Segovia está muy cerca de Madrid. Son muchos los segovianos que diariamente se trasladan a trabajar y otros tantos los madrileños que tienen segundas residencias en la provincia, especialmente en la zona nordeste. Uno de esos madrileños aunque con orígenes riazanos y desde hace varias décadas, raíces en la localidad, estará presente la próxima semana en la 42 edición de la Feria Internacional de Arte Contemporánea más importante del país: ARCO. Antonio Sánchez Ramos, responsable de la Galería de Arte Fontanar, desde 1992, acudirá a Madrid como editor de obra gráfica y fotografía. 

Con el paso de los días ya se empiezan a notar los nervios de lo que le espera del 22 al 26 de febrero. No es la primera vez que lo intenta pero si la que lo consigue. Dice que no será el primer segoviano en ARCO porque junto a él estará por ejemplo Luis Moro, pero si el único procedente del medio rural y eso le da aún más valor. «Hace mucho tiempo que presenté mi candidatura para ir pero es muy difícil y ya lo había abandonado, pero este año un amigo me convenció de presentar el proyecto que llevo a la feria de Bilbao sobre obra gráfica y papel y salí seleccionado. Allí estaré con editoras de todo el mundo, internacionales y una selección de las españolas», comenta. 

Su participación será como editor de libros de artistas y obra gráfica, una actividad que empezó en 1992. Cada año edita una media de tres obras, en ediciones limitadas de entre 25 y 50 ejemplares cada una. Hasta la fecha habrá editado cerca de un centenar de libros, sobre todo de grabados, escultura, fotografía y libros de artistas. Además participará en varias conferencias con críticos de arte de reconocido prestigio. Fontanar Ediciones estará presente en lo que se denomina 'el rincón de hablar' o 'speaking corner' de Artslibris ArcoMadrid 23 con tres propuestas distintas. Por un lado 'Versos cruzados', libros del artista de Luis Moro.

Después, 'Cuadernos de cal', de Santiago Rodríguez del Hoyo, donde se conversará sobre los libros de artistas contemporáneos y se darán a conocer las singulares publicaciones que ha realizado,  desde 1989. Desde 2015 cuentan con la edición de Fontanar. Asimismo se presentará 'Realidades sin nombre', de Manolo Oyonarte.

Sánchez se muestra emocionado por poder participar en una feria de este nivel y, antes de que se celebre, asegura que seguirá presentando proyectos en próximas ediciones con el fin de continuar presente en ARCO. Como responsable de una galería de arte, su sueño sería poder acudir como tal, pero es consciente de la dificultad que entraña. 

«Participar con la galería de arte sería dificilísimo, pero nunca se sabe, con trabajo e ilusión se llega a todos los lados», afirma con la experiencia de haber acudido a ferias de primer nivel tanto nacional como internacional, en los últimos 20 años, acompañando a artistas segovianos. Entre esas ferias se encuentra FIG Bilbao, el festival internacional de grabado y arte sobre papel que se celebra en el Palacio Euskalduna, denominada como la mejor de Europa de obra sobre papel. 

Con unas miras tan internacionales, en un mundo especializado y que a veces se considera para unos pocos, Sánchez Ramos se mantiene fiel a Riaza. Recuerda que su familia es riazana y su abuelo era el maestro del pueblo. Aunque él no nació allí, lo hizo en Madrid, su padre y su madre si son riazanos y desde pequeño ha tenido un arraigo muy importante en la localidad. 

Cuando su padre abrió una tienda de antigüedades en Riaza, empezó a trabajar ayudándole los fines de semana. Allí le picó el gusanillo y también el amor. Casado con una riazana, sus hijos han nacido también en la localidad y en Riaza es donde se gestó la galería de arte, aunque durante unos años la compaginó con una sala en Madrid entre 1991 y 1997.

Para Antonio Sánchez, Fontanar no es solo una galería de arte. El edificio en el que se ubica consta de tres plantas. La galería se encuentra en la planta superior y la sede de la editora de obra gráfica y fotografía se emplazan en el mismo edificio. Pero por lo que más se le conoce en la localidad y en la provincia es por la planta destinada a antigüedades, artesanía y el turismo. 

«Aunque es un poco insólito, cuando trasladé la galería y me afinqué definitivamente en Riaza, en 1997, pensé que iba a ser muy difícil, pero afortunadamente se mantiene por sí sola con las ventas que se hacen en ferias internacionales y con nuestros clientes que son bastante especializados», afirma. No obstante tiene la suerte de contar con varias líneas de negocio ya que como dice, «los artistas estamos muy acostumbrados a vivir con las crisis y en esas épocas los otros negocios nos ayudan a continuar adelante y a que seamos más independientes con lo que exponemos sin depender de que se tenga que vender sí o sí», aclara. 

Consciente de que no todo el mundo entiende el arte del mismo modo, considera que últimamente hay un poco más de interés, aunque «mentiría si dijera que en el medio rural se valora el arte», opina. No por ello ha cesado en su intento de enseñarlo y acercarlo a pesar de saber que es difícil. En distintas ocasiones ha ofrecido visitas guiadas a los colegios y ha intentado inculcarlo a la gente. 

«El interés por la población de la comarca existe pero es limitado», comenta. Desde su punto de vista hay especialistas que les gusta mucho pero no es algo que en general se valore demasiado, sobre todo de los visitantes que llegan de otras Comunidades», concluye.