La Gimnástica Segoviana pensará unos días en lo que pudo ser si Acuña hubiera anotado el penalti que lanzó al filo del descanso. Habrá ratos a lo largo de la semana en la que se imaginé segunda en la tabla, que es el puesto que habría ocupado si hubiera ganado en el campo del Navalcarnero. Pero el empate es una nueva confirmación de que esta Segoviana es fiable.

La prueba de madurez que supuso la temporada pasada parece superada y ya se atreve a tutear a clásicos de la antigua Segunda División B. Se lanza incluso a intercambios de golpes como el que protagonizó este domingo frente al equipo madrileño, el otro protagonista de un partido muy entretenido.

Con las bajas de Carmona, Julen, Dani Arribas y Adrián -este de última hora por el fallecimiento de su padre-, la Segoviana volvió a comparecer con el juvenil Oliva en la portería y con toda su pólvora. Borrego, Acuña y Diego Gómez se repartieron las posiciones de ataque y llamaron a la puerta para adelantar a su equipo en varias ocasiones. La más clara, en ese penalti desaprovechado por Acuña.

El Navalcarnero también tuvo sus oportunidades y agobió a los de Ramsés Gil sobre todo en el tramo final del choque. Pero su arreó se vio frenado por la expulsión de uno de sus jugadores. La tregua de la que ya nadie sacó al choque, despedido sin goles pero con satisfacción en la Segoviana, que es quinta y ocupa posiciones de 'play off'. Y el próximo domingo llega a La Albuera el líder, el Melilla (12.00 horas). Temporada divertida esta para los gimnásticos.