e la desamortización de 1835, (conocida como de Mendizábal) que pretendía, mediante la expropiación y venta de los bienes de las órdenes religiosas, obtener fondos para sufragar la deuda pública, se calcula que pudieron salir de los conventos segovianos en torno a 30.000 volúmenes, pero no todos pasaron a la Biblioteca Pública de Segovia, la primera provincial creada en España, en 1842.
De hecho, se vendieron 25.000 kilos de libros de forma legal para sufragar los gastos de su creación. Su destino pudo ser hacer pasta de papel y tener otros usos, siendo vendidos los mejor conservados. En la nueva instalación solo quedaron 1.450, un 14% del total.
Esta es una de las conclusiones que recoge el profesor Fermín de los Reyes, secretario académico del Decanato de la Facultad de Documentación de la UniversidadComplutense de Madrid, en su libro ‘Desamortización y patrimonio bibliográfico: historia de la Biblioteca Pública de Segovia’, elaborado a partir de la revisión del catálogo de la biblioteca –unos 5.000 registros–, con cientos de ejemplares vistos y con documentos de numerosos archivos, que se presenta hoy, viernes.
En la publicación se describe el proceso desamortizador en Segovia, se analiza el volumen de libros que había en las distintas bibliotecas monásticas, se describe el proceso que llevó a la formación de la Biblioteca provincial, y su evolución, incluyendo sus sedes –la primera en parte del Palacio de Enrique IV, el antiguo Hospital de Viejos– y sus fondos hasta época reciente.
Aunque se perdió un 86% de los libros conventuales, según De los Reyes, hay 245 ejemplares únicos en España, y de 172 tan solo hay otro ejemplar fuera de Segovia, lo que habla de su importancia. Predominando el tema religioso, con un 30% de libros de Literatura y de Ciencias y Artes.
Hay libros de historia, obras de Newton (Lausana, 1744), un tratado sobre las obras de Descartes y Newton (París, 1764), ejemplar único en España. Único también un diccionario del viajero francés-alemán-latín (1770), o una traducción al francés del ‘Amadís de Gaula’ (Amsterdam, 1780).
También se conserva una buena colección de clásicos greco-latinos. El libro más raro, de acuerdo con el autor, es un impreso chino del siglo XVII, que siempre ha sido considerado como un manuscrito.
De los libros antiguos que existen en la actual Biblioteca Pública, que complue su quinto aniversario, de los conventos se ha identificado un 25%, siendo los más numerosos los de San Francisco de Segovia (407 volúmenes) y del Parral (255), seguidos por la Merced (62) o el Carmen Descalzo (60).