Un museo en el sótano

A.M.
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La Fundación MER confía en poder abrir algunas salas de su casa-museo en 2023, con parte de su colección de arte contemporáneo antes, incluso, de que el espacio se pueda ampliar a la antigua iglesia de SanPedro de los Picos

Marcos Martín frente a un cuadro de David Salle - Foto: Rosa Blanco

La Fundación MER, siglas que se corresponden con las iniciales de los nombres de los coleccionistas de arte contemporáneo Marcos Martín, Elena Rueda y el hijo de ambos, Rafael, ha decidido poner a disposición del público sus fondos compuestos por cerca de 800 obras datadas, en su mayoría, en los últimos 40 años, donde están representados artistas españoles y extranjeros de la talla de Miquel Barceló, José María Sicilia, Luis Gordillo o Soledad Sevilla a Julian Schnabel o Jean Michel Basquiat. 

Tras un encuentro entre representantes municipales y del Ministerio de Cultura, encabezados por el director general de Patrimonio y Bellas Artes, Isaac Sastre de Diego, al que también asistió Rafael Martín, hay «buenas vibraciones» para que el Estado ceda el uso y restaure  la antigua iglesia románica de San Pedro de los Picos, donde se ubicaría obra de mayor tamaño. 

En declaración a EL DÍA, Rafael Martín sostiene que «el ministerio no ve con malos ojos adaptar el espacio de la iglesia y el Ayuntamiento hacerse cargo del mantenimiento, mientras la Fundación MER gestionará la programación». Ésta se llevará a cabo a través de exposiciones temporales, nunca la totalidad de la colección, entre otras cosas porque sería imposible.  

germen. El programa de actuación que se baraja desde la Fundación contempla vaciar los sótanos del inmueble en el que residen los coleccionistas, en el Paseo de San Juan de la Cruz, a excepción de la vivienda,  para convertirlos en salas expositivas y en el germen de la casa-museo. 

Rafael Martín sostiene que «más allá de exponer la colección, la idea es explicar también la vida de los coleccionistas, el por qué y cómo han educado su mirada y han sido capaces ellos solos de comprar esta obra, han sido los comisarios de su propia exposición,  lo que habitualmente no se hace en los museos y son los grandes desconocidos, a veces no son especialmente tratados, cuando mi padre tuvo una vida ausente de especiales lujos, toda su vida la ha invertido en cuadros, no en ladrillos...», matiza. 

Partiendo de que, necesariamente los sótanos no tienen por qué abrirse a la vez que San Pedro de los Picos, sino antes, parte de la casa-museo «podría estar funcionando el año que viene, si todos los astros se alinean», según Martín quien matiza que, «necesariamente, los sótanos no tienen por qué abrirse a la vez que San Pedro de los Picos, se puede hacer antes».

Cuando falten sus padres, Martín considera que «un desarrollo orgánico natural será que la casa-museo crezca hacia arriba, haciendo visibles los salones o el dormitorio de los coleccionistas», donde también se exhibe obra. 

Del templo de San Pedro de los Picos, la Fundación MER entiende que, «si el Ministerio arregla ese espacio siempre lo va a tener, es el sitio natural que completa nuestro proyecto, por ser medianera con nuestra casa; buscamos tener con el Ministerio de Cultura y Deporte y el Ayuntamiento de Segovia una relación de trabajo conjunto y en beneficio de todos, no deseamos ataduras con nadie, sino el ir trabajando juntos, intentando tener buena química».

Lo más inmediato será que el cambio del patronato de la Fundación MER, para incorporar profesionales que vayan en la misma dirección. Según Rafael Martín, se trata de «fomentar la parte de residencia de estudiantes o formación para educar la mirada,  lo más emocionante que han hecho mis padres, que al final es aprender un lenguaje nuevo, el lenguaje contemporáneo la gente no lo entiende porque no ha hecho un esfuerzo para quererlo conocer, es como un idioma, el arte contemporáneo se disfruta cuando se conoce». 

Inicialmente, en 2009, se planteó la posibilidad de construir un edificio con 2.500 metros cuadrados, en dos plantas soterradas dentro de la actual finca, con un presupuesto inicial de más de 1,4 millones de euros, según la licencia de obras municipal, una vez llevada a cabo la modificación urbanística del  el Plan Especial de Reforma Interior, autorizada por la Consejería de Fomento.        

Rafael Martín reconoce que  «se vendieron obras de arte para hacer el museo, pero pronto se llegó a la conclusión de que lo importante era tener una colección de referencia internacional, de hecho, el dinero obtenido de esas ventas y de otras posteriores, han permitido potenciar la colección de manera significativa y llegar a tener una de las mejores colecciones europeas de arte contemporáneo». 

Martín añade que «nosotros no tenemos recursos financieros recurrentes y el haber abordado con nuestros medios la construcción de ese edificio, nos hubiera llevado a un callejón sin salida y a haber tenido que vender obras para mantener el museo, lo que es un contrasentido; este proyecto que proponemos es empezar desde abajo e ir avanzando de una manera viable y realista».

Además, se pretende que la colección siga siendo «rabiosamente contemporánea».  La Fundación MER anuncia que  se desprendierá de las piezas que hacen menos relato con la misma, adquiriendo otras actuales de artistas, tanto nacionales como internacionales, pero todos con un claro perfil internacional, que permita hacer del lugar «un espacio de referencia internacional».