La presencia del líder de Vox, Santiago Abascal, en Ceuta el pasado lunes, donde tenía pensado encabezar una manifestación que no fue autorizada ni por la Delegación del Gobierno ni por la Justicia, derivó en fuertes disturbios frente al hotel donde se encontraba el político que obligaron a la Policía Nacional a intervenir, ante el intento de los manifestantes de asaltar el complejo turístico. Una polémica que ayer saltó a la política, donde todos los partidos, a excepción del PP y de Ciudadanos, arremetieron contra el partido derechista, al que acusaron de acudir a la Ciudad Autónoma «a provocar», en plena tensión por la llegada masiva de inmigrantes irregulares la pasada semana y con el conflicto diplomático entre España y Marruecos aún sin cerrarse.

Desde el PSOE, su vicesecretaria general y portavoz en el Congreso, Adriana Lastra, acusó a Abascal, de «buscar la confrontación» con sus actos públicos en la Ciudad Autónoma en un «momento delicado» en la frontera. «Los políticos estamos para resolver problemas, no para generarlos», subrayó.

Su socio en el Gobierno, Unidas Podemos, remarcó que Vox solo quiere «hacer política desde el odio y el racismo», al tiempo que tildó de provocaciones de la ultraderecha» lo sucedido el pasado lunes en las calles de Ceuta.

En la misma línea se pronunciaron otros apoyos habituales del Gabinete central en el Congreso, como Compromís, Más País, Bildu o PNV, que apuntaron que la formación derechista «solo busca desestabilizar» echando más leña al fuego de la «crisis humanitaria».

Mientras, desde el PP, su portavoz, Cuca Gamarra, evitar entrar en la polémica y se limitó a recordar que «cada uno es responsable de sus actos». «Vox puede hacer lo que quiera», apuntó por su parte el dirigente popular, José Luis Martínez Almeida que, eso sí, aclaró que «no por ir a Ceuta se está más con los ceutís»

Más contudentes fue el pronunciamiento de Ciudadanos en boca de su vicesecretario general, Edmundo Bal, quien recordó que Vox tiene derecho a celebrar un evento político en Ceuta, siempre que sea legal, «sin ser molestado o perturbado», independientemente de las ideas que defienda.