Baja el nivel de alerta en Segovia, pero no la mortalidad

David Aso
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La provincia ve subir aforos de hostelería, cine, bibliotecas, centros deportivos y ceremonias religiosas o civiles, pero el riesgo aún es alto y en noviembre ha registrado 50 muertes covid, su peor balance desde abril

Baja el nivel de alerta en Segovia, pero no la mortalidad

Una semana después de que Segovia se convirtiera en la primera provincia de Castilla y León, junto con Ávila, en ver levantada la prohibición de apertura que pesaba desde el 6 de noviembre sobre todos los establecimientos hosteleros, centros comerciales y deportivos de la Comunidad; desde este viernes ha pasado a ser la única que baja de Alerta 4 (riesgo muy alto o extremo) a Alerta 3. La tendencia ya era buena hace siete días y apuntaba a que se pudieran suavizar más las restricciones en vísperas del puente, tal y como avanzó El Día el pasado 27 de noviembre. Pero no fue hasta este jueves cuando lo aprobó la Junta, a la vez que confirmaba que en navidades se podrá viajar a cualquier punto del país si es para reuniones familiares de hasta 10 personas (por ocio o turismo, no). 

Ávila, mientras, se queda como estaba, y desde este viernes se levantan las restricciones del 6 de noviembre a León y Salamanca, de modo que Segovia ahora ve ampliadas sus opciones de movilidad también a estas dos provincias, aparte de la abulense, con la que ha compartido así una semana de singular aislamiento biprovincial que, más allá de visitas familiares o de ocio, a efectos económicos le ha servido de muy poco.

El resto de provincias de la Comunidad (Valladolid, Palencia, Zamora, Burgos y Soria) siguen cerradas para Segovia (salvo por causas laborales, sanitarias y otras excepciones establecidas), ya que continúan en niveles de incidencia por encima de la tasa umbral de 400 casos por cada 100.000 habitantes en 14 días marcada en Castilla y León para decretar el levantamiento de las restricciones del día 6. Como contraprestación, para ellas ha improvisado la Junta esta semana un alivio parcial que se centra en permitir la reapertura al público de su hostelería pero sólo en terraza, con la excepción de Burgos capital, donde la incidencia es demasiado alta incluso para eso, con una IA14 que todavía se situaba este jueves por encima del millar de casos en la tabla de indicadores epidemiológicos que se toma como referencia.

Baja el nivel de alerta en Segovia, pero no la mortalidadBaja el nivel de alerta en Segovia, pero no la mortalidad

Más aforos. Entretanto, bajar a Alerta 3 supone para Segovia, entre otras cuestiones, que sus establecimientos hosteleros ya pueden ampliar su aforo en interior a más del doble del que se les permitía. Hasta este jueves sólo podían utilizar un 33% del aforo, concretamente, y el porcentaje ahora pasa a ser del 75% en salas de hasta 40 comensales y del 50% en las más grandes. Los clientes, eso sí, continúan sin poder consumir de pie o en barra.

Los aforos máximos permitidos suben también en los cines del 33 al 50%; igual que en las bibliotecas, donde las actividades en grupo se pueden desarrollar con hasta diez personas en lugar de seis. Asimismo, en instalaciones deportivas convencionales y centros deportivos, donde el aforo estaba en el 33%, pasa a ser del 50% en espacios al aire libre, mientras sigue en el 33% en espacios cerrados, pero ya sin el límite de seis personas.

En cuanto a ceremonias nupciales y otras celebraciones religiosas o civiles, estando en Alerta 4 las autoridades recomendaban aplazarlas o, «si no es posible», que el aforo quedara limitado a un tercio, con un máximo de 20 personas, mientras que ahora ya no pesa la recomendación de aplazamiento y se eleva el máximo a 50 personas; eso sí, «sin superar en ningún caso un tercio del aforo máximo permitido».

El sistema vigente de control y seguimiento de la pandemia contempla ocho indicadores básicos a seguir: incidencia acumulada de casos a 7 y 14 días entre la población en general y entre los mayores de 65 años en particular, porcentaje de pruebas que dan positivo (positividad), porcentaje de casos positivos con ruta u origen de contagio identificable (trazabilidad) y niveles de ocupación hospitalaria en planta y en UCI. 

Las ocho variables se reparten a su vez en dos bloques: uno relativo al grado de transmisión del virus, que se mide por las seis primeras, y otro sobre la situación hospitalaria con las dos restantes. Y a partir de esos indicadores, se han fijado umbrales que determinan si un territorio se encuentra en una situación de riesgo extremo (Alerta 4), alto (3), medio (2), bajo (1) o nueva normalidad (0), al tiempo que a cada nivel se han asociado las distintas restricciones preestablecidas. 

De esta forma, para poder bajar a Alerta 3 debían consolidarse al menos dos variables del primer bloque y una del segundo en umbrales equivalentes a ese nivel o inferiores, y Segovia ya cumplía de sobra con esa condición en seis de las ocho variables. Las dos que siguen siendo muy altas son concretamente las relativas a los niveles de incidencia acumulada de nuevos casos entre personas con más de 65 años, que siguen siendo muy altos, sobre todo, por los brotes que permanecen activos y afectan a dos residencias de Cuéllar y El Espinar, con un total de 110 positivos confirmados y hasta 160 contactos todavía en estudio (los hay relacionados con este brote pero que no son usuarios de estos centros). 

La evolución, además, sigue siendo positiva. Si se comparan los datos de este jueves con los de hace una semana, Segovia mejora todos sus indicadores menos el de IA7 de mayores de 65 años, que sube de 121 a 149; y el de ocupación de camas UCI, que se mantiene igual, en el 25% (riesgo alto).

La situación actual en realidad es incluso mejor (o menos mala) que la que reflejaban este jueves los indicadores del ‘semáforo’, ya que se actualizan con una demora de cinco días y los datos que estaban pendientes de computarse en la estadística seguirán rebajando los niveles.

Sin embargo, tampoco debe olvidarse que el nuevo nivel de Segovia no deja de ser de ‘riesgo alto’, considerado por las autoridades sanitarias como de «transmisión comunitaria no controlada y sostenida que excede las capacidades de respuesta del sistema sanitario». Y además la provincia no podrá bajar a Alerta 2 hasta dentro de dos semanas como mínimo. En primer lugar, porque ese es el plazo mínimo prefijado para consolidar cada fase de desescalada, pero es que aparte el ritmo de descenso de la incidencia se va ralentizando y está por verse que se alcance tan pronto, por más interés que pueda haber en una nueva rebaja de restricciones que sería incluso más notable que la que ha supuesto el paso de Alerta 4 a Alerta 3. De hecho, en hostelería, por ejemplo, supondría poder volver a utilizar las barras.

Mortalidad. Por otro lado, el descenso paulatino de la incidencia media provincial no debería llevar a confiarse por muchos motivos. Cierto es que Segovia es la décima provincia española (de 52) con la IA14 más baja y la decimotercera en IA7, pero ninguna está libre del riesgo de hipotéticos repuntes. Y además, aunque la provincia se sitúe ya sólo ligeramente por encima de los 200 casos por cada 100.000 habitantes en el acumulado de 14 días, este jueves aún seguían con tasas mucho más altas en Riaza (285), Coca (340), Sepúlveda (398), Cantalejo (454), El Espinar (467) y Cuéllar (751).

No en vano, según revela el balance de mortalidad covid de la Junta, aunque Segovia alcanzó el pico de la segunda ola a finales de octubre y desde entonces mejora, noviembre se ha convertido en su tercer mes con más fallecidos al contabilizarse hasta 50, sólo por detrás de marzo (109) y el dantesco abril (357), elevando a 731 la cifra global con datos hasta el 2 de diciembre.

Quedan muchos meses de desgraciada anormalidad por delante, por muchas expectativas que generen las noticias sobre las vacunas, y de la responsabilidad individual de cada cual pende en buena medida el riesgo de que Segovia se vea más o menos afectada por una tercera ola que los expertos ya temen a partir de finales de este año o principios del próximo.