Segovia mejora en sanidad y economía, pero con cautela

David Aso
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La provincia ve bajar el paro y recupera empleados en ERTE, aunque la actividad sigue siendo baja; y desde el 14 de junio sólo ha registrado un positivo con diagnóstico en las 24 horas previas, pero el martes rompió una racha de 15 días con cero

Una empleada del Hotel Corregidor de Segovia, recuperada esta semana de un ERTE, prepara una habitación de cara a su reapertura desde este viernes. - Foto: Rosa Blanco

La segunda semana de nueva normalidad deja datos para la esperanza en lo sanitario y en lo económico para Segovia, pero se prestan a dobles lecturas que invitan a relativizar el optimismo y, sobre todo, a no relajarse mientras el virus siga circulando y no haya vacuna. Queda mucha crisis sanitaria por delante, más aún ante el temor a un rebrote a partir de otoño; y queda mucha crisis económica, teniendo en cuenta además que la actividad sigue siendo muy inferior a la de antes de marzo, o que los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) están conteniendo, de momento, una destrucción de puestos de trabajo de proporciones todavía desconocidas. 

Respecto a la situación sanitaria y epidemiológica, según datos oficiales actualizados este jueves, en el Complejo Asistencial sólo se contabilizaban siete personas ingresadas por covid-19. Son tres más que una semana antes, pero aun así se considera que la situación está relativamente controlada. Todos estaban en planta y no ha habido un solo paciente en la UCI por esta enfermedad desde el pasado 16 de junio. 

En cuanto a la mortalidad por coronavirus, el balance oficial que ofrece la Junta, basado en las bajas de tarjetas sanitarias que se hacen efectivas por defunciones atribuidas a esta enfermedad, refleja 545 vidas perdidas en Segovia. Esa cifra seguirá creciendo, como mínimo, por bajas de tarjetas pendientes de tramitarse, y hace ya varias semanas que el Instituto Nacional de Estadística publicó un informe que revelaba casi 750 fallecidos más entre marzo y mayo en Segovia que en ese mismo periodo de años anteriores. Pero lo que se ha vivido en junio en esta provincia ya no tiene nada que ver con lo sufrido en marzo, abril o mayo: en el hospital no se ha registrado ninguna muerte por covid-19 desde el 20 de junio y en todo el mes pasado hubo cuatro, aunque acumula 208 desde marzo. Y en las residencias, la última defunción se notificó el día 24, pero ha sido la única en todo junio, aunque el balance de la pandemia sea desolador, con 191 usuarios fallecidos por covid-19 y otros 197 por síntomas compatibles con esta enfermedad, aunque no se les realizara la prueba.

Segovia, además, sigue sin registrar nuevos brotes. La incidencia de la enfermedad se mantiene dentro de los umbrales que Sanidad considera permisibles para seguir adaptándose a la tristemente llamada nueva normalidad sin tener que aplicar más restricciones. No obstante, los casos que se siguen detectando se prestan a lecturas positivas y negativas. Por un lado, haciendo un recuento de siete días atrás, contando como el séptimo día este jueves, en Segovia se contabilizaron 24 nuevos positivos por covid-19 del 25 de junio al 2 de julio, de modo que sería el intervalo con más casos desde mayo, al empeorar ese parcial cualquiera de los registrados en torno a junio: del 28 de mayo al 4 de junio hubo 19; así como 17 del 4 al 11, 13 del 11 al 18 y 16 del 18 al 25. No obstante, fuentes de la Gerencia de Atención Sanitaria precisan que se trata de casos muy repartidos y controlados, y ya el 26 de junio, después de que se notificaran 17 en sólo 48 horas, matizaban a El Día que, lejos de tratarse de un repunte significativo o un brote por controlar, se debieron fundamentalmente a la reanudación de la actividad diagnóstica y quirúrgica, donde han aflorado numerosos asintomáticos; aparte de casos antiguos. «Se están haciendo muchas PCR para operaciones y para pruebas que antes no se hacían porque estaba parada la actividad», explicaron.

Los positivos que sí tiene en cuenta el Ministerio de Sanidad para valorar la evolución de la enfermedad son los que corresponden a casos diagnosticados en las 24 horas anteriores a la realización de la prueba, intentando acotar así el análisis a contagios recientes; y de ese tipo de positivos, Segovia sólo ha registrado uno desde el 14 de junio. De hecho, ha llegado a estar 15 días sin un solo positivo por PCR en 24 horas, racha que se rompió el pasado martes. De ahí que los datos lleven a lecturas positivas y negativas al mismo tiempo, aunque ninguna debería invitar a la relajación que ya se teme que se esté produciendo.

Relajación y sanciones. El vicepresidente de la Junta, Francisco Igea, insistía el jueves en advertir que «la gran mayoría» de los casos positivos que se están registrando en las últimas semanas corresponden a jóvenes, el colectivo que mejor resiste la enfermedad y por tanto el que menos debe temer por su salud en lo personal, pero no en lo colectivo. «Lo peor que puede pasar es que lleves la enfermedad a tu casa, hay que mantener la sensación de prudencia y responsabilidad, es un asunto de todos», señaló para, acto seguido, incidir en el mensaje habitual: "Mascarilla, distancia social de metro y medio e higiene de manos".

Suena significativo en este sentido el balance de denuncias de la Policía Local de Segovia por no llevar mascarilla: ya suma 27 desde que se decretó el fin del estado de alarma el 21 de junio, después de que las primeras las pusiera el martes 23, y según indica a El Día la concejala de Seguridad, Raquel de Frutos, 26 fueron para «jóvenes que estaban consumiendo bebidas en parques como el del cementerio o el de Juan Carlos I, entre otros»; es decir, botellón. La excepción es un hombre de mediana edad y nacionalidad española que fue denunciado la tarde del pasado 24 de junio también en Juan Carlos I, pero en unas circunstancias en las que la Policía considera que no se mantenían las distancias de seguridad, y por tanto debía llevar puesta la mascarilla pese a estar en vía pública. «Los agentes le dieron una porque no tenía, le invitaron a ponérsela y se negó», relata la concejala, así que el infractor terminó llevándose dos denuncias, una por no llevar mascarilla y otra por resistencia a la autoridad.

«Se nota que cada vez hay más relajación, como una pérdida de percepción del riesgo en el cual todavía seguimos inmersos», advierte De Frutos. «Es cierto que en Segovia no estamos teniendo rebrotes por ahora, pero la gente empieza a ver lo que hemos vivido como algo más lejano y no podemos bajar la guardia ahora. Seguimos estando en situación de riesgo sanitario y la única manera de protegernos y proteger a los demás es usando las mascarillas y manteniendo las distancias de seguridad», concluye.

La Guardia Civil, mientras, sólo ha puesto seis denuncias en la provincia por no llevar mascarilla, y ninguna el Cuerpo Nacional de Policía, si bien los supuestos de infracción de ahora se ajustan más a las rutinas de patrullaje de los agentes locales.

Economía. Según remite la sensación de riesgo sanitario, aunque persista, más se pone el foco sobre la crisis económica. Segovia ve cómo va creciendo la actividad en la calle, la hostelería y el comercio. Se empiezan a ver turistas, aunque sean muchos menos que otros años por estas fechas, sobre todo por la falta de extranjeros. El inicio de las rebajas también ha animado algo, aunque sea de manera leve; y además han llegado noticias laborales que pueden dejar titulares positivos, pero también se prestan a lecturas no tan buenas.

Este jueves, sin ir más lejos, se publicaba el dato oficial de paro registrado en junio y resulta que Segovia, en plena crisis sanitaria, se ha anotado la mayor bajada de España en términos porcentuales. A nivel nacional aumentó de forma muy leve (0,13%), pero ha sido la primera vez que subía en junio desde el crítico 2008, ya que se trata de un mes que suele ser positivo por contratos de temporada que este año escasean. Y en esta provincia, aun así, el paró bajó un 5,46%, con 477 parados menos que en el mes anterior.

Pero no es menos cierto que el paro ha subido en Segovia un 18% en tres meses: cerró febrero con 6.979 parados, se decretó el estado de alarma el 14 de marzo y al final de ese mes ya contabilizaba 7.465; un total de 8.329 en abril, 8.743 en mayo y ahora, al acabar junio, 8.329. Esta última cifra supone además un aumento de 2.037 parados respecto a junio del año pasado, subida que en términos porcentuales es del 32,7% y supera con creces las medias regional (24,20%) y nacional (28,09%). ¿Pero marcará junio un punto de inflexión en positivo, con una nueva tendencia de recuperación de empleo sostenible en próximos meses? Ningún organismo oficial ni económico apunta en esa línea. Antes al contrario, independientemente de que unos sean más optimistas (o menos pesimistas) que otros.

Lecturas dispares. Ocurre parecido con la evolución del número de afectados por expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE). Bien puede valorarse que Segovia, después de haber tenido a casi 12.500 trabajadores en esa situación, haya visto cómo al término de junio ya estaban reincorporados casi 7.400, pero eso también supone que aún hay 5.000 en casa porque sus empresas no ven actividad suficiente como para asumir sus puestos. ¿Botella medio llena o medio vacía?

«Debemos ser positivos», opina el secretario provincial de UGT, Manuel Sanz. «La bajada del paro demuestra que la reactivación económica se está produciendo en Segovia y que los ERTE están facilitando que no se destruya empleo». 

Por otro lado, Sanz valora que la Inspección de Trabajo prevé decenas de visitas a empresas de Segovia para verificar que no cometen fraude con los ERTE; no porque se sospeche de algunas en concreto, ya que es una campaña preventiva de ámbito nacional. No obstante, UGT ya ha puesto en conocimiento de este órgano el caso de una empresa de la provincia que "incumple la reducción de jornada de sus empleados, entre otras irregularidades".

El presidente de la Federación Empresarial Segoviana (FES), Andrés Ortega, por su parte, pone el contrapeso a la visión positiva: «Nos enfrentamos a una crisis muy grande y debemos ser conscientes». Llama a no relajarse en la adopción de medidas que ayuden a reactivar la economía, sin dejarse llevar por datos puntuales que puedan interpretarse como positivos. «Basta con recordar lo que viene diciendo el gobernador del Banco de España», sugiere. Pablo Hernández de Cos insistía en el Congreso el 23 de junio en pedir consenso político, un gran pacto entre partidos, por la necesidad de una «estrategia ambiciosa, integral, permanente y evaluable de reformas estructurales y de consolidación fiscal». Medidas más allá de unos ERTE que de momento evitan despidos, pero se teme que sólo los retrasen si no hay más ayudas complementarias para acelerar una recuperación que ya se prevé que requiera al menos dos años. 

«El coste de esta crisis en vidas humanas ya es enorme, el coste económico también lo está siendo, y no tenemos más remedio que aceptar esa realidad», sentencia Ortega.