Es la primera fábrica del mundo en ‘bioshots’, disparos que no contaminan de plásticos el medio ambiente. A finales de 2019 comenzaron a producir sus cartuchos biodegradables destinados a caza menor y a tiro deportivo. Lo hacen desde Santa María la Real de Nieva, donde este proyecto llevaba anunciado desde hace más de tres años y, tal y como nos explica en nuestra primera visita Luis Enrique López-Pozas, director de Bioammo, es el resultado de 12 años de trabajo y búsqueda de financiación. Un proyecto que ha supuesto 8 millones de euros de inversión y que está en marcha, aunque son sólo una línea de producción y con el reto de llegar a los 40 millones de cartuchos vendidos este 2020.

López-Pozas nos recuerda los avances que implica su proyecto, cartuchos para la caza y el tiro deportivo en los que los componentes de plástico (vaina y taco) se sustituyen por biopolímeros que no dejan rastro en el medio ambiente. ¿Cómo? Fabricando con materias primas de origen vegetal que ‘tanto si los recogemos, como si no los recogemos se va a biodegradar en un tiempo medio que oscila entre 1 ó 2 años. Si conseguimos que se entierre, estaremos creando un compost’.

Patente única en el mundo que se hace realidad en esta planta, la más moderna de Europa en producción de munición. Por el momento sus ventas se concentran en los países de norte de Europa. ‘Ya estamos en los principales campos de tiro y cacerías de nuestro país’, añade, a la vez que reconoce que el reto ahora es llegar a ‘la masa’ de cazadores y tiradores en España con esta munición cuyo precio es 'entre un 10 y un 15 por ciento más caro que los cartuchos tradicionales’ . A finales de 2019 comenzó su actividad con 25 nuevos empleos y una primera línea de producción, una cifra que esperan duplicar durante este año.