La sexta ola de coronavirus ha desbordado la Atención Primaria con Segovia en sus peores niveles de incidencia de toda la pandemia. Los más altos del país junto a los de Valladolid y Palencia, pero con una presión hospitalaria relativamente contenida, ante una proporción de contagios-ingresos que destaca por baja, y a la que se aferra la Junta para no adoptar nuevas restricciones. Una decisión que por un lado favorece la actividad económica aunque, por otro, la complica precisamente ante la explosión de bajas laborales que están sufriendo las empresas como consecuencia del aumento exponencial de casos, independientemente de que estos sean más leves que antes.

Sólo este jueves Sanidad notificaba 657 nuevos positivos en 24 horas en Segovia, más que en todo diciembre de 2020 (619), y lo peor es que la incidencia no sólo se ha desbocado, sino que todavía busca su techo. En la tercera ola se llegaron a registrar 356 casos en un solo día (el 16 de enero) y ese récord se ha mantenido hasta que, entre el 24 y el 30 de diciembre, en sólo siete días, se ha superado cuatro veces.

Coincide que Sacyl ha renunciado desde la semana pasada a realizar test a los contactos estrechos asintomáticos y está pidiendo a los positivos que sean ellos mismos los que llamen a las personas que hayan podido contagiar. Ni siquiera las personas de riesgo tienen asegurado poder hacerse una PCR el día que comunican síntomas, y la población general llega a sufrir demoras de hasta cinco días. En paralelo, los confinamientos de positivos se han reducido desde este jueves de 10 a 7 días (salvo que se tengan síntomas en los tres últimos) y la Junta, además, baraja suprimir las cuarentenas de los 'grupos burbuja' cuando se reanude el curso, de tal modo que ya no tengan que confinarse todos los alumnos de un aula de Infantil o primero de Primaria si uno da positivo, sino sólo sus compañeros más cercanos.

La sexta ola satura Primaria e impacta contra las empresas

En este escenario, Segovia, una semana después de que pasara la Nochebuena con más de 1.500 contagiados que debieron permanecer confinados, llega al final del año con más de 3.000. De hecho, sólo del 24 al 30 de diciembre (un intervalo de siete jornadas, que es el nuevo tiempo de las cuarentenas) se contabilizaron 2.922 nuevos positivos, concretamente, y si además se suman los contactos estrechos que deben aislarse (no vacunados con pauta completa, sanitarios y usuarios de residencias, fundamentalmente), la cifra de afectados supera los 6.000.

Sin embargo, en medio de una ola que la Organización Mundial de la Salud ya califica de tsunami, por un volumen de casos confirmados inédito en toda la pandemia a pesar de que se hacen muchas menos pruebas que el pasado enero (el mes en que se marcaron récords hasta que se han pulverizado en los últimos días), la histórica alta contagiosidad de ahora contrasta con unos niveles también históricos, pero por bajos, de hospitalizaciones y muertes. Una circunstancia que las autoridades sanitarias atribuyen a la vacunación y a una letalidad más baja de la variante que se está convirtiendo en predominante, ómicron.

El hospital de Segovia, sin ir más lejos, contabilizaba este jueves 14 pacientes con coronavirus en planta y 4 en UCI, y en todo este mes la provincia ha registrado dos muertes relacionadas con la pandemia, después de haber notificado 5.267 nuevos positivos del 1 al 30 de diciembre. En enero de 2020, sin embargo, con 5.532 positivos, el hospital notificó el fallecimiento de 57 pacientes covid y en total se registraron 103 (contando defunciones en otros centros sanitarios, residencias o domicilios), según la estadística oficial de mortalidad covid de la Junta.

En cuanto a los ingresos hospitalarios, del 1 al 30 de diciembre se han contabilizado en Segovia 47 (40 en planta y 7 en UCI, obviando que hay ingresos en UCI que antes computaron como ingresos en planta y por tanto se duplican). Es justo la misma cifra que en el mismo mes de 2020 (47, pero con 36 en planta y 11 en UCI), pero después de haberse registrado 8,5 veces más positivos nuevos que entonces. Es decir, que ahora los pacientes que acaban hospitalizados equivalen al 0,9% de los positivos, porcentaje que en diciembre de 2020 se elevaba por encima del 7,5%; o el 6,8% en enero de 2021, cuando se contabilizaron 378 ingresos (338 en planta y 40 en UCI) con un total de 5.532 positivos confirmados.

PREOCUPACIÓN EN LAS EMPRESAS. Así se ha llegado a semejante saturación en la Atención Primaria, mientras las peores consecuencias de esta sexta ola se sufren en el ámbito laboral por la explosión de bajas. "Estamos teniendo muchísimas, por lo que el impacto sobre las empresas es tremendo", constata el presidente de la Federación Empresarial Segoviana (FES), Andrés Ortega. "El problema no sólo es la baja, sino que desde que te llaman porque eres contacto estrecho hasta que te vas a hacer la prueba y vuelves dando negativo, igual pasan tres días como poco que no trabajas". Así venía sucediendo al menos si el empleado se confinaba para prevenir aunque no esté obligado por tener pauta completa de vacunación, y suponiendo que no pudiera teletrabajar, si bien ahora no se hacen test a asintomáticos.

El caso de Caixabank sirve de ejemplo del impacto que está teniendo esta sexta ola, ya que sólo en los últimos días ha tenido que cerrar, al menos durante una jornada, media docena de oficinas; incluida la central, aparte de otras en Vía Roma, El Carmen-La Albuera, La Lastrilla, San Cristóbal o Valverde. La de Vía Roma reabrió el jueves y las de La Lastrilla y San Cristóbal hicieron lo propio el miércoles, según precisan fuentes oficiales de la entidad bancaria: "Desde el principio de la pandemia, Caixabank ha marcado un protocolo muy preciso para salvaguardar el bienestar de empleados y clientes, y en el momento en el que se comunica el positivo de un empleado la sucursal se cierra hasta su desinfección, acción que no suele superar nunca las 24 horas", explican.

Con especial inquietud se vive la situación en los comercios, donde "cada cual hace lo que puede por seguir abierto, aunque sea con menos empleados", tal y como apunta el presidente de la agrupación comercial Fecose, Roberto Manso. No en vano, "estas son las semanas más importantes del año para la mayoría", igual que para muchos establecimientos hosteleros, con plantillas muy mermadas incluso por el casco histórico.

"En las empresas grandes se pueden juntar 20 y 30 personas sin trabajar, pero en las pequeñas el problema también es muy serio, claro", apunta ahora el presidente de FES, "aunque algo se va a arreglar con la nueva medida de reducción de los confinamientos de 10 a 7 días", valora. Advierte que "las empresas deberán estar muy vigilantes para, en la medida de lo posible, mantener a la gente con las mayores medidas de seguridad por si pudieran contagiar", pero, por otro lado, "se supone que no contagian, que habrá que pensar que si se ha tomado esta medida será porque no", matiza, "y al menos algo agilizará".

Para el secretario provincial de CCOO, Álex Blázquez, "al final toca aplicar sentido común por encima de lo que digan los políticos". "Eliminar confinamientos de no vacunados se está comprobando que no es una medida buena ni válida para evitar la propagación y eso trae como consecuencia que tengamos a muchos trabajadores con coronavirus, pero que sin muchos síntomas o asintomáticos, que son un foco de contagio permanente", resume. "Así se marcan cada día nuevos récord de contagiados y la verdad es que estamos viviendo los días en que cualquier persona se siente más rodeada que nunca de coronavirus".

"Mucha gente está yendo a trabajar con claros síntomas de coronavirus pero como tampoco hay muchos recursos para saber si lo tienen, siguen trabajando porque tampoco los servicios sanitarios están dando ningún tipo de alternativa", incide. "¿Que no tienes síntomas? Pues haz vida normal; ¿que has estado con un contacto estrecho? Pues nada, como estás vacunado, a seguir", resume. "Y eso no ayuda, claro, porque si el médico te dice que no te confines, el empresario evidentemente te puede decir que tienes que cumplir con la norma e ir a trabajar".

Su homólogo de UGT, José Luis Martí, recuerda por otro lado que "obviamente, ir a trabajar siendo positivo es causa de despido", y aunque conoce de sobra el problema de la explosión de bajas laborales que se está sufriendo, matiza que para su sindicato "no está suponiendo un aluvión de consultas por problemas derivados de esto". Y mientras tanto, con Segovia buscando todavía su techo de incidencia, pendiente de que la sexta ola no inunde el hospital de pacientes a pesar de la ausencia del dique de restricciones de tiempos nada lejanos.