Tres proyectos destacan por encima del resto entre los que pretende impulsar el Ayuntamiento de Segovia en los próximos años. La alcaldesa, Clara Luquero, ya avanzaba en la entrevista publicada por El Día el pasado 5 de julio que los dos más importantes, al menos en lo que se refiere a «transformación del espacio público», apuntan a ser la recuperación del valle de Tejadilla, con un «gran parque de referencia nacional» en su cabecera y una obra hidráulica por la que se renovará el colector, lo cual permitirá regenerar un paseo de casi cinco kilómetros a lo largo de su superficie; y la reforma de la plaza de la Artillería, con un notable avance del espacio peatonal en detrimento del tráfico. Pero, por su evidente repercusión social, destaca también la intención de prohibir el tráfico privado no residente por el casco histórico (salvo excepciones por concretar), un reto que lleva más de diez años plasmado en papel (en el Plan de Movilidad de 2008) y que se pretende abordar ya, sin descartar que se pueda ampliar el área restringida actual en la primera mitad del mandato.
De la recuperación del valle de Tejadilla se viene hablando también desde hace más de una década.Por un lado está el proyecto hidráulico, que a su vez facilitará tras su ejecución el acondicionamiento de un sendero de cinco kilómetros; y a todo ello se sumó en mayo el anuncio de Clara Luquero, en campaña electoral, de un futuro «gran parque» en la cabecera del valle, en el barrio de La Fuentecilla-Puente de Hierro. Se trata por tanto de tres actuaciones independientes y complementarias. 
La obra hidráulica es un viejo proyecto que ya salió a exposición pública en 2014 con la denominación ‘Colector del arroyo Tejadilla y ampliación de capacidad del túnel de Clamores’. Se contempla la expropiación de más de 30.000 metros cuadrados de suelo rústico y urbano, así como la ocupación temporal de casi 90.000 para asegurar la depuración de vertidos de distintas áreas de la capital.
El objetivo es asegurar la depuración de todos los vertidos teniendo en cuenta el desarrollo de diversas zonas de la ciudad (Obispo Quesada, sector 1 y los polígonos industriales El Cerro y Hontoria), cuyas aguas habrán de ser recogidas por el colector de Tejadilla. Asimismo, se prevé eliminar el estrechamiento del túnel del Clamores, ya que en la actualidad origina vertidos al río Eresma en épocas de lluvia.
De estas actuaciones, la más importante para la regeneración del valle del Tejadilla es por tanto la relativa al colector principal. Se proyecta la sustitución de la tubería actual, muy deteriorada y con poca capacidad hidráulica, por una nueva que llevará el mismo trazado, con una longitud de 4.143,30 metros. Tal y como explicó Luquero a El Día, esa obra propiciará que se puedan reacondicionar los terrenos en superficie, una franja a lo largo de todo el colector, «abarcando unos metros a un lado y a otro», de tal forma que se recupere esa zona ambientalmente, con replantaciones y creación de áreas de esparcimiento, para sumar así este entorno definitivamente al cinturón verde de la ciudad.
La nueva infraestructura hidráulica puede salir por unos tres millones y medio, según la alcaldesa, cantidad que el Ayuntamiento podría costear a través de un préstamo estatal a devolver «en 15 o 20 años»; y la regeneración de la franja sobre el colector, unos 600.000 euros que aún estaría por concretarse si los aporta el Ayuntamiento, el Ministerio para la Transición Ecológica o ambas administraciones.
De momento, aunque el colector es competencia municipal, para la gestión de la tramitación de este proyecto ya se está contando con la ayuda de la Sociedad Mercantil Estatal Aguas de las Cuencas de España (Acuaes), integrada precisamente en el Ministerio citado, y que ya remitió meses atrás un borrador de convenio al Consistorio donde detalla las condiciones de financiación y el compromiso estatal de asumir su compleja gestión administrativa. Desde entonces está «a la espera» de respuesta de la Administración local para firmar ese convenio, según confirman a El Día fuentes de Acuaes, y la alcaldesa asegura que es ahora cuando cuenta con retomarlo, ya que optó por aparcarlo al convocarse elecciones generales anticipadas.
En paralelo se espera avanzar en el proyecto del «gran parque» de La Fuentecilla-Puente de Hierro, para el que se prevé una inversión que podría llegar a rondar el millón de euros. El Ayuntamiento cuenta con más de 5.000 metros cuadrados disponibles en la cabecera del valle, donde confluiría el paseo sobre el colector. Terreno de sobra para proyectar allí una pista polideportiva, un aparcamiento que se concibe como disuasorio (comunicado por transporte público con el centro) y el propio parque, cuyo «componente fundamental», lo que lo distinguirá de uno ordinario, será «el estímulo a la creatividad de los niños» que se pretende que aporte, ya sea «tanto por su diseño como por los contenidos que esos elementos arquitectónicos puedan aportar de juego, estimulando la creatividad, desarrollando valores... Juego educador», según palabras de Luquero.
Pero el proyecto del parque está por definirse y en su desarrollo deberán trabajar hasta tres concejalías. En primer lugar, la planificación de los espacios disponibles en la cabecera del valle le corresponde a Urbanismo, que deberá concretar la ubicación de cada dotación. Para diseñar el propio parque, dado que se pretende «que prime la originalidad», la intención es implicar a la Concejalía deCultura, con posibilidad de volver a colaborar con el laboratorio de diseño y arquitectura de IE University, que ya se encargó del vanguardista proyecto de la Casa de la Lectura. Y por supuesto, tratándose de un parque, la gestión de su ejecución recaerá sobre la Concejalía de Medio Ambiente.
En total, dado que la obra hidráulica citada puede costar unos 3,5 millones, más los 600.000 euros de reacondicionar la franja sobre el colector y el millón del parque (sin dejar de tener en cuenta que con cifras estimativas, pero avanzadas por la alcaldesa), la inversión global en Tejadilla superaría los cinco millones.
Plaza de la Artillería. Más costosa que el parque puede resultar la intervención en la plaza de la Artillería, y probablemente de gran repercusión urbanística y también social. No en vano, ya fue especialmente notable el impacto estético de la obra por la que se desplazaron unos metros los bolardos para ganar espacio peatonal junto al Acueducto en 2017, y aquello salió por apenas 50.000 euros, mientras que ahora Luquero habla de «dignificar» la plaza con «un millón y medio o dos». La intención, aún pendiente de estudios técnicos previos, es ampliar más la zona peatonal del entorno del Acueducto, tanto que se pueda valorar incluso la posibilidad de colocar bancos (o mobiliario urbano con esa utilidad) en la parte más alejada de ese espacio sin entorpecer la visión del monumento. El límite de metros para esa ampliación lo marcará el hecho de que no se contemple un corte completo del tráfico en la plaza, ya que se reordenará contando con que deben seguir pasando vehículos hacia la calle San Juan y el recinto amurallado, aunque la afluencia se reduzca con la restricción del tráfico privado no residente. 
La idea que se retomó ya a finales de 2017 era extender el área de tráfico restringido a casi todo el recinto amurallado mediante controles de acceso (con cámaras de lectura de matrículas) en la plaza del Conde de Cheste, el arco del Socorro y Doctor Velasco. Entonces ya se planteó la supresión de más de 200 plazas de zona verde (prácticamente un tercio de las que hay), ya que la mayoría de ellas se dejarán exclusivamente para residentes (sorprendentemente, todavía hoy siguen sufriendo que hay más tarjetas de aparcamiento concedidas que plazas disponibles); y la supresión de varias decenas por considerarse que están demasiado cerca de iglesias u otros monumentos.
Esa propuesta de los controles de acceso en los puntos citados supone aplicar precisamente el área de tráfico limitado que dibujó el Plan de Movilidad de 2008, pero aún está por definirse en qué medida afecta al área de tráfico restringido. Según la alcaldesa, cabe por ejemplo la posibilidad de que la restricción comience en fines de semana con el tráfico privado no residente y se permita todavía el paso de lunes a viernes, como mínimo, en una fase inicial.También se apuntó durante el pasado mandato la posibilidad de que la restricción pudiera aplicarse durante ciertas horas del día, o que pudieran entrar al casco histórico todos los conductores, pero por tiempo limitado de estancia en el casco histórico, una alternativa técnicamente viable por las cámaras lectoras de matrícula que se instalaran. 
No obstante, aún hay cuestiones que deben hablarse al respecto con los comerciantes, hosteleros, los propios vecinos residentes... El Ayuntamiento prevé definir medidas que permitan conciliar las restricciones de tráfico con la vida de los residentes del recinto amurallado, con quienes les visitan y con los proveedores de los negocios, por ejemplo; e igual que los clientes de los hoteles del centro tienen permisos especiales, también podrían extenderse estos, o alternativas parecidas, para otros colectivos. Cuestiones que están por verse, pero que esta vez, según Luquero, después de muchos años de amagos, se cuenta con abordarlas incluso en la primera mitad de este mandato.

La reforma de la plaza de la Artillería está pendiente de un estudio técnico que determine hasta dónde puede llevarse la zona peatonal con una reordenación del tráfico. Se renovará el pavimento de la parte de terrazas. - Foto: Rosa Blanco

Otros proyectos pendientes.

Aprobación final del Peahis. Después de más de 12 años en elaboración, se espera que entre en vigor este verano. Facilitará la reedificación de solares y las rehabilitaciones en las áreas históricas.

El Ayuntamiento prevé la supresión de más de 200 plazas de zona verde que se dejarán exclusivamente para residentes; decenas de plazas serán suprimidas por estar demasiado cerca de monumentos o iglesias; y se ampliará el área de tráfico restringido. - Foto: Rosa Blanco

Ordenanza del Acueducto. Está redactada, pendiente de informe final de Secretaría General para su aprobación inicial. Entraría en vigor en los últimos meses de este año o en los primeros de 2020.

Apertura del edificio del CAT. Las obras acabarán este verano, pero quedará el proceso administrativo para su ocupación por las empresas interesadas, que no entrarían hasta finales de 2019 o principios de 2020.

Plan de alumbrado. Después de un mandato en blanco, en éste se prevé adjudicar a una empresa la renovación de todo el alumbrado, que pasará a led, y nueva luz ornamental en monumentos.

Ascensores urbanos. Pronto debería empezar la obra del ascensor entre Gascos y Vía Roma; el siguiente será el de San Millán con el Salón (ascensor finalmente, en lugar de un remonte a lo largo de las escaleras), y también este mandato se espera el de San José con El Palo.

Limpieza viaria. La nueva contrata se espera adjudicar a finales de 2019 y a mitad de 2020 estaría renovada la flota e implantado un nuevo sistema de recogida en el centro, entre otras novedades.

Obras en la Muralla. A corto plazo se espera el inicio de la rehabilitación del tramo de Muralla situado en el entorno del Hospital de la Misericordia. Cuesta 1,5 millones, cofinanciados por el Estado.

Viviendas de protección. La intención es promoverlos primero en el antiguo parque de Bomberos y la zona del Regimiento. A más largo plazo puede haber en Ezequiel González y Soldado Español.

Reformas de calles. San Agustín, Padre Claret, Ezequiel González y Constitución (aceras) destacan entre las principales calles a reformar, así como las plazas Adolfo Bécquer y de la Morería.

Daoiz y el cableado. Tiene el proyecto de reforma integral redactado desde 2013 y se espera no retrasar más, tras haberse convertido en paradigma del daño al patrimonio que provoca el cableado.

Planes de aslfaltado. El equipo de Gobierno prevé planes de aslfaltado dotados con 500.000 euros al año para poder intervenir en la mayoría de calles degradadas de la ciudad a lo largo del mandato.