Con el fin de la Semana Santa el pasado 17 de abril y la retirada de la mascarilla en interiores vigente desde el día 20 (salvo en transporte público, centros sociosanitarios y poco más), y aplicando la regla de que los contagios suelen declararse entre 10 y 14 días después de los contactos que los originan, cabía esperar que el mayor repunte de positivos, y después de hospitalizaciones, se localizara entre la primera y la segunda semana de mayo. Más aún teniendo en cuenta los festivos del 23 de abril y 1 de mayo, que podían contribuir a prolongar la curva ascendente hasta entonces. Y efectivamente así parece haber sucedido enSegovia, pero sin llegar a tensionar el hospital. 

Si se observa la evolución de las únicas tasas de incidencia de contagios que refleja la tabla de indicadores de riesgo de Sanidad, la de personas de 60 años o más, la acumulada en 7 días (IA7) alcanzaba el 10 de mayo un pico de 506 casos por cada 100.000 habitantes en la provincia, nivel sólo alcanzado en la tercera y la sexta ola; pero una semana después, el pasado martes, ya revelaba una caída de casi el 35% al situarse en 331. En cuanto a la IA14, de oscilaciones más lentas por abarcar más días en la fórmula de cálculo, también marcaba su pico el 10 de mayo con 973, y un descenso en el entorno del 14% para situarse en 837 el pasado martes.

Segovia ha vuelto a situarse así por debajo de las tasas medias del conjunto del país (410 de IA7 y 846 de IA14 con la actualización publicada el pasado martes), aunque estas también revelan tendencia descendente en la última semana. Y aunque las de Castilla y León sigan siendo especialmente altas (548 y 1.285), también bajan con fuerza si se tiene en cuenta que el 2 de mayo superaban los 815 y 1.502 casos por cada 100.000 habitantes.

El hospital, por su parte, marcaba el último pico de presión asistencial el pasado viernes 13 con 22 pacientes covid en planta y 2 en UCI, mientras que el martes de esta semana ya había bajado a 19 y 1, respectivamente. No puede asegurarse que la tendencia descendente se prolongue, pero la planta covid tiene capacidad para acoger a 36 pacientes sin necesidad de reorganizar nada, y lo cierto es que esta séptima ola no ha llegado a elevar los niveles de presión más allá de los umbrales de riesgo bajo o nulo.

En cuanto a los fallecidos, en Segovia van cuatro notificados por su hospital entre el 1 y el 17 de mayo, y hasta 136 en dos semanas entre todos los hospitales públicos de Castilla y León, si bien no debe dejar de tenerse en cuenta la coincidencia de otras patologías previas en las víctimas, habitualmente de edades avanzadas.

Otra cuestión es que el número total de positivos que se declaran no deje de ser importante todavía, aunque los síntomas sean leves o nulos para la gran mayoría de afectados. De hecho, la semana pasada aún se contabilizaron 357, el segundo peor dato desde finales de febrero, a pesar de que entonces aún había cuarentenas para la población general y se realizaban más del doble de test que ahora.

La drástica caída del control y seguimiento de la covid que ha conllevado el cambio de estrategia es precisamente el principal motivo por el que los expertos vienen previniendo de sacar conclusiones precipitadas, aunque el semáforo covid ya va dejando indicios de que al menos el pico de la séptima ola puede haber pasado ya.