La Audiencia absuelve a un hombre acusado de robos en casas

Nacho Sáez
-

Sustrajo dos bicicletas valoradas en 1.351,80 euros en agosto y septiembre del año pasado.

Cierra el Palacio de Justicia de Segovia para desinfectarlo - Foto: ALBERTO BENAVENTE

La Audiencia Provincial de Segovia ha absuelto al hombre que fue juzgado por dos robos con fuerza en casas de Palazuelos de Eresma y La Lastrilla, registrados en agosto y septiembre del año pasado. La Fiscalía esgrimía para su condena su imputación por parte de otra persona, su supuesta propia incriminación durante la investigación y su conocimiento del lugar en el que se encontraban las bicicletas robadas -valorada en un total de 1.251,80 euros-, pero el tribunal los considera elementos insuficientes.

A la declaración de la otra persona no la otorga valor probatorio porque la realizó de forma telefónica a los investigadores y porque ni siquiera se le interrogaba sobre los efectos robados de este procedimiento. Para la Audiencia Provincial, además, esa declaración era la de un coimputado ya que se le consideraba autor de varias entradas en inmuebles ajenos. Lo que no entiende la Audiencia es por qué se abandonó la tarea de localizarle para plasmar por escrito su testimonio. También durante la instrucción.

El tribunal tampoco da validez a la declaración del acusado utilizada como prueba. "La espontaneidad no fue tal en tanto que los agentes llamaron por teléfono al acusado a sabiendas de que se le estaba imputando haber cometido por el hecho por la otra persona y que podría tener las bicicletas en su poder. Precisamente ese fue el contenido de la llamada, interrogarle sobre las bicicletas, por lo que no se trató de una conversación casual sino de un interrogatorio sin abogado. Por simples que fuesen las preguntas que se le hicieron, tenían una clara finalidad incriminatoria, por lo que su supuesta admisión de la comisión del hecho en ese momento, negada con posterioridad, una vez informado de sus derechos, carece de valor probatoria en el juicio", destaca la sentencia.

Su conocimiento del lugar en el que estaban las bicicletas resulta igualmente insuficiente para sostener una condena, en opinión del tribunal. El acusado ha manifestado que sabía de su ubicación porque el otro supuesto autor del robo le había pedido que guardase una en su casa y que de la otra se lo había dicho. Al no haberse investigado a esta segunda persona, "la acusación se encuentra sin prueba o indicio alguno que le permita afirmar que la versión alternativa que da el acusado al conocimiento de la localización de las bicicletas sea menos creíble que la que sostiene que lo sabía porque tomó parte de los robos".