La noche de la victoria de la rosa

A.M.
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El periodista Fernando Jáuregui presenta su libro 'La foto del Palace' en el que analiza cuarenta años de Historia a través de los gobiernos socialistas

Fernando Jaúregui junto al libro - Foto: DS

Metidos ya en la madrugada del 29 de octubre del año 1982, en el Hotel Palace, en Madrid, donde el PSOE seguía el recuento de los comicios celebrados horas antes,  en los que consiguió una abrumadora mayoría absoluta, con más de diez millones de votos, el fotoperiodista César Lucas, andaba inquieto esperando el momento en que los dirigentes del partido Felipe González y Alfonso Guerra salieran a saludar a la multitud que se agolpaba en la Carrera de San Jerónimo. 

Apostado debajo de una ventana –muy próxima a la de la habitación que había alquilado meses antes para hacer el seguimiento de la larga noche del 23-F–, solo con la iluminación de una farola, armado de un teleobjetivo, consiguió la imagen de la victoria en la que no faltaba una rosa en  la mano izquierda de quien sería el presidente del Gobierno. 

Cuando se van a cumplir 40 años del momento en que comenzó a cambiarEspaña,  con la emblemática foto de César Lucas en la portada,  el periodista Fernando Jáuregui, uno de los principales especialistas españoles en periodismo político, acaba de publicar  'La foto del Palace. El socialismo, de Felipe a Pedro y viceversa' ('La esfera de los Libros'), que presenta en Segovia, este viernes, junto con quien había sido jefe de la campaña y luego secretario general de Presidencia del Gobierno, JulioFeo, a las 12.30 horas en el restaurante Narizotas.

La noche de la victoria de la rosaLa noche de la victoria de la rosa - Foto: César LucasQuien ha pasado por El País, El Periódico de Cataluña, El Independiente, El Correo, Ya, Europa Press o Efe, confiesa que en realidad son cuatro libros, donde analiza las cosas buenas que han pasado, también las malas, pero sin estar dispuesto a «tirar todo a la basura». Y, sobre todo con un mensaje: «Que hagamos una segunda transición tan positiva como la primera, en muchos aspectos,  conociendo lo mejor de la historia, para intentar emularla, y también lo peor, para no repetirla», admite su autor, que también ha ejercido como subdirector de los informativos de Telecinco y colaborador de TVE, Canal 9, Telemadrid y otras cadenas.

Desgranando etapas, Jáuregui subraya que «los primeros diez años de Felipe González fueron excelentes, se transformó España sin alaracas y sin traumas, los cuatro últimos fueron malos realmente; Rodríguez Zapatero, que hoy está muy denigrado, hizo cosas muy buenas, por ejemplo la negociación con ETA, algunos avances sociales, como el matrimonio homosexual, o la ley de discapacidad, aunque no lo dio todo económicamente, y tuvo cosas malas, el final del zapaterato fue malo porque se enzarzaron Rubalcaba y Carme Chacón en una pelea absurda que estuvo a punto de dividir el partido». 

Del actual jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez,  el escritor y periodista  asegura que «tiene virtudes y no es un hombre acabado, pero también  defectos que debe corregir urgentemente, tiene que hacer una remodelación de Gobierno y aclarar esa coalición que ya no tiene sentido, y conste que no hablo de Yolanda Díaz, que me parece una figura muy positiva y admirable, sino de otras [ministras], de romper con la facción más 'Pablista' de Podemos». 

Partiendo de las circunstancias actuales, Jáuregui se muestra partidario de un pacto de Estado, sin necesidad de que deje de existir el juego de partidos: «Funciona mucho más la política de cooperación, como está ocurriendo en gran parte de los países europeos, no la de la confrontación,  pero en España se ha impuesto lo que llamo política testicular, es decir 'esto se hace por mis santos...' y hay que aplastar al adversario más que entenderse con él,  es la política que viene rigiendo desde hace demasiado tiempo, la que justificó que el canciller Bismarck dijese que los españoles somos el pueblo más fuerte del mundo porque llevamos siglos intentando destruirnos y no hemos conseguido nunca».

En este país «dividido en bloques», Jáuregui observa que «la sociedad sigue matando al mensajero, cuando una gran parte de los periodistas están dando un ejemplo casi heróico (....) la información  hay que pagarla, se puede sobrevivir haciendo buena información, aunque hay muchos que optan por la vía fácil de venderse a quien sea».