La crisis de suministro y el miedo al apagón marcan el ritmo

David Aso
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Las compras navideñas se adelantan y aumenta la demanda de camping gas, linternas y pilas en Segovia, mientras las subidas de costes y los retrasos ya afectan a todos los sectores, desde la informática y la telefonía hasta los muebles y cocinas

Ferreterías y otros comercios advierten de un notable incremento de las ventas de cocinas portátiles de camping, linternas y pilas como consecuencia del temor a un apagón, riesgo infundado según los expertos. - Foto: Rosa Blanco

En plena pandemia se han ido entrelazando diversas crisis económicas. La escalada de la luz y los carburantes, que afecta al bolsillo de cada cual pero repercute a mayores sobre toda la cadena de producción y ventas; la subida adicional de toda clase de materias primas, sin importar (o casi) que se trate de acero, aluminio, madera, cartón, plásticos o cereales y fertilizantes; el desabastecimiento de microchips, aparte de su encarecimiento, que afecta a cualquier aparato electrónico, desde un ordenador o un coche hasta ciertas cafeteras domésticas; lo que se han disparado los fletes marítimos, mientras la falta de camioneros complica el transporte por carretera… Si a todo eso se suma el temor a imaginarse estanterías vacías de productos básicos de la cesta de la compra (extremo que no se está produciendo aunque puedan escasear algunas marcas), ya sólo faltaba la psicosis por un apagón que los expertos ven imposible. El comercio local percibe cómo se han disparado las ventas de linternas, pilas y camping gas, al tiempo que las anticipadas por Navidad han empezado antes que nunca. 

No es fácil lanzar un mensaje de tranquilidad en tiempos de pandemia. No con el confinamiento tan reciente. Con la experiencia de haberse visto encerrado en casa mientras los corzos paseaban junto al Acueducto. Con las calles vacías en medio del mayor drama sanitario en más de un siglo, cuando un mes antes predominaban los desmentidos de lo que ya se asomaba desde China. Así es difícil que calen ahora las llamadas a la calma, por más que las pueda avalar el sentido común, después de que semanas atrás incluso se propagara tal miedo desde el Gobierno austriaco. 

El presidente de la agrupación Fomento de Empresas de Comercio de Segovia (Fecose), Roberto Manso, advierte que los mayores problemas de stock, dentro de su sector, persisten en «todo lo que tenga chips», empezando por las videoconsolas y la telefonía móvil, aunque siguiendo por cualquier aparato electrónico, tal y como ya informaba El Día a principios de octubre tras consultar a diversas empresas de informática y electrodomésticos. «Lo que afecta prácticamente a todo es la subida de costes», advierte. Productos derivados del papel como un simple cuaderno, en comparación con lo que podía costar antes de esta nueva crisis, «perfectamente puede valer ahora un 20% más». Cualquier producto de plástico, como por ejemplo un táper, «un 20 o un 30%». «Bolsas de basura cuesta encontrarlas para reponer, aunque ahora mismo sí hay», añade, igual que pasa con las bombillas led o, «en general, con cualquier producto de importación».

Exposición de sofás en la tienda segoviana Merkamueble.Exposición de sofás en la tienda segoviana Merkamueble. - Foto: Rosa Blanco¿Teme el comercio no tener género suficiente para atender la demanda de compras que exigen fechas tan señaladas como el Black Friday o sobre todo las navidades? «Quitando el tema de la electrónica, el resto son artículos que el sector suele comprar con bastante antelación cuando se acercan campañas como estas, así que espero que no», responde Manso. ¿Y percibe un cambio en los hábitos de compra de los clientes? «Algo se va viendo», reconoce. «La gente está comprando más juguetes y otras cosas por anticipado, aunque los comercios han hecho bastante acopio», insiste. «En juguetes siempre hay algo que escasea en campaña navideña porque sea muy demandado, pero en general no espero que falten al menos hasta pasadas las navidades», matiza. «Y como se ha empezado a hablar del riesgo de un gran apagón, está viniendo la gente a comprar linternas, pilas… Además te lo dicen, que vienen a por pilas y en lugar de llevarse una caja se llevan cinco 'por si acaso'».

Desde el Grupo Ferretera Segoviana, con tiendas en Severo Ochoa y José Zorrilla, aseguran que la venta de cocinillas de camping, por ejemplo, se les ha disparado «un 400 o un 500%, una barbaridad». «No sé si será alarmismo, la tele influye mucho yo creo, pero el miedo es libre y la gente está cargando», apunta su gerente, César Horcajo. El stock que hubiera se presume ajustado a una demanda que en condiciones normales se limita a campistas o caravanistas, «pero ahora es que las está comprando gente para tener en casa», añade. «Empiezan a escasear, pero nosotros de momento tenemos». De hecho, aunque está notando «un poco de retraso» en la llegada de todo tipo de repuestos, destaca que cuenta con el apoyo de «un grupo potente como proveedor (Cadena 88), con mucha capacidad de compra y aprovisionamiento, y por ahora no está fallando». Claro que su sector no es ajeno a una subida generalizada de costes que, en el caso de estas cocinillas, ronda «el 30%».

MUEBLES, COCINAS... Un sector que tampoco lo está pasando nada bien es el del hogar. «Llevo mes y medio esperando encimeras para terminar de montar cocinas», lamenta el gerente de una empresa de referencia como Stilo XXI. Y también campanas y placas sin que el proveedor le defina fechas de entrega, un fregadero con dos meses de demora… «Si no es el típico fregadero de acero inoxidable, si es por ejemplo en negro, no sé si no hay stock o qué pasa, pero no acaba de llegar», añade. También ha sufrido la escasez de ciertos modelos de electrodomésticos, «sobre todo de gama media alta o alta», así como de microondas; una derivada del desabastecimiento que ya advertía El Día en su edición del 1 de octubre. 

El problema es grave para todas las partes, «para el cliente que necesita que le termines la cocina», sin la cual obviamente no puede hacer vida normal en casa, «y también para la propia empresa», dado que lo habitual es no cobrar todo hasta completar el trabajo, «salvo cantidades que se hayan podido pactar», así que «si al final te juntas con cuatro cocinas a medio montar, la tesorería se resiente». «Si de nosotros dependiera, si esto se resolviera yendo nosotros a Cuenca o donde fuera a por un pedido, evidentemente que lo haríamos, pero cuando son temas que dependen de terceros todo se complica». Y además con sobrecostes, con la subida del acero inoxidable repercutiendo no sólo sobre lo primero que salta la vista, como puede ser un fregadero, sino también sobre los cajones con sistemas de freno, por los herrajes, igual que pasa con la madera y los armarios. Todo va sumando: «Varios fabricantes me han dicho que no pueden soportar la subida, que han absorbido ya bastante, y en algunos casos nos aplican un diez por ciento».

Diego García Bernal, responsable de la tienda segoviana de Merkamueble, habla de proveedores que a lo largo del año han ido notificando «pequeñas subidas del 1,5, 2 y 3% que, sumadas, ya te hacen un 6 o un 7%, cuando lo normal era que en un año no pasaran del 2%», si es que había subidas. En cuanto a los plazos de entrega, da fe de problemas similares a los que apuntan desde Stilo XXI respecto a las cocinas, «que antes no eran de más de 20 o 30 días y ahora te vas a dos meses».

«Los plazos de entrega están muy tocados», resume García Bernal, y «el problema está en la materia prima de base». «En sofás, las grandes marcas ya nos dijeron que tenían problemas de suministro de ciertos tipos de hilo y hemos llegado a tener tres meses largos de retraso», cuando no se solía pasar de dos «como mucho». Ahora se ha reducido la espera, pero siempre y cuando el cliente se ajuste a una oferta determinada de telas a las que se ha dado prioridad.

Ya desde comienzos de año tuvieron problemas de suministro para atender pedidos de somieres y, en general, todo lo que llevara herrajes metálicos, en estos casos por falta de hierro en las empresas fabricantes. Y en la sección de mueble auxiliar, «si antes eran 30 días, ahora son 45 o 60, según el producto».

ALIMENTACIÓN. El Instituto Nacional de Estadística, en su informe del IPC, atribuye una sorprendente bajada del 2,7% a las bebidas alcohólicas en Segovia entre septiembre de 2020 y el mismo mes de 2021; cifra en un 5% la subida de las bebidas no alcohólicas en ese periodo y deja en 'sólo' un 1,4% la del capítulo de alimentación en general. No obstante, destacan artículos como el aceite de oliva virgen extra, con un incremento medio nacional del 7,43% de enero a octubre (de 3,90 a 4,27 euros), según el Índice de Precios de COAG, mientras la barra se ha encarecido entre cinco y diez céntimos, según cifras del sector. 

Detrás de tales subidas están las de los carburantes, las energías en general, los fertilizantes, los cereales… El trigo duro se ha encarecido más de un 80% en un año, por ejemplo; y el maíz o la cebada, casi un 30%. «Los cereales son la base de nuestra dieta y no sólo por la carne (por los costes de alimentar a los animales) o por el pan, sino también por otros muchos alimentos, además de licores, cervezas… Y los fertilizantes han subido también mucho», destaca el presidente de la Cámara de Comercio, Pedro Palomo, al frente además de la empresa O. Palomo, dedicada a la comercialización y distribución de cereales, fertilizantes y materias primas para la industria agroalimentaria.

Sobre el riesgo de desabastecimiento, «hay problemas con las materias primas en los procesos industriales y sí que es verdad que algún hueco en las estanterías vas viendo, aunque de momento no parece que sea especialmente preocupante en la alimentación», matiza. «La cadena está funcionando, pero la realidad es que estamos viviendo tiempos difíciles», sentencia.