Al siervo bueno y fiel
que rogando sin cesar
consigue bienes eternos
de la infinita bondad.
Al que es gloria de esta iglesia
patrono de esta ciudad
común padre de la patria
y socorro universal.
Bendigan todos
todos y alaben
bendigan todos y alaben
su virtud angelical.
Los prodigios y milagros
que ejecutó liberal
en favor de sus devotos
¿quién los podrá enumerar?
El más alto sacramento
le presenta a un animal
que postrado reconoce
ser bocado celestial.
Como manda la tradición, cada 25 de octubre, al mediodía, se interpreta el Villancico a San Frutos en el trascoro de la Catedral de Segovia. El que actualmente se interpreta y conocemos la gran mayoría de los segovianos fue el que compuso Antonio Hidalgo en el año 1874, para que el utilizó la letra de otro anterior que existía de Pedro Antonio Compta. Su interpretación corre a cargo de un coro popular de más de 200 voces en el trascoro de la Catedral, lo que congrega al pueblo de Segovia y a sus instituciones. Este villancico, que fue compuesto por Antonio Hidalgo en 1874, es un canto de alabanza y de acción de gracias a Dios por San Frutos, y supone la primera parte de una eucaristía muy especial. Hace varias décadas eran los seminaristas de Segovia quienes lo cantaban y, en la actualidad, son voluntarios quienes lo hacen, con el protagonismo de una voz solista que corresponde a un niño con una voz blanca de varón.
VÍDEO DEL VILLANCICO A SAN FRUTOS 2018: