Segovia amaga con acabar el mandato sin presupuesto de 2023

D. A.
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El distanciamiento de Podemos dificulta la posibilidad de un acuerdo que, sin embargo, el PSOE no empezado a tantear todavía, y aunque lo hubiera, las cuentas ya no entrarían en vigor al menos hasta abril

Sesión de pleno en el Ayuntamiento de Segovia.

El equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Segovia ya apuntaba en noviembre a afrontar la recta final del mandato, entera o casi, con el presupuesto de 2023 sin definir. De hecho, a día de hoy el Grupo Socialista ni siquiera ha empezado a negociarlo con el resto de partidos, y aunque lo hiciera pronto y cerrara un acuerdo exprés para someterlos a aprobación provisional en el pleno ordinario de finales de febrero (el de enero se celebra el próximo viernes pero ya está completamente descartado), los preceptivos plazos de exposición pública y resolución de alegaciones (si se presentaran), antes de su aprobación definitiva y publicación en el Boletín Oficial de la Provincia (BOP), ya conllevarían que no entrasen en vigor, como poco, hasta abril, a falta de apenas un mes para las elecciones (28 de mayo). 

Cierto es que, como ya recordaba El Día en diciembre, un Ayuntamiento no se paraliza porque deba prorrogar su presupuesto del ejercicio anterior en lugar de aprobar uno nuevo. Así está el de Segovia desde el 1 de enero y sus empleados y proveedores siguen cobrando, los servicios ordinarios se prestan como siempre… La vida municipal, resumiendo, continúa sin que falte lo esencial, pero se ve lastrada por una gestión más lenta de la política de gastos imprevistos. Sobre todo porque, al operar con cuentas basadas en la planificación de 2022, y por tanto sin una hoja de ruta ajustada a las necesidades de 2023, de forma ordinaria sólo se pueden costear actuaciones que ya tengan base financiera en el ejercicio anterior por partidas consignadas entonces, mientras que, para impulsar nuevos proyectos con cargo a las arcas locales, toca recurrir a modificaciones presupuestarias por transferencias de crédito, que también exigen trámites de aprobación en pleno para asegurar la mayoría de votos necesaria. Aunque aparentemente no faltarán inversiones por las que se comprometieron el año pasado y aún están por materializarse, dado que el nivel de ejecución presupuestaria de 2022, a falta de datos oficiales definitivos, apunta a haberse quedado muy por debajo de la mitad de lo previsto. 

La alcaldesa de Segovia, Clara Martín, apostaba en noviembre por someter las cuentas a aprobación provisional en diciembre; y en diciembre reorientó el objetivo hacia enero. El concejal de Hacienda, Jesús García Zamora, por su parte, decía el mes pasado que los presupuestos estaban todavía «en la fase de concreción» y que esperaba tenerlos «en breve» con idea de «poder debatirlos primero en el ámbito del equipo de Gobierno», del que también forma parte IU, y ya después «tratar de obtener apoyos suficientes» de la oposición para aprobarlos; o más bien el apoyo o abstención del concejal de Podemos-Equo, Guillermo San Juan, que es quien facilitó que salieran las cuentas de los tres ejercicios anteriores (2020, 2021 y 2022), neutralizando los votos en contra de PP y Cs.

Sin embargo, el pasado 19 de enero, García Zamora hacía prácticamente las mismas declaraciones al ser preguntado de nuevo por la prensa, pero con el añadido de que esta vez ya deslizaba la posibilidad de que no se aprueben ni de manera provisional en lo que resta de mandato, aunque sólo lo expusiera como una hipótesis. «Considerar probable o no que haya presupuestos por mi parte sería una temeridad», matizó. «Yo lo que tengo es la obligación de elaborar un presupuesto para poder discutirlo en el seno del equipo de Gobierno, posteriormente con el grupo municipal Podemos, y si al final no hay una mayoría suficiente para aprobar el presupuesto pues no se presentará. Pero yo no me pongo en esa tesitura, nadie me ha dicho que no», recalcó. Básicamente porque, para recibir alguna respuesta por parte del concejal de Podemos-Equo, primero tendría que ser preguntado, extremo que de momento no se ha producido. Aunque si se produjera, cierto es que está por verse su contestación, dada la distancia que viene marcando el propio edil morado. Sobre todo desde los últimos meses de 2022 y, especialmente, a partir de la rueda de prensa que ofreció el pasado 12 de enero, cuando afirmó que el cambio en la Alcaldía (Clara Martín en lugar de Clara Luquero desde junio) «no ha supuesto ningún impulso, ningún cambio notable ni ningún revulsivo para un equipo de Gobierno atascado en la gestión y sin ideas para el futuro de la ciudad».

DIFERENCIAS CON PODEMOS. «Me preocupa mucho la falta de autocrítica y el encapsulamiento del Gobierno municipal, PSOE e IU, porque eso hace que se vivan como críticas feroces cuestiones que se han puesto sobre la mesa durante muchos meses, en los cuales en algunos casos han hecho caso omiso, en otros directamente las han metido en un cajón, en otros han atacado al mensajero, o en otros incluso las han abordado con ciertas dosis de prepotencia», añadía San Juan durante una entrevista concedida a El Día la semana pasada. Atribuye las diferencias al incumplimiento de buena parte de los acuerdos que le llevaron a facilitar los presupuestos de ejercicios anteriores, entre los cuales destaca la ausencia de ayudas para el alquiler; pero ya afeaba también que, según calculaba a partir de datos provisionales, la ejecución de las cuentas de 2022 apunta a no haber alcanzado «ni el 40%» de lo que se plasmó sobre papel.

La portavoz de Cs, mientras, ya pedía este miércoles al PSOE «que sea valiente y reconozca que no piensa presentar nada». Una opción más que probable que, en caso de materializarse, abocará al Gobierno municipal que resulte de las elecciones del 28 de mayo a arrancar con esa carga extra que dificultaría también el arranque del siguiente mandato.