Galería de fotos de todos los equipos del Segosala

Nacho Sáez
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El Segosala disfruta del prometedor futuro que anuncia su equipo femenino y su cantera, pero también sufre por su plantilla masculina sénior, colista en Segunda B.

Las múltiples caras del deporte - Foto: Ana Vázquez/ Segosala

El deporte tiene muchas caras. Las de sus protagonistas, por supuesto, pero también las que tienen que ver con su carácter. El lado alegre del triunfo. La parte amarga de la derrota. El Segosala lo está probando en sus carnes esta temporada. Aupado a la zona alta de la clasificación en la Segunda División femenina y consolidado como la cantera de referencia del fútbol sala de la ciudad, también está abonado al sufrimiento de la mano de su equipo masculino de Segunda División B.

Nada que impidiera, no obstante, que todos los equipos del club segoviano se reunieran en el Pabellón Pedro Delgado este martes para recuperar una tradición suspendida con la pandemia. La de desfilar uno por uno por la cancha para exhibir los pilares sobre los que se asienta un proyecto que goza de buena salud, según remarca su presidente, Daniel Sacristán. Diecisiete equipos, unos doscientos jugadores y alrededor de medio centenar de entrenadores, monitores y colaboradores en diferentes ámbitos son su razón de ser.

«Hace unas cuantas temporadas teníamos muchos más niños, pero para eso tenemos que tener más entrenadores para que estén atendidos adecuadamente y ahora mismo es difícil porque es obligatorio que estén titulados. Así que no podemos abarcar más equipos y solo abrimos inscripciones para gente de fuera del club cuando hay vacantes en los distintos equipos», explica Sacristán. El Segosala camina con los pies en el suelo. A falta de un patrocinador principal, se nutre de las ayudas de las instituciones y de muchas pequeñas empresas. «Este año se han incrementado pero sabemos nuestras limitaciones y no vamos a dar pasos si económicamente no se puede», subraya, al tiempo que celebra el apoyo que reciben de una antigua peña del Caja Segovia Fútbol Sala.

El equipo de Segunda División B del Segosala es lo más parecido a aquellos años míticos que queda. Incluso ha llegado a jugar la Copa del Rey. Esta temporada, sin embargo, pena para no descender a Tercera División. A nueve jornadas para que acabe el campeonato en su grupo es colista y se encuentra a nueve puntos de los puestos de salvación. «La temporada está siendo difícil y se nos van acabando los cartuchos. Hubo un cambio de entrenador, llegó Daniel Ibañes, se fue en noviembre, llegó Luigi de forma provisional y después Juan Carlos Dueñas, pero el grupo mantiene el mismo esfuerzo y compromiso y conhtinúa trabajando y confiando. Tenemos esperanzas de que todavía podamos revertir la situación», subraya el presidente, quien niega que este equipo esté roto: «El domingo jugaban en Pontevedra y se fueron de Segovia a las tres de la mañana y volvieron a las diez de la noche. Creo que el compromiso de estos jugadores está fuera de toda duda».

La apuesta por una formación de calidad y el respeto a los mejores valores del deporte han sido desde su fundación las señas de identidad del Segosala, cuyos integrantes reconocen sin embargo no estar por encima de los resultados. «La filosofía del Segosala sigue siendo la misma, pero no nos impide que compitamos. Tiene que haber una cultura del esfuerzo. Todos queremos ganar y sí que nos importa no ganar», resalta Sacristán. La amenaza del descenso tampoco se toma a la ligera. «Sería un duro golpe para el Segosala pero también para el fútbol sala de Segovia. Volvimos a enganchar a los patrocinadores y lo estamos intentando con los aficionados. Sería un duro golpe a nivel social. En Tercera hay otros clubes de Segovia e incluso el San Cristóbal puede ascender. Dejaríamos de ser la referencia y   todo repercute a nivel de ingresos», avisa el propio Sacristán.

El otro lado de la moneda lo representa el equipo femenino, que es cuarto en su grupo solo dos temporadas después de ascender. El asalto a Primera División parece imposible –está a trece puntos del segundo clasificado–, pero se pretende alcanzar en un horizonte no muy lejano. «Con la apuesta que se ha hecho con la base vemos viable en todos los aspectos subir a Primera. El equipo está yendo bastante bien y se está trabajando muy bien la base. Hay jugadoras subiendo al primer equipo constantemente», destaca el presidente de un Segosala que quiere seguir creciendo aunque no pueda ser a base de sumar más niños. Desde los más pequeños, la escuela de psicomotricidad que precede a los prebenjamines, hasta la plantilla de veteranos, todos tienen claro que ostentan un rol para conseguir un club mejor.