comunidades autónomas las que tomen decisiones.

La pandemia requiere de una acción conjunta de todas las administraciones, en la que si bien son entendibles algunos ajustes en función de la incidencia en cada territorio no deben permitirse diferencias de calado. Tantos cambios entre unas regiones y otras, incluso dentro de una misma autonomía en función del grado de incidencia de la pandemia, añade dificultad a la gestión, pero ese es precisamente uno de los motivos por los que se debería poner más empeño para evitar la confusión constante entre la ciudadanía en asuntos de menor enjundia. Ayer se retiró del orden del día del debate en la Comisión de Salud Pública la propuesta que ya había hecho pública el Ministerio de Sanidad para prohibir fumar en todos los espacios de hostelería al aire libre, independientemente de que existan los dos metros de distancia entre personas exigidos hasta el momento. Impedir que se fume en una terraza puede ser una circunstancia que incomode a una parte de los ciudadanos, pero no era la materia más urgente para llevar a una reunión en la que, sin duda, reclama prioridad todo aquello concerniente al proceso de vacunación.

Sanidad comete con frecuencia el error de poner en circulación propuestas que, más allá de su relevancia, deberían estar más maduradas para evitar no solo confusión sino debates estériles que para lo único que sirven es para perder la referencia sobre lo que de verdad es importante. En este momento, por ejemplo, generar confianza entre la población para frenar el rechazo a la vacunación detectado en las últimas semanas en función del laboratorio al que pertenece la dosis a inocularse. En eso y en garantizar que el 10 de mayo todos los españoles tengamos las garantías suficientes de que nuestros gobiernos podrán desarrollar una gestión eficiente de la pandemia.