No ve puerta desde el 10 de octubre y la palabra crisis comienza a sobrevolar sobre el Estadio Municipal de La Albuera, sin iluminación para poder jugar los partidos de Copa del Rey -como recordaron los aficionados durante el descanso con las linternas de sus teléfonos móviles- pero a oscuras también en el apartado futbolístico.
De esta tarde ante el Bergantiños solo puede salvar un tramo de la primera mitad. El prólogo y el epílogo fueron el resumen del momento que atraviesa. El equipo gallego, sobre el papel inferior y más como visitante, llevó el partido a la portería de Carmona y acabó encontrando premio casi en el último suspiro.
En la Segoviana, Raimundo fue la única luz. El lateral acudió una y otra vez al rescate, pero apenas tuvo compañía. Especialmente preocupante es la situación de Fran Adeva y Nanclares, los dos delanteros, secos en la parcela anotadora. Tendrán que esperar para romper una mala racha que comienza a amenazar el proyecto azulgrana. El club ratificó hace solo unos días a Manu González al frente del banquillo pero ¿lo volverá a hacer esta semana?