"Los méritos deportivos de Luis merecen mucho respeto"

Nacho Sáez
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El periodista Javier de Andrés habla de su libro 'Luis Alonso Marcos. El mundo en sus piernas', un retrato de este deportista granjeño que en un año corrió maratones en los siete continentes y en el Polo Norte.

El atleta Luis Alonso (sentado) y el periodista Javier de Andrés muestran sendos ejemplares del libro, el pasado 8 de enero. - Foto: DS

Su último reto, subir veinte veces los 260 escalones de la torre de la Catedral con el objetivo de recaudar fondos para el Hospital General, desencadenó una controversia. Luis Alonso lo llevó a cabo en el pico más alto de la curva de la pandemia y cuando toda España se encontraba confinada, aunque contó con el permiso de las autoridades. Detrás de algunas de esas críticas también estaban las de quienes no entienden por qué este atleta y hostelero de La Granja de 47 años recién cumplidos –los hizo el pasado 7 de enero– recibe tanta atención mediática. ‘Luis Alonso Marcos. El mundo en sus piernas’ (Editorial Círculo Rojo’), publicado el pasado mes de octubre, trata de proporcionar las razones.

«Sus méritos deportivos son incuestionables y merecen mucho respeto», defiende el autor del libro, el periodista Javier de Andrés, que en 119 páginas ha reconstruido la vida del único segoviano que ha corrido en un solo año maratones  o carreras de mayor distancia en los siete continentes y en el Polo Norte. La biografía de ‘Luisete’, como le conoce todo el mundo, está unida de manera indisociable a su lugar de nacimiento. «Desde niño iba con su padre a la montaña a cuidar unos caballos que tenían», revela De Andrés. El fútbol fue sustituido pronto en sus ilusiones por el triatlón y sobre todo el atletismo, al tiempo que se fraguaba en La Granja una generación irrepetible de deportistas ligados de manera muy íntima a la montaña.

Manuel Pérez Brunicardi, Raúl García Castán, David López Castán, Óscar Baeza o el propio Luis brindaron a un municipio de poco más de 5.000 habitantes decenas de medallas incluso en campeonatos del mundo, como es el caso de alguno de ellos. El protagonista de esta historia supo jugar, además, sus armas con los conocimientos adquiridos sobre la marcha en el terreno del marketing y de las relaciones públicas. «Luis es muy mediático porque se lo busca él, porque gestiona muy bien esas cosas que están alejadas de la carrera…», remarca De Andrés.

En un mundo, el del periodismo local, condicionado por la limitación de recursos, especialmente en las secciones de deportes, él se encargaba de redactar una crónica de cada competición a la que acudía, poniendo el acento en la épica y las historias de superación que hacen del deporte algo único. «El Real Sitio Grand Slam Marathon es el núcleo central del libro», explica De Andrés. «Sometió a su cuerpo a un estrés y a unas condiciones tan adversas con muy poco tiempo de diferencia. Es casi sobrehumano que lo pudiera realizar con éxito. Eso está directamente relacionado con el entorno en el que vive, un sitio en el que en verano puede hacer 40 grados y en invierno menos 20. Un noruego es impensable que pueda hacer el Maratón del Sáhara», añade.

Pero además se ha significado por su apoyo a diferentes causas sociales. En la prueba en la que participó en Nepal consiguió donaciones para comprar una silla de ruedas a una niña con parálisis cerebral de La Granja. «Es muy generoso, eso es lo fundamental. Generoso y sacrificado. Para entrenar y después irse a trabajar y a estar de pie en su bar muchas horas. Y no quiere nada para él, piensa mucho en los demás». Incluso a costa de arriesgar su patrimonio, ya que adelantó 35.000 euros para uno de sus retos. Todo está contado con detalle en un libro adornado por el prólogo escrito por Raúl García Castán y el epílogo con la pluma del cronista oficial del Real Sitio, Eduardo Juárez Valero.