Pilar Cernuda

CRÓNICA PERSONAL

Pilar Cernuda

Periodista y escritora. Analista política


La huelga

26/03/2022

Finalmente el gobierno ha aceptado sentarse a hablar con la plataforma creada por agricultores y ganaderos grandes y pequeños, miles de transportistas autónomos o que han creado pymes de difícil supervivencia. Plataforma que el gobierno consideraba indeseable para una negociación por su cercanía con Vox.

Error. Error monumental. En primer lugar, porque en esa plataforma, si había simpatizantes de Vox -que seguramente había- desde luego no está creada e instrumentalizada por el partido de Abascal. Todos los españoles han escuchado declaraciones de personas que se han sumado a la huelga y al bloqueo y se expresaban con un lenguaje muy distinto al que utilizan los simpatizantes de Vox. Que por otra parte tienen tanto derecho como el que más a organizar su propio movimiento sindical o de protesta.

Segundo, porque cuando un gobierno se topa con una plataforma, sindicato o asociación que consigue paralizar parte del país incluida la capital, y provoca desabastecimiento en los mercados, encarecimiento de los precios, bloqueo de ciudades y cierre de negocios, hay que actuar con cautela. Y sobre todo con inteligencia.

Para que las cosas salgan bien es necesario negociar con quien está creando el problema, no con quien prefieres negociar. Y desde luego lo que no debe hacer un buen negociador es descalificar a un posible interlocutor poniendo en cuestión su trayectoria, su representatividad o su dudoso talante para asumir las reglas de la democracia. Por no mencionar que a este gobierno no le han dolido prendas a la hora de negociar con sindicatos sectoriales que han provocado huelgas salvajes en sectores tan delicados como el de la limpieza y las basuras, o el de la sanidad. Salvajes por el comportamiento de los piquetes y por las consecuencias de esas huelgas para la salud de los ciudadanos.

Es ridículo que un gobierno elija con quién se sienta a negociar. Debe hacerlo con el que provocó el conflicto, o el que más agrava el conflicto. Te guste su ideología o no te guste, te guste su cara o no te guste, comprendas sus reivindicaciones y exigencias o no las comprendas. Esto no va de elección de interlocutores, sino de solucionar un problema teniendo enfrente de la mesa a las personas con capacidad para solucionarlo, no buscando las personas con las que te llevas bien. Lo contrario provoca lo que se ha vivido estos días en la negociación del gobierno con las organizaciones que consideraban adecuadas para acabar con la indeseada situación: llegas a un acuerdo de madrugada y no los aceptan los que han paralizado media España. Transportistas y gente relacionada con el campo que ya no puede más de la precariedad galopante que sufren desde hace años, que les hace trabajar con pérdidas y les lleva a la ruina.

Sin que nadie del gobierno, hasta ahora, haya accedido a reunirse con ellos para que les expongan sus problemas y se vea la manera de solucionarlos. O al menos de tratar de solucionarlos.